Entre 3 y 5 estrellas… La media me sale 4. En infanta Mercedes, 64, cerca de plaza de Castilla y disputando comensales a otros ilustres como Asador Donostiarra y Txistu se encuentra este restaurante familiar de especialidad en el jamón, muy rico y bien partido, finisimo, con esa capa luminosa que le concede la grasilla y la temperatura, y el churrasco, es decir, costilla asada al grill. Es más grande de lo que parece, si bien, la saturación de mesas hace que comas demasiado junto al vecino, con espacio para respirar, pero con miedo para conversar, aumentando los decibelios y el nivel de ruido a niveles incordiosos sin ser intolerables. Se puede comer a la carta perfectamente por 25 € la cabeza saliendo más que repleto. Para empezar te agasajan con una tabla con un choricito y un mendrugo o bollete de pan de hogaza suculento y recién horneado para la ocasión. En muchos restaurantes, de la alcurnia que sea, es difícil encontrar un pan que este rico. El de este restaurante es sobresaliente. Los entremeses recomendables los huevos rotos con patatas panaderas(al horno) mucho más tiernas y saludables, y adobadas con jamón, las croquetas caseras de jamón o morcilla, y cualquier ración de jamón o lacón, o el revuelto de morcillas y calabacín. De segundos, buenísimos por degustación en primera persona el solomillo de corzo en salsa de arandonos y del mar el mero(je!) el bacalao a la parrilla con salsa de boletus tiernísimo y riquísimo. Si acaso, que a ambos platos les acompañaba las incomodas patatas paja. Nada tengo contra este tubérculo que frito torna delicioso, más si son caseras y exponencialmente ricas si son recién hechas. Las patatas paja son un engendro onanista entre unas patatas de bolsa y unas fritas caseras que se queda más cerca del primero. Supremo siempre, altamente aconsejable por rico y abundante el churrasco, especialidad de la casa que acompañan de una ensalada de un plato de ensalada de tomate raff y cebolla y otro plato de patatas fritas caseras, más una salsa chimichurri sabrosona, picante y emanando aromas especiados. Por escasos 15 € de plato por comensal te dejarán repetir las veces que quieras. Entre los postres y el café te invitan a un sorbete de limón para iniciar la digestión, con puede, una gota de alcohol. Los postres también son caseros resaltando la muerte de chocolate una especia de brownie o bizcocho relleno de chocolate tiernísimo, chorreando a litros el espeso manjar, con un sabor muy fuerte a chocolate negro y adornado con nata y sirope de chocolate, y las filloas de crema y chocolate. Para culminar un restaurante redondo, yo que soy goloso, pero tengo la mala costumbre de llenarme pronto y suelo renunciar al postre, me irrita en demasía que el café me lo sirvan después de que todo el mundo ha terminado el postre. Yo soy cafetero(no colombiano) y me gusta el café como postre. Atención excelente, precios muy contenidos, calidad de la comida media, alta y una esmero en los pequeños detalles que hacen de la experiencia algo recomendable.
Tonypi
Rating des Ortes: 5 Griñón, Madrid
Restaurante bien ubicado, la comida es excelente y el precio muy comedido. La atención por parte de los camareros es exquisita. Además, con un poquito de suerte puedes encontrarte con algún futbolista ‘famosete’. Muy recomendable el solomillo, de los más ricos que he probado.