Anticafé

Great music-​great vibe-​very calm. Nice place to have a coffee or drink. Definitely not your typical Madrid café-​reminds me more of an urban USA coffee hangout. Highly recommend!

We have visited this café 4 times during week long stay in Madrid. This place is amazing… it has great drinks… great service which is hard to find here… and great ambience.

Conocí este café en 2008, era un asiduo al local y, sin saber muy bien la razón, estuve sin pisarlo hasta 2014. Mi sorpresa, descubrir que seguía abierto, con alguna remodelación pero en el mismo estilo. Escondido en una calle muy tranquila cerca de Ópera, este café (abre tarde, sobre las cinco) es vintage desde sus orígenes y antes de la oleada de sitios similares en Madrid, y la decoración del local, algo kitsch, te hace sentir muy cómodo para citas más íntimas y personales. Recomendación: el chocolate vegano frío, algo caro (creo que son 4 €), pero súper bueno!
Mejor en la planta de arriba; en la de abajo a veces es un poco húmedo.

Cocktails délicieux. Service souriant et accueillant.
Une immersion dans le Madrid des annees 70.
Top!

Anti-​touristica…
Slightly Tropical…
Definitely Hipster…
Vibrant…
Shabby Chic!
Steady soundtrack of Brasilian grooves.
This hidden gem near Opera is serving up the freshest true cocktails in Centro.
They’re also giving you fun tapas like popcorn & candies with each round.
Each drink will run you about € 8.

El anticafé; ese sitio que ya era hispter antes de que lo hipster se pusiese de moda, antes de que supiésemos que era un hipster y tener los muebles dispares y como sacados de casa de tu abuela parecía más una alternativa barata al Ikea y de reciclaje activo que un estilo de decoración de lo más chic.
¿Qué me dices? ¿Que lo del rollo hipster no va contigo? Bien, no te juzgo (de eso ya se encargarán los verdaderos hipster de pro) pero ¿y si te digo que no escucharás nunca por el hilo musical a alguien pidiéndote más gasolina? es más ¿y si te digo que puedes sentarte y charlar sin necesidad de terminar la noche con la sensación que lo único que has visto de tu amig@ es el lóbulo de su oreja?
¿Eh? ¿Eh?
Además de la consabida cerveza o copichuela de vino tienes en carta cafés, zumos, batidos, granizados y cómo no… cóckteles (menos de gambas) con opciones para vegetarianos, veganos y para esa otra especie ibérica en peligro de extinción (a parte de los linces); los abstemios. Buenos y bonitos (lo de baratos ya era demasiado pedir aunque tampoco son prohibitivos)
Para los golosos de última hora, la tarta de zanahoria siempre es una buena opción.

Hace años solía frecuentar el Antiguo Anti Café (Lo llevaba otra gente) y si bien era un sitio agradable con billar y un rollo postureta aceptable, se caía en cuanto al servicio, pues su dueño era muy borde y desagradable, algo que considero inaceptable sobretodo cuando eres un cliente usual: Dejé de ir.
Hace poco escuché que había cambiado de dirección y me animé a ir; Han quitado el billar, han retocado algunas cosas y tienen un DJ enmedio del «Hall» pero en esencia es el mismo bar. Un lugar agradable que ofrece una alternativa en la zona, bien. El servicio no destaca por ser ejemplar ni por simpatía ni por eficiencia (Cuando llevas 4 mesas olvidarte de algo y cobrar en varias tandas me saca de quicio) pero también es achacable a que un día es un día y no es representativo de nada. Le doy tres estrellas rascadas pero volveré.

This is a pretty cool café near Opera. Walk inside and you’ll be struck by the blue walls, plain and tile. Each level and room has its own unique vibe. They specialize in drinks, so I hope you’re thirsty for smoothies, cocktails, beers, juices, coffees and more. My friends and I did a mix. I enjoyed my maracuya smoothies while others drank their beer and ate the provided small snacks.
Cozy for any group size. Watch out! Comfortable chairs lead to making out as demonstrated by other patrons.

