Casa Blas

Mi padre, leonés de toda la vida, siempre me ha hablado de las patatas de este local, que lleva funcionando desde 1960, y aún tenía algunos recuerdos de mis visitas infantiles a la capital leonesa y venir aquí, por lo que tenía ganas de ver qué había sido de él y aproveché que estaba por León para pasarme.
Lo han modernizado bastante, ya no es ese «bar de abuelos» del cual tenía reminiscencias, sino un bar con ambiente bastante moderno y elegante. Eso sí, la esencia sigue siendo la misma: patatas, patatas y más patatas. No intentes pedir otra cosa porque no hay. Te ofrecen la posibilidad de elegir entre picantes o no picantes y yo, por probar, elegí ambas. Bastante buenas.
El precio por caña fue de dos euros, aunque era una caña bastante grandecita, por lo que no me pareció excesivamente caro.
Cuando le comenté a mi padre que había vuelto a este sitio, se le cayó alguna lagrimita y todo, ya que lleva siendo una institución en León desde su apertura. Casa Blas, no mi padre.

Parábamos en León para echar el día siguiente y necesitábamos un sitio donde picar algo antes de dormir. Al buscar aparcamiento por la zona (azul) de los alrededores del hotel vimos esta Casa Blas muy ambientada, así que decidimos ir a dejar las maleta y venir aquí a tomar algo.
La sorpresa fue que más que un bar de tapas, taberna o cervecería, Casa Blas es una freiduría de papas. Ni más, ni menos. «¿Las quieres picantes o muy picantes?», juraría que me dijo el camarero. Las pedimos picantes y sí, todavía me arden los labios.
Y ya está. No sirven nada más. Ni tapas, ni aceitunas, ni nada. Patatas fritas. Desde luego, es una opción interesante para comenzar la noche con una cervecita o un vino, pero no para echar aquí mucho más tiempo del necesario para entrar en calor.

De las mejores patatas fritas de León

Un bar típico de #leonesp. Las mejores y más famosas patatas de la ciudad.
Pide un butano y una de picantes.

C’est une institution à León, mes parents s’y rendaient déjà dans les années 60 avant de partie pour la France. Située d’abord calle Sampiro, le bar à bouger quelques années plus tard, deux pâtés de maison plus loin. Certains affirment qu’à la mort du père fondateur, la maison à perdu un peu de son âme mais à la vue du monde qui s’y agglutine, la tradition semble perdurer. Ici c’est la règne de la patate ! de la patata brava pour être précis, c’est à dire qu’elle piqué et pas qu’un peu, la brave dame. J’ai donc opté pour sa version soft avec un petit verre de «limonada «et qui n’a de limonade que le nom car c’est plutôt sa version castillane soit une bonne sangria maison sucrée à souhait et donc traitresse. Si vous passer par León, en route vers St Jacques de Compostelle et que vous avez un peu de temps devant vous passer à Casa Blas, pour vous plonger dans l’ambiance d’un vrai bar castillan.