Hanakura

Con un amigo he iniciado esta tradición de vernos en restaurantes japoneses y esta vez nuestra elección cayó en «Hanakura». Las críticas puntuaban bien por encima de la media y a juzgar por las fotos parecía acogedor pero sin pretensiones. Además tenían una sorpresa para miembros de Unilocal que hacían checkin en el restaurante. Eso era un detalle que iba a descubrir luego.
Hasta ahora muy bien, sin embargo luego se iban acumulando los «peros»: la iluminación resultó ser demasiado impertinente para un viernes por la noche y la brocheta «regalo» parecía recalentada y estaba seca. Los nigiri que habíamos pedido estaban muy bien de sabor pero al mojarlos se deshacían en la salsa … El arroz sencillamente no teníà la consistencia «sushi».
Como había visto en el cine «una pastelería en Tokio» me apetecía probar los doriyaki. Claramente no habían hecho la crema de judías con el cariño que había aplicado el pastelero de película.
Enfin, que el camarero pareciera un poco pánfilo nos ayudó en la decisión de tomar una copa en otra parte y buscar para la siguiente reunión otro restaurante. Gracias a Dios tenemos todavía una larga lista por delante.

Acudimos hace una semana a comer, un jueves. Recomiendo reservar, ya que el sitio es pequeño, pero eso le da aún más encanto. Empezando por los animalitos de origami, los mangas en la estantería de la entrada, y el daruma en la estantería, nos enamoramos nada más entrar.
La atención fue estupenda, preocupados en todo momento de que estuviéramos bien, pero sin agobiar, incluso nos ofrecieron palillos para «principiantes» si no sabíamos utilizar los tradicionales.
Fuimos en busca de su archiconocido okonomiyaki, el cual nos encantó.
Pedimos el menú del día, de primeras las cantidades pueden parecer pequeñas, pero sales con la tripa bien llena, por lo que el precio es más que merecido. ¿Y el sorbete de mandarina de postre? Sublime.
Repetiremos sin dudarlo.

me gusta mucho tarta de queso, es buenisimo! no son muy caros pero todos son frescos y buenos.

Soy incapaz de recordar cómo se llamaban los platos que pedí, pero sí que estaban buenísimos. El trato del personal fue excelente y me dieron una brocheta de regalo por hacer check-​in en Unilocal.Pedí un plato de atún con arroz que estaba delicioso y unas empanadillas de carne muy ricas. Casi exploto. Recomiendo ir con amigos para poder pedir una mayor variedad de cosas, pues todo tenía una pinta excelente.

Vinimos a Hanakura a celebrar un cumpleaños de un amigo que pronto se va a Japón. Yo no soy especialmente fan de la comida japonesa pero al leer que era un japonés más tradicional, lejos de tener solo sushi y teriyaki/​yakitori, decidí darle un voto de confianza. Uno de los aciertos de este restaurante, de bonita decoración muy cuidada, es que en la carta te aparecen las fotos de cada plato, lo que te permite desenterrar el verdadero significado de los términos nipones para todos aquellos que como yo no están acostumbrados a este tipo de gastronomía y más cuando venden platos diferentes a los habituales. Éramos bastantes y pedimos una variedad considerable de platos, quedando todos bastante satisfechos con nuestra elección. Las gyozas, aunque fritas, eran de pollo (yo siempre las he comido de cerdo y al vapor o la plancha) estaban muy buenas y el plato que me pedí, de cerdo con huevo y arroz, era bastante simple pero tenía suficiente sabor. No quise arriesgar por si luego no me gustaba y probando algunas de las cosas que pidieron mis otros comensales concluí que equivoqué mi elección. Probé un plato de atún crudo con tortilla dulce y arroz en el que el atún estaba riquísimo pero no recuerdo el nombre de nada. Las pequeñas brochetas que te regalaban por hacer checking también estaban bastante ricas. Nos salió bastante barato, a unos 15 € por persona y el trato fue excelente. Las camareras tuvieron muchísima paciencia y la mayor parte de los comensales pagó su parte con tarjeta sin el más mínimo problema. Pese a no ser muy fan de la comida japonesa no me importaría volver lo cuál dice mucho del sitio.

Sinceramente, no me explico la fama que tiene este restaurante. Su plato estrella es el okonomiyaki y desde la primera vez que lo probé, hace ya años, han ido mejorando, según dicen, la receta y añadiendo versiones.
Pero lo que sirven, aunque no está malo, no es un okonomiyaki, no lleva casi nada de repollo y la masa es extraña y no se parece a los okonomiyaki japoneses.
Las gyoza que sirven son congeladas y en lugar de hacerse al estilo yakigyoza, en parrilla y luego al vapor, las hacen con el estilo agegyoza, fritas en freidora, que son mucho menos frecuentes pero que, supongo, requieren aún de menos trabajo. Un restaurante japonés casero que se precie jamás serviría unas gyoza congeladas.
En cuanto al sushi, normalito, incluso en algún caso tirando a mal, con piezas de ventresca de atún (las más caras) que no estaban bien limpiadas y tenían restos de sangre.
La tempura, chorreaba aceite, que es otra cosa imperdonable.
En fin, una experiencia muy mejorable.

