Tenía altas expectativas de este sitio, tras algunos comentarios que había leído del mismo, y como ocurre muchas veces cuando las expectativas son altas… las mismas no se cumplieron. Es un bar especializado en pescaíto frito y a la plancha, así como en mariscos, situado en una de las principales calles de Chipiona. En primer lugar no me gustó que casi todo se debía ordenar por raciones o medias, limitándose las tapas a algunos aliños, pero bueno, en este caso no fue un problema. Probamos los siguientes platos: — huevos de chocos aliñados. Estaban demasiado rígidos, sin la tersura adecuada. — puntillitas. Para mi gusto eran algo pequeñas y estaban excesivamente fritas. — ortiguillas. Me declaro un auténtico fan de este plato gaditano. Aquí tenían excesiva harina con lo que prácticamente no tenían sabor, y mira que eso es complicado en esta comida. — calamar plancha. Este fue el plato que más nos gustó, si bien la relación calidad precio era baja ya que el plato salió a 18 €(40 € el kilo, ya que se vende al peso), un precio muy excesivo para dicho plato. En definitiva, una experiencia algo decepcionante, que posiblemente no repita.