Giangrossi

My purse was robbed here, and the staff wasn’t helpful, so I can’t give this place a good review. Keep your purse on your lap if you do decide to come here!

Great music, great drinks great service! You walk into this trendy «ice cream» parlor or trendy bar. still can’t decide. Either way the atmosphere is lively and the ice creams are designer. I’m sure you will have a memorable dessert in Madrid.

Yo tenía entendido que Giangrossi era una heladería. Sin embargo, me imagino que han visto el cielo abierto con lo animadísima que está últimamente La Latina, así que han terminado decidiendo reconvertirse un poco, guardando todavía parte de su esencia original.
El local ha sido convenientemente reformado para convertirlo en una heladería-​coctelería, que sin duda es una propuesta novedosa en la capital. Así que por dentro hay más cuero, más tonos oscuros, una luz algo más tenue y una música algo más fuerte.
Tanto es así que nosotros, que íbamos con ganas de tomar un postre después de cenar, terminamos preguntando en la barra si seguían teniendo helados. Y sí, ¡los siguen teniendo! No tienen una carta muy extensa, pero es más que suficiente.
Son bastante caros, eso sí, están ricos. Que al final es lo que importa. De todos modos, si vas en «hora cóctel», la realidad es que uno termina sintiéndose raro metiéndose un helado entre pecho y espalda mientras todo el mundo está copeteando. La opción, no obstante, está ahí.

Ese momento en el que decides tomar un cóctel en La Latina, vas al bar que te apetece pero no hay ninguna silla libre, a quién no le ha pasado? Lo novedoso viene a continuación: dimites y al salir del bar te preguntan si lo que buscas es un sitio para sentarte y te buscan 2 banquetas y un hueco para colocarte, todo esto con una sonrisa. Te preparan los cócteles con infinito mimo y a mi con eso ya me tienen ganada. Tomé un «mojito tal» que lleva helado y estaba absolutamente delicioso. Claro que este local suele ser una heladería! Recomendado al 100%!!!

Si hubiera sido hace 2 años, habrían sido 5 estrellas. Qué vicio, por Dios. En invierno, en verano; en local, en casa. Siempre había Giangrossi. Merecíà la pena pedir, por cantidad y calidad.
Sabores: mandarina (im-​presionante), mascarpone con frutos rojos, yogourth con miel, dulce de leche, chocholate, vainilla con nueces de macadamia… En Alberto Aguilera podías ver cómo los elaboraban, incluso. Son helados argentinos, deliciosos.
Pero ahora. Me han cerrado el de Alberto Aguilera, y el de La Latina… No sé, no es lo mismo. Será que soy nostálgica, pero no me saben igual los helados. Han cambiado las tarrinas y me parece menos cantidad…
Lo dicho. Probadlos. Yo soy una mujer de tradiciones.

Lugar multiusos, arrastra la fama — bien ganada — de sus sabrosos helados de frambuesa, zanahoria y mandarina, lima limón con jengibre y sobre todo mango. Este último a mi parecer es la joya de la corona. Pero su utilidad y posibilidades van más allá que el de una simple heladería, porque allí se pueden hacer todas las comidas, sobre todo el desayuno y la merienda.
Y desde luego pocos sitios pueden resultar más acertados si lo que se quiere es tomar una copa en el mes de agosto a las 17.00. A pesar del aire acondicionado — no te hielas como en gran parte de los locales de Madrid — mantiene la temperatura ideal en tan caluroso momento.

A esta heladería fui una vez con mis padres, en una de sus múltiples visitas a Madrid. Tras haber comido en (el italiano de la latina) nos fuimos hasta aquí a por el postre, es un poco más caro que una heladería normal y corriente debido a su elaboración, pero como invitaban ellos tampoco me importó mucho el tema de los precios.
Tienen todo tipo de sabores y combinaciones para disfrutar del helado que se te ocurra (el de brownie y cerezas está para morirse) y como te quedes mucho tiempo sentado en sus sillones de cuero puede que incluso te entre sueño de lo cómodos que son.
También tienen batidos, tés, cafés y tartas para chuparse los dedos. El sorbete de frambuesa, riquísimo. Además, tienen servicio a domicilio, apto para golosos y vaguetes.