Estábamos en plena planificación de la luna de miel, mirando barrio de Tokyo a visitar, pueblos, islas, reservas naturales, callejones de takoyaki, yakitori, museo de ramen, con el subidón japonista a toda máquina y nos dijimos, a ver quien es el guapo que nos quita la comida japo de la cabeza, siguiendo las estupendas recomendaciones que habíamos visto de este lugar, así como el boca a boca, nos dirigimos a disfrutar de las bondades de Hanakura.
Y ojo, que el sitio no esta nada mal, el ambiente es optimo, la decoración cumple, y no hay ni mal servicio ni mala comida, pero sin embargo, en mi humilde opinión, la materia prima y el producto final recuerda mas a un restaurante español que hace comida japonesa que a un restaurante japonés y de ahí la baja puntuación.
La comida japonesa tiende a parece «fácil de implementar» cuando la realidad es que es bastante «especialita», y es quizás por eso, por lo que podemos llegar a tener experiencias como esta.
Las gyozas eran fuertes en exceso, el sabor de la carne desmerecía el conjunto y daba la impresión de ser mas del tipo «albondiga», el okonomiyaki no era del estilo Hiroshima, que lleva bacon y huevo, sino con escamas de atún y mayo, demasiado «estratificado» y no había manera de mezclarlo para colmo caro, los pinchos de pollo son carne limpia, si pones cualquier tipo de pollo y cualquier tipo de parte pasa lo que pasa, que aquello es un cumulo de grasa y tendones que no hay Dios que se coma, para colmo era la oferta Unilocal,manda bemoles.
Repito, no es un mal sitio, cumple y cenas bien, pero a día de hoy hay izakayas en Madrid que te teletrasportan al Omoide Yokocho de Shinjuku, y Hanakura no es una de ellas.

Muy rico en general (el tartar de atún nos decepcionó un poco) y una carta muy interesante. Además no me pareció caro.
Pequeñito y acogedor, no pequeñito incómodo, aunque el servicio resultó un poco frío.
En líneas generales un buen descubrimiento al que iré a menudo por lo cerca que me queda de la oficina… por ejemplo, ¡hoy! :D

La comida, en general, está buena. Lo único que no nos gustó mucho fue un tartar de atún. Para el precio que tiene se echa de menos un menaje un poquito mejor y una decoración más acorde.

Si tuviera que describir este restaurante diría que es épico. Tal ves no sea una experta en restaurantes japoneses, pero mi paladar no se equivoca cuando os digo que esta ha sido una de las mejores experiencias culinarias que he tenido hasta ahora.
Todo comenzó cuando en mis primeros días por Unilocal me puse a investigar sobre restaurantes japoneses. Buscaba un lugar no muy caro y con una calidad de sabor que me deje satisfecha. Encontré a Hanakura. Soy una aficionada de la comida japonesa que a través de distintos medios se había enamorado de esta cultura. Hoy te afirmo mi felicidad y amor por sus sabores.
Para aportar a las otras reseñas yo quiero describir el Festin hanakura. Es como una especie de menú para más de cuatro personas que te sirve platos varios. Par personas que no son muy asiduos de este tipo de restaurantes lo recomiendo: es una de las mejores formas para descubrir de manera deliciosa distintos platos. Esto debe realizarse previa reserva.
Una vez llegas todo esta listo y no debes esperar. Primero te dan una especie de ensaladilla rusa pero al estilo japonés. Luego la ensalada hanakura (muy deliciosa por cierto). A continuación viene el invitado clave: el okonomiyaqui (plato casi imposible de encontrar en Madrid). Calificación de 10. Seguidamente, te traen yakisoba y, a continuación, nigiris de salmón (el mejor), atún, lubina y langostino. A la hora de los postres pedimos helado de judías rojas, la famosa tarta de queso y dorayaki. En mi opinión, lo más delicioso fue el dorayaki, sin dejar de lado la particularidad de sabor del helado y la tarta de queso muy rica.
No os olvidéis de hacer el checking: las brochetas de pollo teriyaki serán un aperitivo, pero tienen un gusto muy bueno.
Para resumir: en general toso delicioso, buen ambiente, atención excepcional… Digo yo qué más se puede pedir, recomendable no, lo siguiente… Os insto a que visitéis Hanakura. Dadle una oportunidad que nos defraudara.
P.D.: Si venís en coche entrad en el parking del ovalo olavide porque hay una promoción que indica que hanakura te paga una hora de parking. Yo no lo intente porque era mi primera vez y me equivoqué de parking, pero os recomiendo intentarlo.

