El Cafetal

Quien se piense que en los pueblos sólo hay bares de pulpo y huevo frito pintados en el cristal, que se dé un garbeo por aquí para matar sus prejuicios rurales. Éste es un muy buen ejemplo de que con buen gusto y ganas se echa adelante un local que ya quisieran muchos garitos de plena capital querer igualar en variedad y en servicio.
Vi teteras, copazos y hasta helados que iban y venían, pero yo fui directa a lo mío: la carta de cervezas. Y es que en cuanto esto simplemente existe, aunque sea de dos páginas, más allá del camarero diciéndote qué marca tiene de caño y qué otra de botella, la cosa cambia. Cuando abro y veo, además de unos cuantos nombres raros, que tienen Super Bock –mi flechazo portugués– en todas sus variantes, casi beso la carta. Pero cuando leo que ninguna, ni siquiera las de medio litro, superan los 2,50 €, al que quiero besar es al dueño.
¡No se lo pierdan, oiga!

un sitio genial para compartir un buen té, café o incluso batidos con amigos. Su ambiente es bastante acogedor y tiene su propia personalidad.
Creció poco a poco y se ha hecho una clientela bastante fiel.
Lo mejor es la cercanía con la que te trata Roberto, el dueño, al que le puedes pedir casi todo lo que te apetezca.
Además de bebida preparan gofres, crepes y otros caprichos que sin duda, te alegrarán el día.
A mi me encanta que siempre que le pido una cerveza me ponga los frutos secos para acompañar.

Esta tetería se ha hecho un sitio en el pueblo de Albatera. Nació como una tetería diferente, y ha ido creciendo hasta demarcarse como un lugar de referencia en la comarca.
Nada más entrar, te das cuenta de que es un sitio diferente. Una barra alargada con banquetas altas, tres mesas al fondo y una escalera que te lleva a la planta de arriba. Si subes las escaleras, te encuentras de frente con una terraza pequeña donde poder salir a fumar, y si sigues más, te encuentras con una serie de habitaciones independientes, privadas en las que te puedes sentar con tu grupito de amigos o pareja a tomar algo tranquilamente.
Tiene una gran variedad tanto en tés, como cócteles, smoothies, crepes, gofres, helados o bebidas de calidad. Si te quieres tomar un buen ron, ginebra o whisky, solo tienes que mirar la gran variedad que tienen.
Los precios son más que correctos para el producto que te ofrecen. Puedes pasarte allí la noche tranquilamente y disfrutar de buena música de fondo y tranquilidad (en la parte de arriba sobre todo).
El servicio es bueno, aunque si hay mucha gente, tardan un poco, lo cual es normal al tratarse de cócteles que necesitan preparación, tiempo y cariño.
Totalmente recomendado.