Marte

Autoescuelas: «habélas haylas»… pero autoescuelas majas, ¡pocas!
Suficientemente desagradable es tener que lidiar con examinadores de mal café mañanero, como para aguantar profesores desagradables. Éste no es en absoluto el caso de la Autoescuela Marte, donde Miquel, su director, ofrece un trato cercano y familiar.
Hasta hace bien poco, entrar en el centro era retrotraerse a los años 80, con muebles viejunos y aspecto de salón de nuestros abuelos. Actualmente la apariencia externa ha cambiado, no así sus fotografías antiguosas de Ford Fiestas de cuando reinó Carolo y motos precolombinas. Un primor.
La Autoescuela Marte cuenta con tarifas estándares (tampoco vamos a decir que es más barata que el resto), aunque de vez en cuando hacen promociones de matrícula + examen teórico gratis y esas cosas.
Mi consejo es que contempléis la opción de estudiar teórica y hacer prácticas al mismo tiempo. Ellos mismos lo recomiendan y es una manera de acortar sensiblemente la Odisea que supone sacarse el carnet (¡temblores me dan cuando me acuerdo!).
Las prácticas con Miquel son la recreación misma de «Paseando a Miss Daisy». Su tranquilidad y la confianza que deposita en sus alumnos hace que no sólo te acostumbres a conducir con música, sino que también seas capaz de mantener una conversación al volante sin parecer monguer.
A partir de ahí, aprobar es cosa vuestra.