Hacia años que no venía por aquí, de hecho me sorprendió no encontrar el local en Unilocal porque es uno de los de más solera de la zona. Hace mucho tiempo era mi café favorito donde he pasado tardes enteras de verano. Aquí se fraguó mi primer amor. Es de esos sitios que tienes en la memoria grabados con un aspecto mucho mejor del que tiene. Con los años ha perdido mucho lustre y está algo anticuado y decadente pero conserva el sabor añejo de un café donde charlar tranquilamente. Los precios son casi comparativamente más baratos de lo que eran hace años y no son excesivos para el tipo de café que uno se toma aquí: algo más elaborado como un irlandés o similar. Puede que mi visión nostálgica me haya hecho darle alguna estrella de más pero es que nos atendieron muy bien y con el chocolate no faltaron unos cuantos bizcochos y un buen vaso de agua ¡y sin pedirlo!