Uno de mis cafés/​bares favoritos de Madrid, sin duda. Es un sitio súper original, de estilo popero, muy acogedor. Los sillones y las mesas son todos distintos. Tiene un par de habitaciones en el piso de arriba y otra en el sótano.
Sirven cafés, zumos y cócteles a precios aceptables para la zona. También tienen tartas caseras y te ponen palomitas con pimienta con la bebida. Venden camisetas y chapas con el logo y el camarero es súper simpático. Los cócteles están de muerte, mi favorito es el Pink Lady: vodka, licor de piruleta, fresas y una piruleta (7 €). No dejes de probar su selección de ‘anti-​cócteles’. Lo único malo es que abren un poco tarde, me encantaría poder ir a merendar allí.

Recuerdo la primera vez que fui… claro entre el acompañante y lo bonito que era pues me quedé prendada. Suelo llevar a muchos amigos allí para alejarnos del barrio porque sino criaremos raices en los mismos bares.
A mí me encantan los batidos de plátano y una buena tarta de zanahoria que les queda estupenda. Entre semana abren sobre las 6 creo y el finde un pelín más prontito.
El ambiente es muy acogedor y siempre tienen una expo en sus paredes.

Me gusta muchísimo el aspecto retro de este local… aunque a veces esté conseguido a base de sentar a sus clientes en unos durísimos bancos y en unos sillones algo destartalados que terminan haciendo que te duelan las posaderas durante el resto de tus días. Pero sin embargo, sigo acercándome de vez en cuando porque tiene un horario muy conveniente: si el sábado sales a comer y la tarde te pilla desprevenido, no hay nada como acercarse aquí para tomar algo, porque está abierto desde las 17:30.
Los precios están bastante ajustados (algo que siempre es un buen dato) y hay infinidad de cócteles a probar, si ves que el combinado de toda la vida no es lo tuyo o te sientes con ganas de experimentar. Las copas suelen servirlas con algo que llevarse a la boca (ya sean gominolas o palomitas) y recuerdo que antaño hacían conciertos acústicos en su planta baja, aunque no sé si los siguen haciendo ya o no, atendiendo sobre todo a lo dura que está últimamente la policía en Madrid con respecto al ruido.
El ambiente está entre lo pijo, lo bohemio y lo perroflauta, así que no lo dudes: gustará a todos tus amigos, sean como sean.

Lo primero que llama la atención cuando entras en este garito es la decoración, un popurrí de muebles que consigue un aspecto muy retro.
Lo mejor son sus bebidas, zumos naturales caseros y cócteles, que siempre sirven con un cuenquito de frutos secos o un bol de palomitas. Es perfecto para pasar una noche o una tarde tranquila charlando con amigos, algunos de sus asientos son antiguos sofás, lo que ayuda a que te sientas como en casa. Para comer sólo tienen un par de tartas, pero están bastante ricas, sobre todo la de chocolate con nata.
Tienen un corner en el que venden chapas y camisetas con la marca, pero a diferencia del resto de precios del local no salen muy económicos. De bebidas probad el batido de melón o el cóctel de piruleta.

Pues me gusta este bar, sobre todo porque creo que no hay otro parecido en la zona de Ópera, donde abundan sobre todo los cafés literarios, los restaurantes y algún que otro bar de tapas y raciones.
El Anti Café es de esos bares un tanto laberínticos, que sin ser muy grande, esconden un saloncito a la vuelta de cada esquina. En la parte de abajo, además, dan pequeños conciertos. Muy de Malasaña, lo mismo que para quedar tranqui por la tarde que para tomarte la primera copa pasadas las doce (tienen buena carta de ginebras y cócteles, sin ser coctelería ni nada que se le parezca).
Mola bastante. Muy Malasañero, y no tan concurrido. Si te apetece explorar esta zona tranquila cercana al Teatro Real, esta puede ser una muy buena opción para acabar el recorrido.