Descubrí este sitio por el Okonomiyaki, una tortilla japonesa con una pinta increíble que al parecer Hanakura es el único restaurante de todo Madrid que lo ofrece; y no sólo este, sino también otros platos tradicionales de la gastronomía nipona difíciles de probar en otros sitios.
Me habían hablado muy bien de ello, así que me decidí a probarlo… Fui entre semana con el menú del día.
Para empezar me pusieron una especie de ensaladilla rusa japonesa, detalle de la casa mientras esperaba a que fuesen trayendo los platos del menú.
Y empieza el festín: un bol de arroz, muy bien cocinado, se podía comer perfectamente con palillos y no era nada mazacote. Un cuenco de shinshu soba, noodles con caldo muy saborosos, un 10. Y también una sopa miso.
Pero todo esto no son más que los entrantes del menú… el plato fuerte esta aún por llegar.
El tan esperado OKONOMIYAKI. Nada más probarlo estaba tan bueno que solo pensé una cosa: me arrepentí de haberme comido los entrantes, me había llenado y ahora no podría terminarme el okonomiyaki y estaba tan increíblemente rico que no quería dejarme nada. A cada bocado no podía dejar de pensar en volver al día siguiente a por otro. ¡Cómo he podido estar tanto tiempo sin haberlo probado!
Hasta ahora mi plato asiático favorito eran las gyozas, ahora es el okonomiyaki. Ni sashimi, ni pato, ni udon, ni nada. ¡¡¡¡ OKONOMIYAKI !!!
Y de postre tarta de queso, muy buena, era como una cuajada-​gelatina de queso con mermelada.
Todo por 10 €
Además, la camarera muy atenta y simpática en todo momento.
Sin duda un lugar para volver

Me ha gustado mucho este japo. Tomamos el menú de Sushi, muy completo, y estaba delicioso. Nos quedamos muy satisfechos. Especial mención a la simpatiquísima camarera.
Cometí el error de hacer el Check-​in al final de la comida, con la deliciosa tarta de queso, y entonces me salió una brocheta de pollo de regalo. Tarde, eso me pasa por novato. Pero la pude guardar para la próxima vez. ¡Hay que volver!

He estado en varias ocasiones en este restaurante. Está al lado de la Plaza Olavide — una de mis plazas favoritas.
La calidad de la comida es bastante estable. Siempre voy allí para pillar algún que otro menú del día, que tienen gran variedad y su precio es muy asequible.
De los españoles he oído hablar muy bien del plato Okonomiyaki, la verdad es que no está nada mal, pero lleva demasiada harina para un japonés, pues estamos acostumbrados a uno con menos harina y más repollo, por lo tanto nos resulta un poco «pastoso».
Yo suelo coger el menú de «chirashizushi (un tipo de sushi)» porque es abundante y me llena! Pero el menú de Niguiri o él de curry también tienen muy buena pinta. Los menús suelen llevar tsukidashi (aperitivo) bien elaborado.
Por cierto aquí siempre, siempre, siempre tengo que pedirles a las camareras que me traigan la sopa de miso junto con la comida! Si no, me la traen antes del plato principal y no sé qué hacer con ella. La sopa se va enfriando tristemente mientras espero el primer plato.
Al menos podrían preguntarnos si la querían al estilo japonés o español, es decir, con o antes de la comida.
De postre parece ser que la tarta de queso (cheese cake) se lleva la palma, pero yo me inclino por helados de maccha (té japonés).
Buena relación calidad-​precio.

Es un restaurante pequeñito en el que los platos están muy bien hechos y cocinados con mucho mimo. Merece la pena.

Tenía ganas de venir a este restaurante desde que leí una reseña en comerjapones. Es posiblemente el único sitio de Madrid donde probar los okonomiyaki, una especie de masa con ingredientes variados cocinada en la plancha.
En mi visita, sin embargo, no probé el plato estrella de la carta. En su lugar pedimos otras cosas para compartir que nos apetecían más. Probé la ensalada de algas wakame, las gyozas y la crema de toku con queso y crackers. De postre decidí probar una de las sugerencias apuntadas en la pizarra: el crêpe japonés relleno de pasta anko (pasta de judías dulces azuki) con helado de té verde matcha. Todo estaba muy rico, aunque la ensalada de algas era un poco picante para mi gusto. Creo que lo que más me gustó fue el postre, nada dulce, con ese sabor algo extraño de los pasteles japoneses tan diferente a los occidentales.
El precio es bastante razonable para la calidad y la cantidad y la atención es correcta y eficiente. No es el mejor japonés en el que he comido en mi vida, pero sí uno que recomendaría sin duda, en una zona tan bonita como es la Plaza de Olavide.

