Nagoya

En mi visita a Madrid he podido disfrutar de la comida de este restaurante Japones.
Lo cierto es que el sushi esta bien, no es el mejor del mundo pero rico. El resto de platos también me gustaron y si que lo recomendaría aunque no es muy económico. Personalmente me pareció caro para la cantidad de comida.
Para que os hagais una idea pagamos por un set de sushi mediano 15.70 € y solamente había 11 piezas que aparecen en la foto que comparto.
Por poneros un ejemplo.
Espero que os sirva la reseña, ya os digo la comida está buena, pero no es el mejor Japones además de ser caro desde mi punto de vista.
Un saludo a todos/​as

Caro para la cantidad de comida que ponen en los platos. Mucha ensalada para rellenar el plato y poca carne en el plato. No ponen el aire acondicionado en sala y te cobran 10% más si te sientas en terraza. El arroz con pescado y marisco casi no lleva nada más que arroz. El sitio me ha defraudado, no volveré.

Japo de precio asequible (20 – 25 €/​pax) comiendo bien y con bebida.
Buena relación calidad precio.
Tienen bastante variedad.
No te vayas sin probar los niguiris flambeados.
Yo fritanga no como. Y menos en japos económicos.
No critico lo que no conozco.
El wasabi no sabe a humedad y tiene buena textura. Hay algunos que es agua casi.
El helado de té verde está bastante conseguido.
Tienen terraza y servicio a domicilio.
La atención es cuidada pero no agobiante.
Baños correctos de espacio y limpios.
Tienen otro local en Clara del rey 44.

Recuerdo haber visitado este restaurante japonés ya hace más de una década.
En aquel entonces había poca cultura de comida japonesa ni restaurantes japoneses aún.
Un martes al mediodía íbamos a otro restaurante japonés cercano y resultó estar cerrado por obras, de ahí que decidiéramos probar este restaurante por casualidad.
A decir verdad la última vez que probé no me convenció mucho su comida y dudaba de su calidad, pero bueno, siempre hay que darle otra oportunidad, que en más de 10 años las cosas cambian.
Al pasar la puerta, vi que su interior ambiental no ha cambiado mucho. Se trata de un espacio de aire japonés moderno y cómodo.
Aprovechamos a coger menú del día, que cuenta con unas 5 opciones de varios precios.
Yo elegí un menú del sushi y mi acompañante, el de sashimi, ambos con una copa de vino tinto de Rioja.
En primer lugar, la copa llamado vino tinto de origen Rioja es lo peor que he probado en mi vida. Como se ve en la foto, ambos no pudimos tomarla ni la mitad ni mucho menos y se quedaron apenas intactas. Entiendo que para los menús del día no se sirvan buenos vinos, pero bebible deberían ser. Es lógico que otros comensales pidieran agua, la Mahou (lata) o Cola-​cola. ¿Será que son buenos conocedores del local?
El aperitivo (=tsukidashi) de nabos con verduras al vinagre está bastante rico y logrado.
Luego nos traen una bandeja de tempura de verduras junto con la sopa de miso. La textura del tempura no es muy auténtico ni está divinamente crujiente pero aceptable. El tsuyu (la salsa para mojar el tempura) es muy correcto aunque quedaría aún mejor con un poco de nabo rallado y jengibre.
La sopa es regular, como la de la mayoría de los restaurantes.
En la bandeja de sashimi de mi acompañante, destaca la calidad de las gambas. No he probado su plato pero eso salta a la vista. Otros pescados también tienen un nivel y el abundante nabo finamente rallado (=tsuma) puesto bajo los pescados es de agradecer, al menos para mí.
Mi cajita de bento de sushi tiene buena relación calidad — precio sin ser una maravilla.
Los nigiris de atún y salmón me gustaron por su frescura. Cabe destacar el nigiri de tortilla ya que la tortilla estaba hecha como es debido, es decir con una buena dosis de azúcar, lo cual «no» es muy frecuente y es digno a ser apreciado.
Otro punto muy positivo es que tanto la textura del arroz como la cantidad de vinagre que llevaba el arroz fueran perfectas. Al introducir los nigiris en la boca, se percibe los granos de arroz y al masticarlos la bola de arroz se deshace gratamente.
Los menús tienen buena cantidad e incluyen una bebida y un postre o café, y su precio es de unos 10 — 16 euros aproximadamente.
La atención al cliente es correcta.

