Piscis

Posiblemente la peor comida de mi vida.
Terraza minúscula, nos sentamos en el interior y no hay aire acondicionado. Estábamos al lado de los fogones. Un calor agobiante. Sudando como en el desierto. El camarero bebiéndose una cerveza mientras nos atendía.
La comida, créanme, muy mala.
Las bravas era patatas deluxe bañadas en mahonesa y ketchup. La hamburguesa me recordó a las que me hacía mi madre con 12 años: de guardería. Nos sacaron Coca-​Cola de 237ml…
No volveré y no lo recomiendo.

Creo que es la segunda o tercera vez que voy y siempre me ha llevado la misma persona, Manolo L.
Es un local pequeñito de la playa de Gandía que está abierto todo el año. Se nutre principalmente de estudiantes puesto que lo que sirven principalmente son tapas y bocadillos que, por cierto, están riquísimos.
El ambiente que hay ahí es muy agradable, los camareros interactuan con los clientes y tienen wifi gratis. Pídeles la clave y ya verás como te llevas una sorpresa.

Nadie aguanta tantos años en la Playa de Gandia si no lo haces mínimamente bien. La bocatería piscis ha estado ahí sin moverse desde que conozco la playa de Gandia: más de 10 años. Además es de los pocos negocios que aguantan con clientela fija en invierno.
Está situada muy cerca de la universidad, y eso afecta necesariamente a su ambiente joven, amigable y distendido. Los dueños son dos hermanos jóvenes que mantienen el sentido del humor (a veces difícil de pillar) día tras día.
La comida está riquísima. Los bocadillos son generosos y sabrosos, pero si por algo te recomendaría este sitio, es por sus tapas. Tigres, pinchitos, BRAVAS, y un largo etcétera que debes probar.
El precio es asequible. El local es pequeñito y en invierno puede llegar a ser algo agobiante. No obstante, tiene una terraza muy agradable abierta todo el año.
Si te gusta el ajedrez, puedes pedir que te dejen un tablero y echarte una partidilla, y si eres bueno jugando, ¡rétales!
Te lo recomiendo.