Casa Asturias

Casa Asturias es un sitio muy agradable donde tomarse unas cervezas (o sidras por supuesto) y unas raciones. En mi opinión, todos los bares de la calle Argumosa se han vuelto un poco caros por la afluencia «hipster» y me cuesta sentirme agusto, así que este mesón es una buena opción si ando por Argumosa y quiero dejarme de tonterías. Te ponen buen pincho con la cerveza y las raciones están muy bien en cuanto a calidad-​precio, la última vez salimos a diez euros cada uno.

Fuimos a este sitio para la cena Navideña de trabajo y aunque fue una gran noche y comimos bien, no creo que me dé por volver habiendo tanta oferta de restauración por Madrid salvo antojo irrefrenable de cachopo (que tampoco es que fuera del otro mundo).
El menú estaba bien de precio (no sé como serán fuera de estas fechas llenas de ofertas para grupos) y de variedad de platos de una calidad correcta, aunque ninguno terminó de encandilarme; cosa que me decepcionó, pues guardo muy buenos recuerdos de la comida en Asturias por un viaje y este sitio no consiguió hacerme volver allí (si no hubiera ido nunca, quizá le habría dado más puntuación, pero las comparaciones son odiosas).
El sitio es bastante grande y con una decoración es un poco casposa.
Servicio algo mejorable (aunque era una noche de gran ajetreo por cenas de empresa y similares y la verdad es que estuvieron a la altura, sacando platos para bastantes personas sin mucho retraso o lapso entre zonas).

Para comida Asturiana en el centro, no hay muchas mejores opciones que este sitio. La comida es excelente, pide lo que pide.

Comienza el calor en Madrid y con ello mas ganas de estar en terraza con una buena caña fresquita. Nos sentamos y con la primera caña tapa de judias verdes es curiosa la tapa porque estas acostumbrado a otro tipo de tapas. Menos mal que con la siguiente llego tapa de morcilla con pimiento del piquillo riquisima, y así sucesivamente. Pedimos agua y muy amablemente nos trajeron los vasitos, y conforme el lupulo gaseoso iba entrando en las venas te empezaba a rugir el estomago.
Dudosas ante la carta tan variada, preguntamos y el camarero nos aconsejo churrasco, que era la especialidad de la casa y sin lugar a dudas un acierto. Tal y como dice Vanesa R. este plataco es para tres personas, que en nuestro caso fue así y quedamos muy satisfechas.
El churrasco venia con pimientos del padrón y patatas fritas, todo exquisito, y detallazo que el camarero nos puso mitad carne al punto y la otra mitad poco hecha (ya que lo queríamos así).
Las cañas dobles cuestan 2’80 € y el churrasco 24 €, creo que calidad y precio van de la mano y salimos encantadas.
Decir que tienen cargadores de móvil dentro del bar de trinaranjus según nos comento el camarero.

Mítico asturiano en Lavapiés. Con otra sede en Diego de León.
Coincido con las opiniones en que las raciones de este sitio están buenas pero no tienen nada especial, les falta ese enganche, ese algo que no encuentras en otro sitio y que hace que quieras volver.
El caso es que yo sí que vuelvo a este restaurante cuando tengo ocasión y hambre, mucha hambre. Porque si bien es cierto q fue las raciones no me entusiasman mucho (bueno, las setas al cabra les están muy buenas, sí) el caso es que uno de sus platos me tiene enamorada: el churrasco.
Lo venden como para dos pero compartido entre tres, si no se tiene un hambre descomunal también vale. Con el punto de la carne como más te guste, patatas caseras y muchos pimientos del padrón, con su sal gorda… se me hace la boca agua.
Aparte, de postre me encanta pedir el frixuelo que está muy bueno y además es la especialidad de la casa.
Y si además acompañas tu velada con sidra, te sabrá aún mejor.

