Este local fue durante muchos años un restaurante alemán que dotaba a la zona de un exotismo particular; por contra, ahora que das una patada y te salen varios restaurantes de diferentes gastronomías del globo, ya nada nos asombra. Desde hace un tiempo, una vez expulsados los alemanes, se estableció este italiano en el que he estado un par de veces: una de menú y una de carta. Del día del menú no recuerdo nada reseñable, pero del de la carta sí. Por ejemplo, recuerdo que son bastante agradables y que trabajan bien, incluso cuando se les va llenando el local(que parece ser que es tirando a tarde). En cuanto a la comida, nos pusieron una provoletta que, estando buena de sabor, estaba algo seca; un carpaccio de solomillo que estaba bien sin más; mi pizza de jamón y setas estaba muy bien cargada de todo y tenía buena textura, pero las setas se comían todo el sabor; y la pasta fresca está buena, pero los sabores no destacan particularmente. Lo peor son sus postres, que son industriales hasta puntos bastante negativos. Vamos, que si vuelvo no pido postre ni loco. Creo que mejorarían bastante incidiendo en lo dicho sobre los postres y trabajando un poco más los sabores, que se apagan bastante. Por lo demás, un sitio bastante agradable y aparentemente bien llevado.
Ismael B.
Rating des Ortes: 3 Madrid
Un curioso sitio de dos plantas que aún siendo italiano, su entrada ya confunde un poco por su lámpara de mesa situada en un oscuro recibidor y la máquina de tabaco a la derecha, pareciendo un mafioso bar donde poder echar las horas muertas jugando al pocker… Ya en su interior, la iluminación no aumenta demasiado, aunque el color cálido de sus paredes caldea un poco el ambiente, enrarecido aún por la presencia de una máquina recreativa, su gran columna central y una barra repleta de botellas de bebidas alcohólicas. Pero no os equivoquéis, nos encontramos en un restaurante italiano, con mesas esparcidas por todo su interior, a diferentes alturas y gente que disfruta de sus raciones de patatas mixtas, huevos estrellados o pizzas. Desde luego un curioso lugar que juega constantemente al despiste, como buen italiano que se precie!