Es un sitio perfecto para la primavera y el otoño o los días de buen tiempo en invierno. Tienen columpios y castillo hinchable para los niños con lo que puedes disfrutar de tu comida y ellos también, ya que todo está a la vista y no les pierdes el ojo en ningún momento. Los platos son abundantes y sin duda no vas a quedarte con hambre si pides una impresionante parrillada mixta para dos.(lo de «para dos» es un eufemismo) Las mesas del restaurante están bajo una pérgola y por tanto sin paredes, el viento corre por el sitio haciéndolo muy fresco y agradable. No obstante, también dispone de un local cerrado y en la parte delantera de mesas tipo lunge para tomar copas. El personal claramente no ha estudiado en la escuela de hostelería de la Taberna del Alabardero y quizá puede incomodar a alguien cierto exceso de familiaridad. En cualquier caso para una salida dominical es un sitio estupendo en el que ponerse hasta la coronilla de carne, los niños pasan un buen rato y en definitiva toda la familia disfruta.