Es uno de los bares donde suelo estar para tomar sidras o cañas.
Nada más entrar siempre me saludan tanto los dueños como los camareros, pues sí, esto es muy agradable y me hace sentir bien cómoda.
Me gusta el sitio ya que ponen aperitivos bastante decentes aparte de que tiran bien las cervezas.
También cabe destacar que hasta algunos camareros de otros bares del barrio me recomendaron este sitio por esta razón, aunque en ese momento ya era clienta.
Hasta ahora creo haber probado raciones de pimientos de padrón, pulpo a la gallega, ensalada césar, ensaladilla rusa, setas a la plancha, revuelto de algo (no me acuerdo!) y menú del día. Todo está bien aunque tampoco es para tirar cohetes a mi juicio.
Lo que me gusta de la ensalada césar es que lleva pollo recién frito y está muy crujiente, lo cual no me pasa mucho en otros bares.
Otra información, algunos amigos míos hablan muy bien de los platos de carne.
En mi caso, en la mayoría de las veces voy directamente a la barra, me tomo un par de sidras y estoy media llena. Los aperitivos que más me gustan son los alitas de pollo y los de cazuela o estofada, que están de lujo.
Llevo así más de 5 años y sigue siendo mi favorito.
El local se sigue llenando incluso desde que ampliaron el local hasta el doble de superficie.
Su servicio es agradable y eficaz, y los platos se sirven muy rápido.

Tantas sidras derramadas en este sitio en la época universitaria y ahora, que vivo al lado ni había entrado, y mucho menos comentado el local. A mi el sitio la verdad que no es de mis favoritos, me gustaba más la sidrería que estaba esquina Fuencarral en un tercer piso, se llamaba Hortensia ?? No sé si sigue abierta.
El sitio está bien para tomarte una botella de sidra y alguna tapa o sí vas en grupo y te vas a ir de fiesta, para hacer base. El otro día que fui para cenar la verdad que me pareció un poco rollo y normal. Nos pedimos dos tintos de verano, una ensaladilla rusa y una de chorizo a la sidra y muy normalito. Todo ello 20 euros. Nos pedimos esto, porque de todo lo que pedíamos ya no quedaba :(
Yo veía que en la carta había mucho de todo, algunas cosas que sobraban y me preguntaba si en realidad eran típicas asturianas.
El servicio muy normal y tampoco tan majo, más bien robótico, como que lo hacen por inercia y un poco hasta las narices.
Eso si estaba hasta arriba tanto dentro como fuera!

Local sobrevalorado. No me pega nada para este gran barrio que es Lavapiés. Las raciones caras y nada generosas; sirva de ejemplo: huevos rotos con jamón 14.00 €. Además el camarero que nos atendió nada agradable, intentando «meternos» el plato más caro de la carta. Creo que no le daré otra oportunidad, no se la merece!

Muy bueno, y raciones generosas. Me gustaría volver.

Tipico sitio de tapeo donde organizar cenas con los amigos. Si eres de o conoces Asturias en seguida reconocerás las fotos que adornan el local. La comida sin llegar a ser ninguna maravilla es buena aunque a veces el precio se dispara un poco.

Si te gusta el queso, la sidra, los pimientos de padrón y el churrasco, éste es tu sitio.
Hay muchos restaurantes asturianos, pero la casa de Asturias, situado en la calle Argumoso, barrio Lavapiés es de lo mejorcito que he probado.
Su terraza siempre está llena de genta, sino inequívoco de que a la gente le gusta.
Hay que controlarse un poco porque la cuenta se puede disparar.

Otro de los clásicos de Lavapiés. Entrar es envolverte en una espiral de botellas de sidra y buena comida. Espectacular la tabla de quesos asturianos y el churrasco con pimientos fritos y patas.
En general todo lo que tienen en la carta está de lujo. Los precios son competitivo y los camareros no son la alegría de la huerta pero no son un caso excepcional en Madrid.
El sitio está de arte para empezar el fin de semana y luego seguir por el barrio y marchar a la Latina en busca de copichuelas.

