Burger Joint

Nos juntamos 12 personas un viernes a las 21:00 para intentar cenar aquí, no admiten reservas y sabemos que igual tenemos que recurrir a un plan B pero cuando llegamos apenas hay una mesa ocupada y conseguimos juntar unas cuantas.
Antes de nada voy a pedir una cerveza mientras esperamos que siga llegando la gente. Tienen 1906 y Monsieur Gordo (artesana) de tercio, pregunto a la camarera por la última, le pregunto si la ha probado y cómo es. Me cuenta que tiene mucho gas, hace mucha espuma, no es suave y está rica, decido pedirla y echo un vistazo a las hamburguesas que están descritas en unas pizarras encima del mostrador.
La cerveza, sin más, no me apasionó, pero es correcta.
Optamos todos por combo: hamburguesa, patatas y bebida por 12 €. Estaba entre la ‘mexican’ o la ‘bleu’ pero finalmente elijo la primera.
Tienes que estar atento al timbre para ver si ya está tu pedido. Tardan un poco, aviso.
Llega la hamburguesa (guacamole, jalapeños, queso, tomate, cebolla morada y salsa picante (también dicen que mucho amor)). Un camarero nos trae sus salsas caseras: ketchup con curry, mostaza con miel y mayonesa con cilantro. Para los poco aventureros se pueden pedir sobres clásicos de Heinz de estas salsas.
Pues eso, la hamburguesa: bollo casero, que tras unos pocos minutos no me convence pues no deja de deshacerse. Carne buena, rica, los puntos no los controlan nada: la mía supuestamente al punto sí que estaba sonrosada pero debido a que es demasiado gorda. Por fuera está quemada, tal cual, sabor a quemado en la boca. El picor de los jalapeños y de la supuesta salsa picante lo calificaría como ausente. No pica NADA. Movidón total con el pan, os lo digo, he comido kebaps con más glamour.
Las patatas bien pero esperaba mucho más por cosas que había leído.
En definitiva: ni fu ni fa, no pienso en repetir ni me quedé con la cosa de decirle a nadie que debe probarlo.

Tenía ganas de probar la nueva apertura del barrio y la verdad es que me dejó bastante frío la experiencia.
Para empezar, el local no es muy bonito que digamos y está fatalmente iluminado. El menú consiste en 4 tipos diferentes de hamburguesas bastante simples, lo cual no es impedimento para que estén buenas, pero por lo menos la americana que es la que probamos no me dijo mucho. La carne no estaba mal, aunque no era muy sabrosa, el punto no estaba bien (la pedí poco hecha) y el bacon estaba como una piedra, no sé si es la intención, pero el cambio de textura tan brutal entre el resto de la hamburguesa y el bacon no le hace ningún favor.
La comida viene en envases propios de un sitio de comida rápida (que en definitiva es lo que es), es decir patatas en un sobre, hamburguesa en una bandeja de aluminio de usar y tirar, y la bebida en un vaso de plástico. Yo pedí una cerveza artesana «Monsieur Gordo», que la verdad está muy buena, pero poner una IPA sin vaso, o a lo más con un vaso de plástico no es nada bueno, ya que es un tipo de cerveza muy aromático que necesita una buena copa de cristal. Las patatas están bastante buenas, y de postre nos pusieron un brownie (también viene en un sobrecito de papel), que era un mazacote con una densidad brutal, aunque bueno de sabor.

The burgers are Terrifico! My fav burger spot in Madrid now! They keep it simple and to the point.
Food: ¹⁰⁄₁₀ I’ve had burgers all around the world. Their «Mexican» (avocado and spicy saucy, the one I tried) is super tasty! Great meat, great bun and superb fries. The perfect crunchy ones :)
Service: ⁸⁄₁₀ it’s a half-​self-​service thing. You don’t go there for table service. You go there to hang with your friends. Incidentally, the staff is super friendly and there is the token hot girl, of course :)
Drinks: ⁹⁄₁₀ they got a great pale ale! Though don’t expect a huge drinks menu.
Ambiance: ⁸⁄₁₀ casual, hippie, hipster vibe. Great spot to let your hair down!