Un japonés normalito que al menos cuenta con varios menús del día para que podamos elegir lo que más nos apetezca. El sushi no es gran cosa pero no está malo y la tempura tiene un rebozado excesivo.
Lo que desde luego es un desastre es el karaage (pollo marinado y frito), que tiene un rebozado que no tiene nada que ver con el de un karaage de verdad y el pollo no tiene el toque del marinado con soja, sake, ajo y gengibre que uno espera encontrar.
Para una necesidad puede valer, pero no es un restaurante japonés que deje huella y al que uno sienta que necesita volver.

Restaurante clásico japonés. Lugar pequeño y entrañable, buen servicio y comida muy a la altura. Todo lo que pedimos estaba bueno sin resultar espectacular. Y de precio aceptable.
Es la primera vez que he ido al Nagoya y pienso repetir

Dicen que es uno de los mejores de la ciudad, aunque yo creo que, al menos, es de la zona; decir que es de la ciudad es muy muy excesivo.
Decidimos ir a la hora de la comida y, grata sorpresa, había sitio en la terraza, así que allá que nos sentamos.
Pedimos tres menús. Uno Yakisoba: sopa miso, gyozas y tallarines con pato. Y otros dos de sushi: sopa miso, sushi (niguiris y makis) y tempura de verduras. Yo comí del segundo. Además el menú tiene bebida y postre.
La sopa miso he de reconocer que estaba muy buena, aunque las he probado mejores. El sushi sin embargo no parecía demasiado fresco. La tempura estupenda.
De postre no había demasiado donde elegir: helado (incluía el de té verde), macedonia o fruta y café. Yo opté por el café.
El servicio es rápido, aunque no muy simpático. Estos dos menús varían entre 11’50 y 13’50 €, por lo que se ajustan bastante a lo que se ofrece.

A mi me parece que este japonés es de los mejores que he probado hasta el momento, creo que la calidad de los ingredientes marca la diferencia con otros sitios. El pez mantequilla es buenísimo, las gyozas son las mejores que he probado y su tempura es deliciosa.
Además de a la carta, se puede comer de menú a mediodía, del cual soy un adepto. No está mal de precio y de cantidad está francamente bien. Incluye siempre de entrante una sopa miso y de segundo eliges entre varias opciones, como sushi, makis, fideos con pato, arroz con cerdo, etc., todos un acierto seguro.

Japonés correcto, con mucha variedad de makis y algunas especialidades que no vi nunca en Japón pero están muy buenas. De precio, normal, mejor si se hace reserva. Tienen para llevar.

Muy buena comida japonesa, en sabor y calidad. Genuina y muy bien preparada. Buen servicio. Un pelo caro. Hace un tiempo era mas barato y jugaba a favor. Que pena haber perdido ese punto de taberna japo!

Es un buen japonés. Normal diría yo. Aunque es posible que en mi corta experiencia haya tenido suerte y sólo haya dado con los buenos.
La sopa Miso está muy buena.
Y es recomendable Supaishi Tekka Temaki,
Así como el Sake templado.
Los cortes de pescado y el toque del arroz estaba muy buena.
Se les ha olvidado ponernos toalla para limpiarnos las manos, y el soporte para los palillos, mientras que a los demás comensales de las mesas de alrededor no.

Si mi memoria no me falla (y cada día me falla más), este fue mi primer restaurante japonés, sobrevenido en una época de mi vida en la que a mí las comidas orientales me daban mucho asco porque nunca las había probado. Es normal porque yo vengo de un entorno español en el que el buen gusto se mide por la cantidad de cabezas de gamba mezcladas con serrín y cerveza hay en el suelo, y este tipo de condicionamientos son terriblemente duros de romper.
Si hay algo malo que destacar de este sitio, creo que lo principal sería que siempre he tenido la sensación de estar demasiado apretado en sus mesas, como si fueran muy pequeñas, estuviesen en sitios incómodos o se estuviese aplicando la teoría de supercuerdas y aquí hubiera una paradoja espacio-​temporal en la que diferentes universos paralelos colapsaran y todos mis yo se juntaran para ocupar más sitio del debido; sea como sea, la cuestión es que tengo una ligera sensación de incomodidad al sentarme a sus mesas. También opino que los Bento son un poco caros en comparación con otros platos que no vienen en caja sino en plato.
Pero tiene muchas cosas buenas también: su Katsu-​don (arroz con verduras, huevo y cerdo) es el mejor que he comido nunca, y he probado todos los que he podido o me han dejado; me flipa su helado de judías rojas aunque quizá ni siquiera lo hagan ellos; y el camarero que nos atiende habitualmente es un cachondo mental que te da muchas ganas de volver para que te vacile. No, de verdad, que yo me río mucho con él y eso es complicado cuando eres una persona tan seria y recta como yo.
Mi recomendación es que vayas con idea de que vas a tener que invertir algo de dinero, así la cuenta no se te hará cuesta arriba; lo demás vendrá dado solo.

