El Volta

Enclavado en el mismo Alonso Martínez, El Volta es uno de esos sitios que que destaca en su entorno gracias a su originalidad. A medio camino entre el cabaret y el bar, lo que más destaca de este lugar es su decoración: tonos rojos por doquier, maniquíes y muñecas por todos lados, dorados, sofás chester brillantes y cortinas de crespón rojo que le confieren un aspecto de lo más sexy.
Sé de buena tinta que hacen varias fiestas diferentes, y de todo tipo. Desde charlas que buscan ahondar en la sexualidad hasta eventos más discotequeros, fiestas varias de disfraces y todo tipo de actuaciones de vis cómica y cabaretera. Lo ideal en El Volta es que antes de ir le eches un vistazo a su programación, y así te hagas una idea de qué te vas a encontrar.
Por lo demás, buenas copas a precios decentes, y unos cuartos de baño en los que te vas a sentir intimidado. Al menos en el de los chicos. Ahí lo dejo…

He descubierto este local gracias a una charla a la que asistí ayer a media tarde. EL local es amplio y cómodo (estaríamos unas treinta personas reunidas sin agobios) y no tuvieron inconveniente en reducir el nivel de la música para que pudiéramos escucharnos.
El trato fue excelente y los precios de las copas, los esperables en un sitio así. Mi única pega es la iluminación, quizás más tenue de lo que estoy acostumbrado, pero enseguida me acostumbré.
Lo mejor, el espacio, sobre todo la sala principal, realmente cómoda (y los espacios adyacentes, incluyendo la parte del sótano, muy favorables a la intimidad.
Lo más chocante, el lavabo masculino, cuyo decorador presupongo gran admirador de las películas de Russ Meyer. Eso sí, limpísimo.

#juevesdereseña
El macho ibérico en su afán por conquistar a la hembra elabora intrincados planes para impresionarla, frases para entrar, temas de conversación, horas de ejercicio o de gimnasio, depilación capilar entre cejil, higiene bucal y axilar más algún toque de fragancia exótica. Todo con el único objetivo final de meterla en adobo. Entre otras muchas cualidades al macho Alpha se le exige iniciativa, conocimiento del medio, liderazgo, conversación interesante, sinceridad (jajaja) y humor. Pero esto no basta hay que impresionar a la femina, si te la quieres llevar al huerto tienes que convencerla para ir antes a algún otro sitio que ayude a seducirla.
El Volta Café es un lugar ideal para una primera, segunda o quincuagésima cita. El «café» es un lounge bar con decoración vintage moderna, amplias cristaleras, sofás, mesitas apartadas y una luz roja y tenúe característica sublime. Todo ello, causa un ambiente burlesco, cabaretero, pillo y travieso, hay tranquilidad, intimidad y esa luz tenúe que incita al desenfreno de los instintos, a lanzar un beso, a elevar la temperatura con una mano picara.
El tercio desde 2,50, con vinos y copas de calité para los gourmets, y algún coctail exótico. Suelen hacer todo tipo de eventos, desde magia, teatro, fotografía o cualquier otra cosa que se te ocurra. Los precios no son caros, no excesivamente al menos. No te desfalcarán en caso de que te invites como buen caballero galán. y el que algo quiere… algo le cuesta.
Así, de los creadores de lugares donde meterse mano y como impresionar a una dama llega el Volta Café, el summum de todos ellos e imprescindible en toda lista de ligoteo que se precie o aprecie.

Un amigo me recomendó, con gran acierto, este fantástico rincón de Madrid. Cuando entré pensé «el antro noctámbulo perfecto»: luces escarlata, sofás de terciopelo, piernas de maniquíes y lienzos de Bowie. En los altavoces se escuchan desde clásicos ochenteros, indie modernete o puro rock ‘n roll, hasta temas jazzeros y charleston.
Hay un pequeño escenario para disfrutar de los más variopintos espectáculos. Yo fui invitada a un show de Hipnomancia, pero me consta que en breve estrenan un provocador Cabaret.
No le doy aún la quinta estrella porque quiero catar bien la carta de licores ;) y hundirme en una de sus butacas con cojines a observar al público que lo frecuenta… Volveré con más intel tras mi segunda incursión!

Gracias a la última fiesta de Unilocal descubrí este sitio. Me encantó el ambiente y la original decoración. Tendré que volver…

Conocí este local hace un año, en el cumple de una amiga. Y me encantó, porque la decoración me recuerda a la de aquellos locales que frecuentaba yo en Vigo en la calle Churruca antes de venirme a vivir a Madrid, como con cierto glamour vodevilero, decadente y reciclado, barroco. Muy rojo y muy íntimo. Bien atendido. Y un lugar perfecto para hablar y celebrar

El lugar es extraño, al menos diferente de la mayoría de los garitos de la zona. Me refiero a la decoración, porque la gente se mete donde puede, donde cabe, así que acaba unificando el ambiente de un garito con el de otro. El Volta consigue, gracias a su peculiar decoración, que te transportes a un anticuario, un almacén, un teatro o un mundo mágico, dependiendo de tu imaginación y del pedo que lleves. Bueno, también depende del ángulo desde el que veas los maniquíes que abundan por el local, porque hay muchos rincones diferentes y ángulos posibles. Lo sé porque he ido varias veces y cada experiencia ha sido diferente. Una vez me senté con una amiga en un sofá, otra vez que iba con amigos nos sentamos alrededor de una mesa… Gracias a los distintos ambientes, cada vez que entro a tomar una copa me creo que estoy en un sitio nuevo, nunca sé lo que voy a encontrar y eso me gusta.

Rollo sofisticado en la línea de otros de las zonas que le rodean, tales como Alonso Martínez, Chueca o Malasaña. Un ambiente cabaretero impregna esta trabajada estancia dividida en varios salones que sirven para tomarse unas copichuelas mientras se baila o se contempla la original ornamentación que los decora.
Casi como una réplica colorada a David Lynch, el lugar toma todo lo relativo a terciopelos rojos que a veces refuerzan su aire retro, a veces su aire kitsch.
El Volta se deja usar habitualmente para sesiones fotográficas, eventos y demás saraos estridentes.