Con la cantidad de ofertas que hay, o destacas o mueres. Una hamburguesería es lo más común y poco original que puedes abrir a día de hoy, y se ven intentos de destacar que no hay por dónde cogerlos.
Yo no juraría que este sitio pertenezca a la cadena Burger Joint que tiene locales por todo el mundo. Sí, el logo es igual, pero el restaurante no aparece junto a los de NY o Singapur en su página, y echando un vistazo a la carta estos ofrecen hamburguesas muy básicas, donde lo único extra parece ser el bacon (aparte de encurtidos, lechuga, queso).
En el Burger Joint de Madrid han creado unas hamburguesas de supuesto corte internacional que no tienen sentido alguno. La jamaicana es lo más esperpéntico que he visto en mi vida. Lleva piña, y al parecer por eso es jamaicana. Ni pimienta jamaicana, ni chile scotch bonnet (el ingrediente por antonomasia en la cocina del país), ni curry jamaicano. Sólo piña. La francesa está llena de ingredientes italianos.
Y bueno, eso no sería un problema si las hamburguesas estuvieran buenas, pero me pasé a los 3 días de que abrieran y después de pedir la carne al punto, no solo estaba tan hecha que se había quedado totalmente seca, sino que el queso de encima estaba quemado. Negro. Yo eso no lo serviría en mi casa, y me cuesta mucho creer que no se dieran cuenta. Simplemente indica que no saben hacer carne muy bien, no controlan los fuegos y todavía no han asimilado lo que implica servir comida a la gente, que por muy majo que seas no me voy a comer tu sonrisa. Al ver críticas de otros usuarios creo que tienen un problema al hacer la carne.
El local a mí me parece cutre e impersonal, con «grafitis» en la pared que a mí me recuerdan a una carpeta del colegio cuando tienes 13 años, o cuando lefties intenta hacer una camiseta aludiendo al punk y la embadurna de los clichés más sonrojantes que existen. Los carteles con las distintas hamburguesas en la entrada están LLENOS de errores, en inglés, en francés, en los ingredientes.
Los chicos son majos, sí, y tienen tiempo de aprender, mejorar y repensar las hamburguesas, pero creo que es comprensible que cuando se me quedó sabor a quemado durante una hora en la boca, no saliera muy impresionado.

Otra nueva hamburguesería en la zona. Con varios establecimientos alrededor del mundo (EEEUU, Brasil, Emiratos Árabes o incluso Corea del Sur), aterriza en Madrid no sé bien si debido a esta repentina fiebre por el mundo de la hamburguesa en el que estamos inmersos.
Ocupando la misma ubicación de otro emblemático y ya desaparecido negocio de bocadillos castizos, Burger Joint no llama demasiado la atención. Fachada en negro con grandes ventanas y por cartel sólo el logotipo del negocio, si no te fijas bien, te lo pasarás.
El local es muy sencillo. Varias mesas con sillones a un lado y al otro mesas y sillas al más puro estilo hipster. Y es que ese es uno de sus atractivos, parecer lo más posible a un local más de barrio y de andar por casa que un local gourmet de hamburguesas. Paredes llenas de pintadas, grafitis y posters de cantantes como Bob Marley, Mick Jagger o Kurt Cobain y carteles informativos del menú en cartón y escritos a mano. Algún que otro elemento decorativo y poco más.
En las mesas podrás encontrar rotuladores para dar rienda suelta a tus artes decorativos en las paredes del local.
La cocina, tras un amplio cristal y a la vista.
Al llegar al establecimiento, debes ir directamente a pedir a la barra. Hay cinco hamburguesas para pedir; al mediodía tienen un menú por 10 € que incluye cualquiera de las hamburguesas, patatas fritas (nada de congeladas, lo cual se agradece), bebida (refresco o si es cerveza, ésta es pequeña) y brownie que siempre puedes llevarte, ya que te lo dan en una pequeña bolsita de papel.
Una vez hecho el pedido, dado tu nombre y pagado, puedes llevarte la bebida e irte a una mesa a esperar.
El personal me pareció muy simpático, son argentinos y suelen dar cualquier información sobre la comida que les preguntes.
Una vez el plato está listo, puedes acercarte de nuevo a la barra a recogerlo. Lo presentan en una pequeña bandeja de aluminio, hamburguesa y patatas juntas.
La hamburguesa no me pareció muy grande, pero se agradece bastante ya que últimamente salir al mediodía a comer una hamburguesa es casi como un suplicio ya que la digestión la tardas en hacer el resto del día. Así que el tamaño me pareció correcto tanto por el precio como para lo que yo suelo comer.
La carne, en su punto, como la pedí, me gustó. Tenía cierto toque picante que no supe identificar, pero me pareció bastante sabrosa.
Las patatas, buenas, sin llegar a ser nada del otro mundo. Puedes pedir alguna de las salsas que tienen y que son bastante originales.

