Clamores

Uno de los referentes musicales de la capital. Por esta sala suelen tocar los mejores músicos de jazz que paran por Madrid.
Es conveniente ir con tiempo ya que a veces se forman colas y no todos los sitios tienen buena visibilidad (hay alguna columnita que dan ganas de llegar con la sierra y quitarla), aunque el sonido en general es bueno.
Tienen servicio de camarero para tomar algo mientras escuchas el concierto, el precio de las copas y cócteles es de 9 € creo recordar.
En cuanto a las entradas se pueden comprar por anticipado por un par de euros menos que en taquilla, aunque la cola para entrar es la misma que los que van sin entrada.

Yo no soy muy de jazz, la verdad. Sé que esta afirmación me hace parecer un absoluto inculto, pero la realidad es que prefiero otros estilos de música. Es por eso quizá que nunca me había acercado a la Clamores, y no fue hasta la pasada noche de Halloween, cuando los dueños de Cazador (
) hacían una fiesta, enmarcada en el Club NO, un club que tienen viernes y sábados por la noche, y que ofrece a la sala un poco más de recorrido nocturno.
La sala está bien, un poco lejana de lo que es mi recorrido habitual, pero al menos tiene un hall de recepción, donde guarecer parte de la cola (en caso de que se forme). Luego, por dentro, la verdad es que la distribución no me gustó demasiado: tiene como dos espacios, uno lateral y otro central, separados por una valla, y un escenario.
La música era un poco cuadro, pero eso no es responsabilidad directa de la sala. Cogen tarjeta, que siempre es un plus, pero las bebidas me parecieron escandalosamente caras. Al nivel de cualquier otra discoteca, sí, pero es que esta sala… no debería ostentar este título.
Eso sí, el chico que había en la puerta era simpático a más no poder.

Sin duda es uno de los pocos locales donde se puede escuchar una buena música de alto nivel, sobre todo del género jazz.
Sus ventajas no son pocas:
— Vienen grandes figuras comparado con otros locales.
— Puedes disfrutarla en vivo y en directo. Además si llamas y reservas una mesa con antelación, te dan buena mesa, a escasos metros o incluso pegada al escenario.
— Durante el concierto te puedes tomar algo.
— El precio de entrada no es elevado, más bien económico.
— Igual tienes oportunidad para saludar a los artistas ya que suelen pasar a la sala después de concierto.
Una cerveza o una copa de vino son de 5 euros, y una copa es de 9 euros.
De bebidas no veo mucha calidad. Tampoco disponen de acústica óptima, pero me convencen tantas cosas más.
Vale la pena, así que seguiré siendo fan de este sitio.

Mítica sala madrileña, el sonido es genial y hay que valorar que tiene actuaciones prácticamente todos los días del año. Concierto jazz de James Brandon Lewis. No soy experto en jazz ni mucho menos pero pedazo de músico y sorprendente su acompañante a la batería.
Pero al grano, le quito dos estrellas por el precio de un beefeater con tónica (9 euros) y porque nos colocaron a 6 personas en una mesa de 4, y además no nos conocíamos entres nosotros.

Ay, que sí, que me gusta este sitio.
Fui con una amiga para cumplir el número 65 de mi lista de cosas que hacer antes de morir: ver un espectáculo de poesía. Ese día actuaban Carlos Salem (), Suso Sudón, Escandar Algeet y Pedro Pastor y yo me quería morir, así que lo planeamos durante una semana.
Nos paramos a comistrear/​cenar y cuando nos quisimos dar cuenta ya había empezado, así que bajamos las escaleras rezando por que nos dejaran pasar… Que sí, que puedes entrar cuando quieras, la cosa es que los sitios de visibilidad privilegiada son pocos, así que acabamos sentadas en el sofá del fondo viéndoles ocasionalmente en los reflejos de las columnas. Lo bueno es que hay un par de pantallas de tele que enseñan lo que pasa en el escenario, aunque no sea lo mismo es un puntazo para los tardones.
Llega el camarero, muy majo por cierto. No queríamos beber alcohol así que pedimos un par de zumos (de bote claro) y nos clavan 5 pavos cada una. Joder, qué dolor, menos mal que la entrada solo eran 5…
A pesar de ese pequeño detalle la sala me gustó mucho, muy clásica e íntima, justo como me la había imaginado. Volveré seguramente para un concierto o quizá para más poesía.

Una de las salas más míticas de Madrid. Si te gusta oír buenos directos, sobre todo de jazz, este es tu sitio.
También puedes salir de noche y acudir a alguna de sus sesiones. Tras el cierre de la Sala Nasti, todos sus parroquianos han encontrado en Clamores su nuevo lugar de peregrinaje con alguna de sus sesiones.
El rollo que tiene es muy parecido al de la sala Galileo, ese estilo clásico te de sala de fiestas y teatrito.
Las copas cuestan 9 eurazos así que mejor que oso te tomes la última allí ya vengas bien servido de fuera. Ahhhh creo que hasta las 2 la entrada es gratis, aunque no estoy muy segura.

Buena musica, los camareros amables y muy eficaces, pero…, creo que deberían cuidar mejor el sonido, anoche de nuevo me encontré con una buena banda de la que con un buen sonido podríamos haber disfrutado mucho más.

Sala histórica, pero siento decirlo, necesita n gran cambio. Esta que se cae de lo viejo y descuidado que esta. Los camareros fantásticos y muy dedicados.

