Sitio muy blanco con estética tailandesa(¿?) dueños argentinos(¿¿??) y comida de tapas mediterráneas(¿¿¿???). La comida fue agradable, salimos a menos de 20 € por cabeza con bebida, postre y café. Comimos a base de tapitas: ensaladilla, croquetas, tortitas de camarón, etc. Todo muy rico y rápido. Los camareros se les notaba un poco principiantes y había un amigo del dueño tipo viejo verde que menos mal que se fue a mitad de nuestra comida, porque las conversaciones eran muy desagradables. Eso fue lo único malo de todo el tiempo que estuvimos. Para tomar copilla nocturna tenía buena pinta, con terraza y sofás.