Marc’s Bocadillos, es uno caso curioso en la Barcelona de mediados de los años 70 y más si tenemos en cuenta la zona en el cual se ubica(Paseo de Maragall — calle Manigua) Todo un oasis en una zona y una época en la cual brindaba a vecinos y amigos una alternativa nada envidiable con sus colegas de las zonas más céntricas de la ciudad. Si este local hubiera estado situado en una zona mucho más comercial o artística de bien seguro que sería todo un clásico en cualquier guía de la ciudad. Por eso va mi tributo a este local que he frecuentado tantas veces por ser vecino durante 30 años. Pero eso no quita que sos bocadillos sean todo gustito para el paladar.
Mireia B.
Rating des Ortes: 4 Barcelona
Marc’s entrepans es un local especializado en bocadillos que no tiene nada que envidiar a los famosos Conesa. Lleva desde 1975 haciendo suculentos bocadillos y se ha ganado la buena fama en el barrio del Guinardó. Siempre que he ido me he llevado el bocadillo a casa ya que el local es bastante incómodo y los taburetes no invitan a sentarte tranquilamente a degustar tu «afrodisíaco»,“JL” «Especial» o «kamasutra», para citar alguno de sus peculiares bocadillos. Comerse un bocadillo en Marc’s entrepans es toda una delicia. ¡Te sorprenderás!
Raül R.
Rating des Ortes: 5 Barcelona
El Marc’s es otro de esos lugares que por el hecho de no estar en el centro, no es lo suficientemente conocido. Si estuviera en medio del triángulo erótico-festivo de El Molino, El Bagdad y el Arteria Paral*lel, sería centro de reunión de todo tipo de artistas de la farándula, el moderno de turno diría que es lo más, saldría en las revistas más underground y al final el alcalde les daríà la llave de la ciudad por haber reunido durante años a la nueva gauche requetedivine. Pero no, está en el Passeig Maragall. Aunque una cosa no quita la otra y hay que decir que el local es muy agradable, por su decoración y por su ambiente, para tomar algo o para tirarse directamente a los bocatas. Yo, cuando voy, me pido dos de golpe para ahorrar un viaje a los camareros(siempre atentos, siempre preguntándote si te falta algo –incluso alguien diría que demasiado, va a gustos-). Me gustan los bocadillos consistentes, con ese pan tostadito y con ese punto exacto de calor. El Blanc i Negre(salchichas del país y butifarrón de cebolla) te hace ver colores que antes ni imaginabas; el Honorable(chistorra envuelta en tortilla) te hace honrar los ancestros de su inventor(¿los bocadillos se inventan?). Hay gente que se pide primero el Afrodisíaco y luego el Kamasutra, y no os diré qué llevan, que aún los querréis probar en casa estando solos… En definitiva, más de veinte bocadillos, cada uno más bueno que el anterior. Y para acabar, el pastel casero de queso y endrina(ciruelo silvestre), ¡ñam!, para asilvestrarte de golpe y empezar a gritar: ¡Maaaaaarc’s! Lo único malo: que te cobren 1.50 € por traértelos a casa… Y perdón por la extensión, ¡que conste que no tengo grafomanía!
Adrián C.
Rating des Ortes: 4 Barcelona
Llevo yendo al Marc’s desde que con diez años vine a vivir al barrio. Mi primer recuerdo gustativo del local seguramente fue el Manelic, un bocadillo hecho con bull y cebolla en vinagre, de nombre con aires mitológicos catalanes, que obviamente no he probado en ningún otro sitio. Eran bocadillos planchados, en pan blando que se vuelve ligeramente crujiente, rellenos de las más variopintas mezclas en una época en la que bocadillos como aquellos no se veían por Barcelona, excepción hecha, quizá, del Conesa de la Plaza Sant Jaume. Años después trabajé allí una época como camarero. Conocí a Josep y a Esther; a Conxita, suegra y madre; a Nuri, que ya no está, y a Óscar y a Xi Yon, que también abandonaron poco después de que yo lo dejara, como tantos otros camareros del lugar, en un recambio cíclico producto quizá de los calentones. El ritmo era frenético, sobre todo los fines de semana, cuando medio barrio venía a comer Kamasutras y Jotaeles, que eran y seguramente siguen siendo los bocadillos de referencia de la clientela. Con el tiempo, después de cenar allí cada noche, creo que mi preferido –o uno de ellos– es el Paté-chicken, con los dos ingredientes que el mismo nombre indica. Ahora, pese a vivir al lado, voy menos de lo que me gustaría. Algunos amigos dicen que es caro, aunque no creo que pagar 4 euros por bocadillos de su calibre sea para llevarse las manos a la cabeza en la Barcelona que nos ha tocado vivir. Un mediodía de estos me dejaré caer, a ver si Josep tiene algún chiste nuevo para contar o algún nuevo bocadillo en su extensa carta.
Robert
Rating des Ortes: 3 Barberà del Vallès, Barcelona
la verdad es que lo bocadillos siguen siendo bastante ’ imaginativos’. sitio recomendable!
Vesull
Rating des Ortes: 4 Barcelona
Bocatas imaginativos, al menos cuando fui yo, a saber ahora.