Muy bueno, incluso de menú diario. Hemos tomado dos menús de 11,50 con pollo, pato –respectivamente-​, arroz, fideos, las habas típicas de aperitivo, empanadillas, (tres cada uno) sopa misho, bebida, postre o café.
Muy buena calidad, servicio impecable y el lugar muy agradable.

Me habían dado fatales referencias de este restaurante porque es de esos japoneses en los que sales muerta de hambre y con la tarjeta de crédito echando humo… Y bueno, no fue para tanto porque quizá fui muy concienciada y además estoy a mega dieta, así que me conformé con lo que pude comer ¡y me fue bien!
Pagamos unos 25 euros por persona aunque yo solo comí sashimis (muy buenos, tiernísimos, la verdad) y ensalada de algas (también exquisita). Mis acompañantes parecían bastante contentos con su tempura, sus nigiris y california rolls.
Se trata de un japonés tradicional, sin moderneces. Es rápido, de buena calidad y el servicio es atento aunque la verdad es que habla bastante mal el castellano.

Éste es sin duda uno de los mejores restaurantes japoneses en los que he estado. Éramos dos y nos pedimos dos menús Sushi Bento y pedimos para compartir un Nagoya Maki Tempurizado. Todo estuvo increíble, desde el entrante que era un guiso de bambú muy bueno hasta el maki tempurizado que también estuvo buenísimo. En total pagamos 25 € por persona (bebidas incluidas). Supongo que si hubiésemos ido entre semana habría podido ser más barato porque también tienen menús del día que están muy bien y a buen precio.
Obviamente hay japoneses mucho más baratos que éste, pero realmente noté al instante la calidad de los productos que estábamos consumiendo, por lo que me olvidé durante un rato de la cuenta y me dispuse a disfrutar el «homenaje».
La atención fue muy amable y el lugar muy agradable también. Si vuelvo por Madrid volveré a ir allí sin duda.

rest. japones muy bueno, acabo de comer ahí, y me ha enacntado.
realmente recomendable.

Muy graciosos los camareros

Japonés normalito, estupendo para salir de un apuro. No esperes nada espectacular. Terraza agradable en verano.

Japonés de calidad y bastante autentico, platos sabrosos y elaborados al precio habitual de esta zona y este tipo de restaurantes, pero accesible al bolsillo medio. Decoración sencilla y funcional (japanese-​style) y un servicio tan rápido que cuando te quieres dar cuenta ya han retirado/​puesto algo sobre la mesa (ninja-​style). El udón con pato… mmm! :)

El Nagoya es un buen japonés.
Hace unos años iba todos los viernes a comer allí. Lo hacía por proximidad pero también por la calidad del sushi. Fue allí donde descubrí los cucuruchos de algas rellenos de arroz y pescado o «temakis». ¡Qué ricos! A mí me gustan especialmente el de atún y el de huevas de salmón.
También destacaría su sashimi, pues es ahí sonde se nota la calidad del pescado.
Ahora ya no voy tanto porque me pilla peor, pero no me importaría ir a rememorar viejos tiempos.

Forma parte del circuito habitual de los seguidores de la comida nipona de la ciudad. Nosotros lo descubrimos no hace demasiado, y eso que lleva diez años ofreciéndose a los comensales de Madrid, sin cerrar sus puertas ningún día de la semana.
Nos adentramos en Nagoya con hambre y, entre su frágil decoración maderosa y a causa de no ser especiales conocedores, nos decidimos por elegir su frondoso menú degustación. Compuesto por sopa de miso, sushi maki variado, yakitori, mix tempura, yakisoba y postre, su asimilación nos resulta sabrosa, variada y juguetona pero realmente excesiva. Sin que esto sea un extremo molesto en absoluto, nos llama la atención ese exceso, pues habiendo acudido, de manera menos ociosa, a disfrutar de los menús urgentes que se dispensan como segunda comida en días laborables, las propuestas del restaurante suelen estar más ajustadas. Por el menú degustación pagamos 26 euros cada comensal. A diario, Nagoya ofrece comidas que, dependiendo de lo lujoso de su menú, varían sus precios entre los 10 y los 15 euros.