Pues la verdad es que lamento coincidir un poco con mis compañeros del cachopo. El otro día nos acercamos a Casa Asturias con la idea de que un asturiano que lleva tantísimos años en Lavapiés no puede ser malo, porque además está prácticamente lleno a diario. Así que dicho y hecho, después de tomar unas cervecitas y unas tapitas nos sentamos a lo que realmente íbamos: a celebrar el club del triglicérido a base de cachopo.
Pedimos cada uno un cachopo, y cuando lo vimos llegar, he de reconocer que se me hizo la boca agua. ¡Tenía una pinta exquisita, deliciosa! Con sus patatas fritas caseras y una buena ristra de pimientos de Padrón que yo agradecí profusamente, porque me encantan. Las patatas eran caseras, y estaban deliciosas.
No así el cachopo, desafortunadamente. A estas alturas, he de decir que los he comido mejores. Mis filetes al menos no estaban nada tiernos, y el relleno no terminó de convencerme. Es una pena, porque mi primera impresión fue perfecta, tenía una pinta estupenda, pero no terminó de convencerme.
Tampoco el revuelto de erizos. Era la primera vez que comía erizo, y la verdad es que prácticamente había más huevo y gamba que otra cosa. No recuerdo exactamente a cuánto ascendió la cena, pero sí que en general nos pareció bastante caro. Así que, con todo el dolor de mi corazón, lo siento pero no pasa el corte.

Anoche fue mi tercera vez en este restaurante y puedo decir que me deja bastante frío; sin tener nada especial per se, nos juntamos unos cuantos Unilocalers a comer cachopo y… Bueno, cachopo comimos, pero creo que no es lo que esperábamos realmente: me costó bastante llegar al relleno y la mayor parte del tiempo teníà la sensación de que necesitaba más cabrales para hacerlo pasar (lo que sí me pasó fue actura intestinal).
Por otro lado, de primero pedimos un revuelto de erizos; yo nunca lo había probado y no estoy seguro de haberlo hecho aún, la verdad, porque si me dices que era un revuelto de champiñones y gambas me quedo exactamente igual.
Y la dolorosa… A ver, sabíamos a lo que íbamos, pero quizá fue demasiado dolorosa sin haber hecho grandes excesos, así que cierto sabor agridulce para el fin de fiesta.
De las otras dos veces que he estado, recuerdo una tapa de fabada que estaba bien, aunque un poco aguada (estoy demasiado acostumbrado a Litoral probablemente), y una oreja a la plancha bastante decente.
¿Quizá el secreto de este asturiano sea no pedir las cosas asturianas?

Menuda sorpresa!
Sábado por la noche en Lavapies, después de unas tapas caímos de rebote en este Restaurante Asturiano que tanta albergaba… y Tachan! Sorpresón y de los buenos!
Un Cabrales espectacular, mezclado con unas setas muy bien hechas y con unas patatas en su punto. El chorizo a la sidra… INCREIBLE. Los chipirones y los calamares del montón sin más, pero como no pudimos vencer la tentación pues cayeron unas bravas al cabrales adicionales.
La sidra, muy buena, pero cara.
Buen servicio y rapidez.
En resumen, muy recomendable a todo el mundo que se deje caer por tan singular barrio

Ok, so I’ll admit upfront that I’m a stupid American who didn’t do his Spanish homework. Still, I mostly I managed to get by pretty well in Spain by pointing and saying «quiero este». Unfortunately, the waiter here didn’t even want to give me the chance for that.
I asked the waiter if he spoke english (in english) when I first walked in. He said no, but walked in confidently, not ready to let a little language barrier stop me from enjoying the only 4-​star Unilocal place within 2 blocks. Big mistake. For some reason, we were left us languishing at our table for a solid 30 minutes while other tables were attended to. When I finally got the waiters attention, I was ready to show him that I had hung on in Spanish class for a couple of years, or at least had a few solid years of eating burritos under my belt.
I bravely pointed to a picture of beans on the menu and said: «Queiero este frijoles y papas bravas»
He responded: «No es frijoles.»
Me: «No? Que es?»
Waiter: «Es fabada»
Me: «No es frijoles?»
Waiter: «No. Es fabada.»
*phone rings and he walks away, never to return*
I Wikipedia fabada and decided it was time to leave. 15 minutes later we were able to get our check for the drinks and get out of there.