Un lugar que hay que visitar sobre todo si te gusta la buena música, música jazz con conciertos que dan la talla, ademas tienen descuentos a veces si tienes la tarjeta joven o estudiante y te sale bastante bien de precio para estos tiempos, lo único qu eno me convenció son las bebidas… pedí un zumo que me pareció ligeramente rancio y ademas muy caro para lo que era, el resto genial!

Clamores es Jazz en estado puro. Si parpadeas te lo pierdes. Pásate al menos una vez al mes y recoge el panfleto con las actuaciones programadas. A mi me hace llorar. ¡No tengo suficiente pasta para acudir a todas las que me gustan!

Waren auf einer privat Party und irgendwie war diese Party für alle?! Verstanden haben wir es nicht jedoch war der Sound sehr gut, die Getränke mit einer großen Auswahl vorhanden. Das Ambiente war nett und es stank nach Rauch! :-/

Esta sala madrileña y chamberilera es un referente para el jazz y para la música alternativa. En un espacio íntimo puedes disfrutar de los mejores conciertos de jazz de los artistas más internacionales. Sin duda una buena opción para tomar una copa mientras escuchas música en vivo. Me faltan estrellas para asignarle.

Ambiente estupendo si eres amante de la musica en directo. Consumiciones incluidas dependiendo del concierto o de quien toque.

Muy buena sala de conciertos. Me he divertido mucho por allí.

tengo ganas d ir para escuxar buena music ;)

¿Quién dice que hay que ir a New York para oir jazz en directo?
Entrar en la Clamores es dejarse seducir por su ambiente y su sonido, es como estar en una peli americana de los años 30.
Cada día un artista y una posibilidad. Pero sobre todo lo que a mi más me gusta es pasarme a tomar una copa y descubrir qué actuación, qué instrumento me deleitará esa noche.
No digo que no estéis atentos a su cartel, digo que a veces ir a la aventura puede estar muy bien.

¡¡¡Qué me gusta esta sala!!! No me ha defraudado nada, nunca.
Se escucha de maravilla, primeras figuras y promesas de las que vas a querer seguir, siempre.
¿No sabéis qué hay? ¿Pero vosotras no sois de las que miráis los carteles de la calle? Porque siempre verás unos enormes, que pone «Sala Clamores» encima, y con la programación del mes. ¡¡Hala, a abrir bien los ojos, que seguro que los veis y acabáis yendo a alguno de los eventos!!!

Sí, cinco estrellazas. Porque es un gran clásico de Madrid, porque apuestan por buenos músicos, porque Germán lleva el sitio desde hace muchos años con mucho arte y porque para mí tiene un valor sentimental un poco sensiblero pero tan bonito… os lo voy a contar.
Resulta que mis padres, que son así ellos, celebraron su party de boda allí! Que majos por Dios.
Programan a los clásicos, pero también gente nueva y hacen fiestas de todo tipo, de repente una de lesbianas, una de no se qué.yo he visto de todo ahí, y el local parece otro.
Los camerinos molan. Y la zona para escuchar también, y es un puntazo que durante los conciertos, el camarero vaya a la mesa.
Larga vida a Clamores.

El lugar es un clásico dentro del ocio de calidad musical de la noche madrileña. Si bien en los últimos años ha ampliado su oferta hacia estilos y propuestas menos exclusivas, el garito es uno de los lugares de referencia en el circuito del jazz en directo a nivel nacional. Estupenda acústica y radical cercanía con los artistas, Clamores se mueve entre una programación establecida con sus figuras clásicas (Pedro Iturralde, Jaime Marques, Lou Marini…) con propuestas más populares y menos pegadas al tono que hicieron mítica a la sala.
Aunque no veáis multitudes a sus puertas, no os despistéis a la hora de comprar vuestras localidades. La fiel parroquia del lugar reserva sus mesas con antelación y si no andáis avispados ocuparéis algunas con visibilidad reducida (por culpa de unas malditas columnas de las que os advertirán honestamente los empleados) u os fajaréis con los demás tardones en la barra. Sus precios son perfectamente justos (suelen rondar los 10 euros) para la oferta del lugar.

Hace 25 años que echó a andar la Sala Clamores, una de las mejores y también únicas salas en las que siempre, ocurra lo que ocurra, y aunque digan muchos que ha perdido fuelle, se puede escuchar jazz vivo y saliendo por todos los poros de los que andan por allí actuando.
25 años para un lugar de actuaciones que no ha rebajado en ningún momento sus pretensiones de ofrecer una programación de actuaciones de jazz, cantautores magia etc variada y potente son unos cuantos. Y no es de extrañar que tenga algún momento de bajón. pero lo importante es que se mantenga. Se edita un libro-​disco interesante sobre el acontecimiento-​aniversario que habrá que leer y escuchar.

Très sympa
C’est un établissement tape à l’oeil mais ici on peut écouter du très bon jazz pour 3 à 9 euros l’entrée mais n’oubliez pas de vérifier les jours de concerts et arriver en avance pour être assis.

Música latina
Un local donde raras veces estarás decepcionado si a ti te gusta la música latina (cubana, brasileña,…). El ambiente suele ser bueno, pero eso depende sobre todo del grupo que actúa. Tranquilo con Eliades Ochoa (la gente suele quedarse sentada), y más «caliente» con algunos grupos cubanos que hace bailar la sala.