San Román es un pueblo con dos bares. Suficiente para los pocos habitantes que viven allí durante el año, aunque en verano la población se dobla. Éste es uno de ellos y para mi es el mejor con diferencia. Es el típico bar de toda la vida en el que todos se conocen y en el que cada verano se siguen acordando de tu nombre y saben lo que sueles pedir. Los domingos dan tapas gratis con la cerveza o los refrescos que pidas, y se llena hasta los topes. Gente sentada y de pie en cualquiera de las esquinas. Durante la semana está algo más tranquilo y es muy habitual ver a grupos de gente mayor, jugando a las cartas y grupos de niños jugando a alguno de los juegos de mesa que se prestan en el bar. Es un bar no muy grande, decorado con cuadros y tejas pintadas que elabora la hija de una de las propietarias. Una verdadera artista que también pintó unos preciosos murales en la plaza principal del pueblo. La familia que lo regenta es extremadamente amable y les tengo un cariño especial.