Can Ravell

Comida de calidad pero «cassolana» a precio de comida Buena, pero creo que es un precio mas que justificado para esta comida tradicional.

Restaurante gourmet con vinos que te mueres, un sitio especial, cocina de producto.
Algo diferente, original, que tiene, es que para ir al restaurante tienes que cruzar la tienda y subir por la escalera de la cocina.
Hamburguesas de kilo con patatas fritas caseras y ensalada, arroces, foie, licores de todo el mundo…
El señor Ravell es el alma del establecimiento. En cuanto lo veas, sabrás por qué.

Wow.
This place is definitely a hidden gem with a ton of history.
I highly recommend this place for great and authentic Spanish food (see pictures).
— Roast Poultry Chicken
— Eggs w/​Foie and fries
— Sausage w/​Beans and Preserved Tomato
— Cod w/​Garlic and Beans
Great friendly service.

Si eres de «boca fina» como decían las abuelas, Can Ravell es tu paraíso particular. En este colmado reconvertido en templo de los productos más delicatesen vas a encontrar de todo: desde los mejores quesos del mundo, pasando por todo tipo de vinos, a algún producto mucho más local como alguna legumbre de muy poca producción como los Cigronets de l’Alta Anoia (los descubrí hace poco y aún retengo su particular sabor en el paladar). Lo mejor es que allí puedes comprar también comida para llevar (nunca se sabe cuando tendrás algún invitado al que impresionar). No es caro, pero bien merece la pena darse un capricho de vez en cuando.

Can Ravell se define a sí misma como una tienda-​restaurante selecta y única en Barcelona. En realidad, tiendas de delicatessen hay a porrillo, por no hablar de tiendas-​restaurante… Pero lo que tiene Can Ravell es una solera muy «Tipical from Catalonia».
No vamos a hablar de precios porque la cosa es para darse un homenaje un día señalado, porque por cuatro tontadas que pidas ya sube la cosa a unos 30 € por cabeza. Pero yo siempre digo que hay que rendirse auto pleitesías habituales por eso de levantarse la moral.
Can Ravell tiene también servicio de catering, y aunque empezó siendo una mantequería tradicional, se ha ido abriendo a todo tipo de gastronomías.
Si queréis flipar en colorines (también con el precio), podéis pedir la que se ha calificado como «mejor hamburguesa del sur de Europa». Hay de varios tamaños, pero la más auténtica está en los 4 kilos (a razón de 50 € el kilo). La sirven en un plato gigante (ella misma ya lo es) con un muestrario de panes de pueblo para acompañar y está hecha a la piedra caliente, como si fuera un chuletón. La cosa es como para flipar en colorines y sobre todo para compartir, porque ingerir 4kg de carne de vacuno una sola persona puede ser la hecatombe nutricional.
Si lo vuestro es la comida «de toda la vida», en Can Ravell puedes pedir paella cualquier día de la semana y también un potajazo de «escudella amb carn d’olla», que lo preparan como las abuelas, con mil horas de cocción y mucho amor.
Un homenaje selecto y de siesta posterior, of course.