Solo he estado una vez y la verdad está bastante bien. Es un sitio apañado, no muy pequeño en la explanada de Alicante, hay mesas en el interior y cuando hace buen tiempo, la terraza se llena también. El café está rico, los helados no los llegué a probar(porque estaba lloviendo y hacía un poco de fresquito) y los camareros agradables. Una experiencia normal.