Donde antes había un Brillante, ahora ha abierto una hamburguesería estilo jamacaino– callejero, como ellos se definen. Tienen cuatro hamburguesas, de la Classic, con queso, a la Jamaicana, que lleva hasta piña, y todas se sirven en bandejitas de papel de aluminio, como si fueras a comértelas en un chiringuito de playa. La carne está jugosa y el pan es blandito y bueno. Merece la pena repetir.

Viernes noche después de ver «An» en los cines Verdi, japonés subtitulado (y es que todos tenemos nuestro pequeño hipster) ganas de marcha en el cuerpo y un hambre voraz que se abre paso poco a poco en nuestras conversaciones, «oye que chula la escena de … ¿Y si cenamos?» «te has fijado en el plano secuencia de … Qué hambre tengo!!» «Y cuando el dueño de la tienda de dorayaki escribe la carta y … O me llevas a cenar o te muerdo un ojo».
«¿Y si nos zurramos una burger? — Ya, pero tenemos XX, WW y ZZ muy vistos»
Como muchos sabéis, la capital del reino se ha convertido paulatinamente en una macro sucursal de «crónicas carnívoras» con muchos y muy buenos restaurantes de comida rápida pero ofreciendo mas o menos lo mismo, ojo, como concepto de «fast-​food-​dinner», el tema de calidad evidentemente difiere en cada uno de ellos.
Burger Joint viene a darle una vuelta de tuerca a ese concepto, con un estilo desenfadado y gamberro, mas cercano a un local de amigos donde se hacen hamburguesas que a un restaurante propiamente dicho, de hecho, aléjate de él si pretendes tener una conversación sobre lo profano y lo divino, porque la música y el ambiente te acercará mas al baile que al debate. Los menús se sirven en una bandeja de metal desechable, como en mis tiempos mozos y puedes dejar tu seña con rotulador en sus paredes de corcho reciclado.
Con respecto a la comida tienen 2 menús, uno de burger + patatas + refresco por 11,50 y idéntico pero con cerveza por 12 euros (tienen estrella galicia), según me comentaron a la hora de la comida disponen de menú con refresco y brownie por 10 euros. Dentro de ese menú puedes elegir la burger que quieras, en mi caso una «American» con cheddar, bacon y salsa BBQ que a pesar de no estar al punto que pedí, y no ser especialmente fanático de la carne 100% ternera, estaba bien rica, sabiamente acompañada por patatas caseras. Punto destacado sus salsas, ketchup-​curry, mayo-​cilantro, mostaza-​miel, picante que me ayudaron a disfrutar mas aún de la hamburguesa.
Progresa adecuadamente la propuesta, necesita mejorar en alguno de sus ingredientes y destaca en el trato al cliente, y es que son majos, MUY majos. Volveré en unos meses para pulsar en que se ha convertido esta propuesta, a la que a día de hoy le pondría un notable alto.