Asador Imanol Belaúnde

Imanol es otro de tantos sitios de pintxos vascos que podemos encontrar por Madrid, no son los mejores que he comido, pero no están mal en general… Son de tamaño generoso aunque la calidad en ocasiones deja mucho que desear (supongo que el motivo es que muchos de ellos llevan horas elaborados y colocados en el mostrador…). Si pasamos al comedor la carta varía, aunque también se pueden pedir pintxos si se consumen platos de la misma. Pedimos unas croquetas de jamón que podían ser de todo menos caseras, eran más bien un amasijo de bechamel sin gracia ninguna y sin más relleno que eso, aceitosas y poco atractivas a la vista, vamos, de las que podríamos encontrar en la sección de congelados de cualquier supermercado. Pedimos además una carne, chuletón de ternera gallega, lo pedimos al punto, pero nos lo trajeron excesivamente poco hecho, y finalizamos con unos pintxos; aceptables. He de decir que al sentarnos en el comedor y pedir la bebida nos obsequiaron con una chistorritas fritas que estaban muy buenas. Un postre para compartir, un par de gintonics y las bebidas durante la cena (cervezas y vino) sumado a lo anterior, dió pie a una cuenta de 120 € que entre 4 personas y teniendo en cuenta lo consumido y su calidad, no nos pareció caro si no razonable. Eso si, el servicio, pero como en todo Madrid, desagradable y de nefasto trato.

Buen sitio, correcto, sin más para pinchos. El restaurante es razonable

En este cuarto local que abre la familia de Miguel Ansorena reinan los pinchos y las tapas, aunque me sigue dando un poco de rabia decir que esto sean tapas, cuando realmente son aperitivos y raciones.
Cuenta con un pequeño comedor de unas escasas 10 mesas donde poder devorar carne, pues aunque este local sea algo diferente de sus otros tres, no siendo un asador, sigue siendo un templo a la carne.
En su cocina vasco-​navarra nunca faltan las verduras de la ribera, los revueltos o el marmitaco de bonito. También es verdad que en su parrilla salen rapes, rodaballos, besugos o bacalaos de muy buena calidad. Pero aún así, aquí lo suyo es comerse el chuletón, la carne roja que el carnicero de plantilla se encarga de madurar en 20 o 30 días y despieza para repartir entre los cuatro locales.

Otro sitio de pintxos vascos-​navarros en la capital. Así es como podría definir al Bar-​restaurante Imanol. Tiene una parte de restaurante donde creo que los precios se suben un poco y otra parte de barra donde puedes comerte alguno de los pintxitos por 1,90 euros. La variedad de los pintxos es bastante grande pero si quieres tapas o raciones la cosa está un poco más limitada.
El trato lo podría calificar como atento de más…es muy bueno pero los camareros a veces terminan resultado un pelín cansados porque te preguntan mil veces si quieres algo más…que digo yo… si quiero algo… ten claro que te lo voy a pedir en cuanto me apetezca.

Un bar de pinchos navarro con algo más de calidad que otras cadenas más extendidas, pero que la verdad tampoco ofrece nada nuevo.
Los precios son tirando a caros sin ser abusivos, y la carta es la que se podría esperar en un sitio así.
Suele estar hasta arriba, y los días de fútbol más aún.
El pincho de solomillo estba bastante bueno, así como la tortilla, pero vamos, como ya he dicho, nada del otro mundo.