Menudo sitio! Aquí tapearás, comerás y cenarás como un rey. Es de estos bares a los que no sólo no merece la pena ir, sino que siempre repites por lo satisfecho que quedas.
Lo conocí hace muchos años, cuando todavía bebía fanta en botella con pajita de la mano de mi padre y como siempre he sido de buen comer, pues ya me gustó.
Su terracita es perfecta, porque como toda la calle argumosa es ancha, tienen mucho espacio y no parece que los viandantes vayan a comer de tu plato.
Si vas a comer, te recomiendo que pruebes la Fabada, que es como la de marca litoral, pero recién hecha y sin tanta grasa. Y de postre, porque seguramente no te quede espacio en la tripa para pedir un segundo, disfrutarás de unos postres caseros de los buenos. Nada de catering ni productos prefabricados. El arroz con leche te hará tocar el cielo.
Y si vas de tapas, no dejes de probar la empanada y aunque no sea típico de la cocina asturiana, prueba el revuelto de morcilla, porque es un pecado.

Otra vez en Lavapiés, tenemos la mejor gastronomía asturiana. Buena sidra, bien tirada. La verdad, yo siempre he ido a cenar, por lo que la fabada asturiana no la he pedido.
Hemos reservado para grupo, y nos ha salido muy bien la cantidad de raciones, la bebida (sidra y jarras de sangría) y el precio final. Por supuesto, pastel de cabracho (es pescado), oreja de gochu (cerdo, en castellano), patatas al cabrales, tabla de quesos asturianos, chorizo a la sidra y croquetas de la abuela.
Algún extranjero se ha pedido callos, y también están buenos. Y otros amigos que fueron a comer, se pidieron el churrasco, y menos mal que era a compartir, porque la cantidad es del norte, norte (o sea, mucha). También está bueno el revuelto de oricios, o erizos, para que los reconozcáis mejor.

El Asturiano es uno de los grandes clásicos de la calle Argumosa. Es una tasca– mesón de los ochenta. Siempre hasta arriba de gente, bebiendo cerveza o vino y tomando raciones.
Como esta siempre hasta la bola, lo jodido es si vas con intención de cenar encontrarte todas las mesas ocupadas, cosa harto frecuente, porque la gente se eterniza mientras cena.
De precio barato y raciones generosas (el lacón esta de muerte y con los pimientos se te cae la baba) tiene todos los ingredientes para que triunfe en la zona. Es uno de mis sitios favoritos, no solo por el personalismo que lo frecuenta sino por el buen rollo que se establece entre la gente (a lo que ayudan los camareros que son bastante enrollados).

Esta sidrería es una alternativa al mundo tosta o raciones minimalistas de muchos de los locales de la calle Argumosa. Es más apetecible en verano cuando sacan la terraza. Hay que pedirse el churrasco y el Cabrales, que para eso has decidido ir a un asturiano.
Me gusta la estética de los camareros, sobria, de la de toda la vida, con sus chaqués y pantalones negros «de camarero», que contrasta con las telas más modernas de sus colegas tatuados de las terrazas de la cera de enfrente. Son un poco rancios, pero es que está demostrado científicamente que el olor a cabrales avinagra el carácter.
Podrían tomar la rica miel casera que venden, 9 euros el kilo, para dulcificarse y polinizarse.

Bar asturiano en pleno barrio Lavapiés. El gran letrero azul y amarillo que pone «Sidrería Casa de Asturias» se puede ver a kilómetros de distancia. El lugar es amplio tiene dos pisos y cuenta con terraza durante el verano. Viernes y sábados suele estar lleno, pero siempre habrá espacio en la barra.
Un buen lugar para picar-​beber con los amigos a media tarde. La carta esta llena de raciones para compartir. Muy recomendable las setas cabrales y las patatas. También tienen especialidades asturianas como la fabada.
Para beber cidra asturiana o cerveza a muy buen precio, medio litro por menos de 4 euros.
El ambiente es variado, familias y jóvenes. El servicio es amable y eficiente.
Muy recomendable para picar algo si se está por la zona, o para llevar a turistas, sobretodo en verano.