Ayer volví a este restaurante para ver si la buena sensación que había tenido la primera vez se repetía. Efectivamente, así fue, y salí todavía más contento sabiendo que podría acudir a este sitio con la seguridad de un trato fantástico, al igual que con la comida.
Mi teoría es que a un sitio se le valora principalmente por si alcanza sus objetivos, por su trato y por su comida. Pretender que un sitio, que no aspira más que a ofrecer la comida que encontraríamos en la mayoría de sitios de Japón, ofrezca sushi de altísima calidad y tenga decoración minimalista de restaurante de lujo es no saber a dónde va uno. A pesar de que el ciudadano medio en este país (si ha probado el sushi) piensa que los japoneses se pasan el día comiendo pescado crudo, esto no es ni por asomo la realidad. Los japoneses comen sushi en ocasiones especiales por una simple razón: el sushi que vale la pena tiene que ser de pescado bueno, fresco, y elaborado con mucha técnica y práctica, por lo tanto es caro. Esta es la razón por la que a mucha gente no le gusta el sushi, al ser caro, acaban probándolo en el VIPS o en un buffet de «come hasta que explotes a lo Monty Python» y han comido algo que no tienen nada que ver con el sushi, excepto que lo llaman igual. Mejor dejarlo para momentos especiales. Sin embargo, si quieres comer comida con sabores japoneses que esté bien elaborada y que no te cueste un ojo de la cara, afortunadamente en Madrid disponemos de este maravilloso restaurante.
No huele a fritanga ni es cutre, es sencillo, tranquilo, limpio y más típicamente japonés de lo que muchos creen. Las camareras son de lo más simpático, atento y profesional que me he encontrado en Madrid. Sí, dos de ellas son Rumanas (creo) ¿y qué? ¿Acaso de verdad somos tan ilusos como para creer que los orientales que nos sirven en los restaurantes japoneses en España son nativos del país? Estas chicas son de una eficiencia admirable, siempre con una sonrisa en la boca y de trato dulce. Hacen que la experiencia sea realmente satisfactoria, y desprestigiar el trabajo que realizan porque no tienen los ojos rasgados (realmente eso es de lo que se ha comentado) no viene a cuento para nada.
Yo ayer comí el Karaage con ponzu y sí, era frito, pero un frito crujiente, nada grasiento y tierno por dentro. Muy bien hecho. Que no os engañen, Hanakura vale mucho la pena si estás cansado de dártelas de moderno por saber manejar unos palillos. Si lo que realmente te interesa es la comida y quieres tener una noche tranquila y agradable, se me ocurren pocos sitios mejores que este, además no es caro. ¿Realemente alguien piensa que sería mejor que no existiera este restaurante, que sirve comida que no se encuentra en otro sitio en Madrid, para poner otro sitio de sushi caro más?

Japonés del que sales oliendo a fritanga, cutre y malo. Ir es un error.

Que ricos los okonomiyakis…

Platos japoneses que no se encuentran faiclmente! a mí este sitio me gusta mucho, es comida japonesa diferente, elaborada y a buen precio.
Si quieres huir de los buffets donde ofrecen cantidades industriales de sushi que no saben a nada o de esos otros restaurantes en los que parece que la comida, por su precio, está hecha con carne de unicornio, el Hanakura es ideal!
Tienen menú del día, platos sueltos y sugerencias del chef. Recomendaciones: tempura mixta, nigiri flambeado, okonomiyaki de verduras y de postre (aunque no sea muy japonés) su tarta de queso artesanal está para chuparse los dedos!

Hanakura es un restaurante japonés autodenominado «de tapas». Lo que quieren decir con esto es que su especialidad no es el sushi (realmente NO necesitamos más restaurantes de sushi), sino platos típicos japoneses mucho menos conocidos, como el espectacular Okonomiyaki, una deliciosa tortilla a la japonesa difícil de describir y aún más difícil de olvidar. También tienen unos Yakisoba espectaculares (tallarines fritos a la japonesa) y unas gyozas buenísimas. Y si vas con alguien que no tiene ganas de probar cosas nuevas, entonces sí, también tienen sushi. Cuando fui, al ver la carta descubrimos que había algo llamado «Festín Hanakura», que no es otra cosa que un apetecible menú degustación a un precio fantástico. Quisimos pedirlo, pero resulta que hay que llamar al menos un día antes para que te lo preparen. Lo recomiendo fervientemente, tienes varios para elegir y merece la pena.