No he comentado este bar? No puede ser! Eso es lo que grité el otro día cuando fui a hacer check in, que luego pasé de hacer porque no tenía datos jajaja y me desesperé. En época de universidad me había dejado caer por aquí porque su ubicación es perfecta para esperar a los tardones mientras comienzas la noche. Así que este finde he vuelto a rememorar este bareto abuelil y así de paso sumo comentarios ;) Empezamos en la barra y salimos a cuatro patas! Así de claro, al día siguiente tuve muerte cerebral y de estómago! Alfonso nos la lío parda, sí, sí! Una frasca de su brebaje se convirtieron en 6 frascas por nuestro lado y en un par de vasos rellenados por él porque nos veía muy lanzados. Nos la metió doblada jajajaja se las sabe todas! El pedo fue antológico porque con esas tapas pues como que no cenas: pan con queso, sobrasada, biscotes con salchichón o chorizo y palomitas rancias y patatas del año de la pera pues como que no hacen base para esa frasca que entra como si nada. En cuanto a Alfonso, ese señor que está pendiente de tus movimiento, en un principio nos reíamos pero luego tuvo unos cuantos comentarios que eran a tope. A mi amiga y a mí nos llamo adquisiciones. Eso es lo que le decía a nuestros amigos, ¡vaya adquisiciones las de esta noche tenéis! Claro y ahí comenzo nuestro duelo de vaciles! Yo creo que nos quiso emborrachar para que nos callásemos jajaja y no se esperaba que le contestásemos a todos sus comentarios!
Claudia R.
Rating des Ortes: 4 Madrid
¡Es increíble todas las veces que he pasado por delante de esta tasca de toda la vida y he pasado de ella 20 pueblos! Pues hasta que cierto Unilocaler no me dijo de entrar no me había dado cuenta de su presencia en plena Glorieta de Bilbao. Se trata de un bar de toda la vida(desde 1880 dando guerra) regentado por una pareja súper maja que trata a sus clientes como oro en paño. No te preocupes, no vas a tener que llamar a Alfonso, ¡parece que tiene cuatro ojos! En mesitas bajas con taburetes se viene a tomar vino de la casa, un riquísimo liquidillo con toques de canela que entra solo y que puede jugar malas pasadas. Lo bueno es que se acompaña de una tapita, normalmente pan con algo(queso azul, sobrasada…) y palomitas y patatas por doquier que matan bien la gusa. No le doy cinco estrellas porque me gustaría haberme tomado más vinillo pero el bolsilo se resiente un poquitín cuando te lo bebes como el agua :)
Cristina D.
Rating des Ortes: 5 Madrid
Mi reseña 150 y, como ya hice con la número 100, quiero que sea especial y sí, esta taberna lo es y mucho y el recuerdo que tengo de su paso por ella, más :) Me parece increíble que no hubiera entrado nunca en este local, más aún habiendo pasado mucha parte de mi adolescencia y juventud(¡cómo suena esto! :P) viviendo la vida loca por estas calles y sus bares. Curioso que eso mismo me había sucedido en el caso de mi reseña 100, pero nunca es tarde y siempre hay algún ser humano que te descubre sitios con un encanto que te atrapa. Resulta que además, está ahí ubicadita desde 1880, ¡casi náh! Qué no habrán visto sus dueños, una pareja que bien podría protagonizar una peli de Almodóvar por ejemplo, y con los que me gustaría sentarme a charlar sin prisas para que me contasen todas esas historias que suceden día tras día dentro de su local. Entra, espera a que Alfonso se dirija a ti y te encuentre ese rincón perfecto. Pide un vino de canela, y luego otro, y otro…(bebe con moderación, es tu respon… ops! ;P) Las diferentes tapas irán llegando a tu mesa y, de vez en cuando, Alfonso os echará una miradita, porque le gusta estar en todo, atenderte con mucho amor y saber qué pasa en su taberna. Quiero volver ya, del verbo LLYA :)
Hugo G.
Rating des Ortes: 5 Madrid
Si al encanto de una taberna típica madrileña, se le suma que tienen un vino de canela hecho con el mismo amor con el que te tratan sus amables dueños, podemos decir que estamos en un sitio al que, si no lo has hecho ya, deberías ir urgentemente. El local no es muy grande, pero dentro es es como una máquina del tiempo«estropeada» en la que el tiempo parece haberse detenido. La misma decoración de hace muchos, muchos años, con unos cuadros y unos relojes que hacen que no puedas seguir la conversación que puedas tener con la persona de tu lado. Pero lo mejor, como he dicho antes, el vino de canela, nada de cervezas o vinos de botella, aquí tienes algo artesanal, que se parece al vermú, pero de lo que no te cansarás nunca. Yo, desde luego, no pido otra cosa cuando voy y si encima te lo acompañan con una tapilla o, como me pasó la última vez que fui, con platos y platos de palomitas, nunca querrás salir. De precios está bastante bien, barato, me atrevería a decir, o sea que es el punto a favor que le faltaba para ponerle cinco estrellas, sin duda. El otro punto es el dueño, súper simpático y afable, llega al límite de sentarse contigo y hablar como si te conociese de toda vida. Es más un padre que un hostelero y nada pesado. Atrévete a respirar el amor que hay al pasar sus puertas y transpórtate a un lugar donde persisten los recuerdos de una época mejor.
