Comida en barra — sabado junio 2016 Llegamos un sábado a mediodía sin reserva y estaba todo lleno con lo que tuvimos que conformarnos con la barra. Probamos el ceviche peruano de corvina, una ración generosa y con un pescado de calidad, aunque para nuestro gusto muy barroco, en el sentido de que visualmente quedó bonito, pero quizá le sobraba algún ingrediente como los mejillones, las hojas de lechuga morada o las pepitas de granada. Aun así, estaba muy rico. También tomamos una pechuga de pollo marinada al estilo«tikka», con cintas de calabacín y tirabeques. La carne jugosa y la guarnición le iba como anillo al dedo. Un platazo. Nos cuentan que a principios de julio, a unos 200 metros, y sin cerrar la casa madre, abren USKAR, un local más grande y con terraza, pues éste ya se les queda pequeño. Seguiremos informando…
Daniel R.
Rating des Ortes: 4 Valencia
[Disclaimer: resido en Valencia, donde las tapas que acompañan a la consumición son seres mitológicos y donde te pueden cobrar alegremente 2,5 € por una solitaria coca-cola de 20 cl] Esta pequeña taberna está cerca de la estación de Atocha Renfe y tenía que hacer algo de tiempo hasta que llegara la hora de coger mi tren, así que, tras echar un vistazo por la ventana y ver que el lugar tenía buena pinta, decidí entrar a tomarme algo. El local estaba poco concurrido, pero las tapas sobre la barra tenían buen aspecto y el lugar tenía cierto encanto, muy arregladito. Vi un cartel que indicaba que tenían vermú de grifo y pedí uno. El camarero fue muy amable y sirvió rápidamente una bebida que acompañó con unas olivas caseras muy buenas y una pequeña tosta con ensaladilla. El sitio tenía buena imagen, el vermú estaba riquísimo, el camarero era muy educado, la tapa estaba realmente buena… Me eché a temblar: «aquí me van a cobrar un riñón y parte del otro». Pero no. 1,50 € la consumición. Alegría. ¿Por qué no hay sitios así en Valencia?
José Ignacio M.
Rating des Ortes: 5 Callosa de Segura, Alicante
Casualmente entramos en este lugar para tomar algo antes de de regresar a Alicante. Leímos«cocina con alma» en su slogan y doy fe que así es. Jamón de cordero, tosta de sobrasada con brie y croquetas de chipirones en su tinta, por lo menos, esto, que fue todo lo que probamos: excelente producto bien seleccionado. excelente sabor y equilibrio.
Nao S.
Rating des Ortes: 4 Madrid
Tuve la ocasión de conocer este pequeño local por un amigo mío, que me quería traer ya que había comido genial aquí hacía poco. A la primera vista parece un bar de la zona de toda la vida, sin embargo en realidad podría llamarse restaurante por su calidad de la cocina. También algunos detalles decorativos disciernen de otros. El local cuenta con unas 5 mesas, es bastante pequeño, y al fondo curiosamente hay un sofá de estilo retro. Las lámparas colgadas en la barra están hechas a mano por ellos mismos con unos juegos de tazas de café. Por ser un día de entresemana apenas había gente, así que me hice dueña de este comodísimo sofá. Empezamos con un vino tinto de Toro. Me quedé tan a gusto con un rayo del sol matutino que casi me dormía. Como ya habíamos picado en otro bar, no teníamos prisa alguna. Con calma echamos un vistazo a la carta. De momento no tienen menú del día, pero el contenido de la carta no me dejaba indiferente. Al final decidimos pedir unas croquetas de chipirones en su tinta(5 uds), una ensalada césar y risotto de boletus con jugo de cordero y parmesano. Las croquetas están increíbles, con o sin salsa alioli. En general no me entusiasman croquetas, pero estas me gustaron y mucho. ¡¡Me las repetiría sin problema! El pan de aspecto de galletas que acompaña es del pueblo de Granada. Es muy sabroso y distinto. La ensalada césar es abundante y destaca por la presencia de unos trocitos de fresas, que dan un toque novedoso y curioso. Y el risotto… Me había imaginado un plato de color crema como suele ser, y resulta que no tenía nada que ver. Es un plato de caldo marrón, y encima del arroz posan unas finas rodajas de jamón de cordero. Es sumamente intenso y contundente. El queso parmesano y el sabor a cordero están muy presentes. La única pega es que para nuestro gusto, se pasaron un pelín de sal. Se lo comentamos al cocinero y nos escuchó con naturalidad y atención sin ofenderse, lo cual me agradó porque veo su interés en mejorar día a día y amor a la cocina. Un cliente que se sentó en la mesa contigua saboreaba su plato de cuchara, diciendo que era un auténtico manjar. Se marchó encantado. Es curioso observar unas cuantas patas de jamón de cordero encima de la barra.