El otro día volví a este bar de mi barrio después de algún tiempo y me pedí una caña. Casi me la bebí de un trago, mientras pensaba«hay que ver lo ricas y bien tiradas que están las cañas aquí». Y es que cada vez es más raro y difícil tomarse una caña fresquita y bien tirada en Madrid, pero en esta cervecería es posible. El dueño, que es un encanto de persona, me preguntó si había estado fuera o algo, así que tuve que contestarle que había estado ocupado, pero reconozco que me gustó saber que me había echado de menos. Porque siempre se agradece saber que se te aprecia y se te echa de menos, sea donde sea. En El Caño siempre eres bienvenido y bien tratado, es un sitio idóneo para tomar una caña y siempre te ponen una tapita rica, que puede ser una banderilla o(como el otro día) unos deliciosos boquerones. Al fondo hay unas mesas donde puedes sentarte para picar unas ricas raciones, así que no se puede pedir más. Por cierto, aunque la dirección que figura en todas partes es Sangarcía 5, el bar está en la calle Cobos de Segovia, casi en la esquina con el Paseo de Pontones, que conste.