María M.
Rating des Ortes: 5 Madrid
Alfonso y Araceli, dos buenos amigos y dueños de este bar de toda la vida. El bar es normal, pero el matrimonio lo convierte es espectacular y único.Cada persona que entra es atendida como si fuera la única. Merece la pena por la relación calidad-trato, por los precios y por ese vinito dulce en frasca que te pone Alfonso.
Daniel E.
Rating des Ortes: 5 Madrid
Me encanta este sitio, lo primero que llama la atención y que más se agradece es la increíble amabilidad y energía de su dueño que en seguida te busca un sitio donde sentarte, aunque sea encima de una caja de cervezas vacía. Lo botellines baratos y las tapas que ponen no son nada del otro mundo, pero ponen buena cantidad y de tapas que apetecen de verdad con una cerveza. Recomendable 100% si te gustan este tipo de bares de barrio.
Daniel L.
Rating des Ortes: 4 Madrid
Este desde luego es un sitio singular, sobre todo por el matrimonio que lo regenta. Es lo que llamaríamos en esta ciudad un BDV(bar de viejos) de toda la vida. En esta ciudad todo el mundo con un poco de curiosidad pasa por una fase viejuna en la cual explora todo lo que representa lo más auténticamente madrileño que hay en la ciudad. Estos bares demasiado iluminados, con baldosas en el suelo o en paredes, fregonas a la vista de todo el mundo y vermut de grifo son de lo más representativo de la capital. Este tiene la particularidad de tener a este matrimonio al timón. Ella es más reservada, pero atenta y educada. El es un vendaval, siempre con palabras amables y con trato personalizado(es lo que viene a ser que se acuerden de tu cara y te pregunten que tal va todo). Lo que ofrecen no destaca por ser diferente, es barato y eso es de agradecer, pero no tienen nada que les diferencie de otros sitios similares. Si yo he vuelto varias veces a este sitio es principalmente por los precios y por las experiencias. En una ocasión acabé a la mesa de un señor que subió a su casa para bajar un vino que hacía él, y ahí estuvimos, con el consentimiento del dueño, tomando vino casero mientras nos traían tapitas. Hasta tal punto llega la atención del dueño, que mi novia entró para comprar tabaco hace un par de días, el dueño la reconoció y, no solamente la saludó efusivamente, sino que la obligo a sentarse y a aceptar la caña a la que la invitaba. Un encanto. La única pega que le pondría a este sitio son las tapas gratis. Sé que es la costumbre en Madrid, pero siempre me he preguntado si no era más fácil tener por un lado unas barras de pan, y por otro lado el chorizo o queso sin cortar y el cabrales y sobrasada en cámaras para poder untarlo a medida que se necesiten. No creo que fuera mucho más trabajo y evitarían que unos productos buenos acabaran en unos canapés húmedos y pastosos. Tampoco soy muy fan de patatas y palomitas pasadas. Creo que son gastos innecesarios, sobre todo lo último, creo que con un sistema más eficaz para ofrecer algo con la bebida este sitio ganaría mucho. Pero es imposible criticar mucho este sitio con la amabilidad y buen trato de los dueños. Que siga por muchos años.
Andrea A.
Rating des Ortes: 4 Madrid
Ya he comentado en otra de mis reseñas que tengo un amigo del curro que vive por esta zona, así que no es de extrañar que se conozca unos cuantos bares. La primera vez que fui, al ver el nombre del local, asumí mi papel y me pedí una copita de rueda para comenzar la noche. Las tapitas que ponen están deliciosas y ellos son majísimos, algo que siempre te deja buen sabor de boca para querer repetir.
Miguel Ángel M.
Rating des Ortes: 4 Madrid
Casi que debería haber una denominación(o la hay y nosotros la desconocemos) para esas tascas en las que hay un matrimonio(o parecido) detrás de una enjuta barra y en su pequeño salón los clientes deben sentarse sobre barriles de cerveza. En esta, ella sirve las cañas y los vermús y él corta y corta y pan y unta y unta patés y demás aperitivos. Ideal para la primera caña.
Germán M.
Rating des Ortes: 5 Madrid
Si quedamos con alguien en Bilbao, ¿para qué vamos a esperar en la calle? Podemos empezar la noche apalancados en esta taberna tomándonos un vinito o un botellín. O dos, o tres, depende de lo impuntuales que sean tus colegas, y cuanto más mejor, porque con cada ronda nos van a poner un pinchito de cabrales, o de sobrasada, o unas olivitas, lo que haga falta para hacer más agradable tu estancia allí. Porque al matrimonio que regenta este bar se les nota que disfrutan viendo contentos a sus clientes, y no van a faltar las bromas.