A Casa Do Cura

Estupendo servicio, exquisita comida… Y con hambre, desde luego, no te quedas. Ambiente cálido y agradable y se nota que la presentación de los platos está trabajada… Por cierto, las croquetas maravillosas!!!

Un sábado de diluvio universal… El restaurante estaba a tope Xo nos reservaron una mesa alta. El servicio impecable, el camarero rápido, eficaz y simpático. La carta es curiosa, todo hace referencia a los antiguos conventos de curas y sus monaguillos… Pedimos media ración de croquetas (raro en mi!!!) variadas y muy buenas. Media de rabas (otro clásico, en este caso de mí «consorte») y una ración de raxo (RIQUÍSIMO).
Llegamos a duras penas a los postres, pero «negociamos» una ración razonable de tarta de tres chocolates… Más que recomendable Xo cuidado con lo q pedís para no salir rodando, dejar comida en el plato es imposible.

Mi padre ha tachado este restaurante como el sitio con los nombres raros y es que cada plato tiene un nombre que hace alguna referencia al tema del restaurante o sea la iglesia. Pero calmad, aquí lo único que se comulga es buena comida y bebidas espirituosas.
En una pared tienen esta leyenda escrita que dice (más abajo está la traducción):
«Nunha época de moita fame e pouca fé, conta a lenda das ocurrencias dun cura que gardaba as hostias xunta o unto e os chourizos para espertar co arrecendo o espirito preguiceiro dos seus feligreses. En pouco tempo enchenselle a igrexa de espiritos, e a casa de badullos famentos. Mais non arrendou e abriu a porta a todolos vecinos que o precisaban… aprendeu que un plato de caldo e una cunca de viño saben mellor en Santa Compaña.»
Para quienes no lo hayan entendido, esta es mi traducción aproximada al castellano:
«En una época de mucha hambre y poca fe, cuenta la leyenda de las ocurrencias de un cura que guardaba las hostias junto con el unto (grasa de cerdo enrollada y currada usada principalmente para hacer caldo gallego) y los chorizos para despertar el espíritu deambulante de sus feligreses con un olor agradable. En poco tiempo se llenó la iglesia de espíritus y su casa de barrigas hambrientas. Sin embargo no alquiló su casa y abrió la puerta a todos los vecinos que lo necesitaban. De esta forma aprendió que un plato de caldo y una taza de vino saben mejor en Santa Compaña.»
La carta se divide entre peccata minuta (tapas), racións (raciones), para os de fuciño fino (para los de gustos mas finos), pra compartir (para compartir), cousas verdes (cosas verdes) y larpeiradas da monxa (dulces de la monja). Los domingos tienen callos.
Lo unico que no me gusta de este restaurante es que solo he visto la carta escrita en gallego, nunca en castellano y mucho menos en inglés. Me parece muy bien para la gente que entiende gallego como yo pero es un detalle algo feo con respeto a los que vengan de fuera que quizá no entiendan el idioma local.

Me encanta su carta hecha con cds, pero lo que más me gusta Da casa do cura son sus postres. La comida es excelente, pero recuerda que es importante dejar algo de espacio para probar sus tartas caseras.