La Gamella

Lo prometo que no lo hago a posta… o que me he vuelto muy exigente con los restaurantes de nivel medio alto, o que a lo mejor tengo muy mala suerte… todo es posible.
Pero llegamos un viernes por la noche… el sitio la verdad es que es super agradable, intimo romántico, y te sientes cómodo.
El servicio muy bueno, te sientes atendido en todo momento.
La comida un absoluto DESASTRE.
Fuimos 2 personas y pedimos unas empanadillas americanas rellenas de marisco, un salteado de rape y langostinos, y un tartar de atún.
Las empanadillas quemadas con una masa dura y que tenia más sabor a aceite que el relleno que no sabia a nada… eso si las acompañaban con una mostaza que sin duda era lo único que merecíà la pena del plato, sin decir, que desde luego tienen muy poco de americanas.
El salteado de arroz con rape y langostinos, sabia a re-​cocinado, a re-​calentado en el micro-hondas.y además de ser intragable, tampoco te preocupa mucho, por que básicamente te da para 3 tenedores. Pensando que el plato costaba unos 22 € es como para pensárselo mucho.
El tartar de atún. Mira que es difícil cagarla en este plato, si tienes buena materia prima… y de nuevo al precio que lo cobras… es porque en teoría tienes buena materia prima. Ni por esas. Absolutamente insipido.

Sin saber muy bien donde me metía y por aquello de que suelo ser el encomendado en reservar para cualquier evento, celebración y/​o comida como si tuviera una varita mágica de acertar, terminamos en la gamella, sin demasiadas referencias más que geo estrategicas y un vistazo rapido a la página que nos ocupa, intentando lograr un restaurante apto para padres cerca del reina sofía.
El lugar es para acertar por donde está y da lo que te esperas a un precio ajustadisimo a la calidad que ofrece. Techos kilometricamente elevados pintados de rojo y azul, mantelería y cristalería de calidad, cubertería decente, atención pendiente y cocina… marcadamente americana. Para sorpresa de mis progenitores a los que hubo que explicar unas cuantas veces qué era un brunch sin demasiado éxito por otro lado. Que si eso era un desayuno tardió, que no era una comida, que tal y qué se yo y como se pronuncia. Al final, que eso del brunch es de modernos y que ellos a lo suyo.
Mis padres tradicionales y castellanos pidieron para compartir la menestra de verduras a la parrilla servida en platos individuales para que no hubiera peleas ni la solaz y plebeya costumbre hispanica de meter el tenedor al plato del medio y mi padre el lomo bajo con guarnición poco hecho y mi madre el pescado del día que era una lubina con alioli gratinado. La calidad de la carne era espectacular.
Hermano, Z y yo nos decantamos por el brunch de los domingos a un precio de 22 €, 25 si pides mimosa o bloody mary. El brunch viene servido con variedad de panes con mantequilla y mermelada de tomate. Para beber café con trufa o refresco y cerveza, Yo me decante por unos benedictinos con salmon y el resto por la hamburguesa con bacon, huevo, cebolla caramelizada al punto. A mi parecer, la hamburguesa estaba un poco seca y el huevo pasado, pero la carne rica. Una hamburguesa tradicional neoyorkina presumen ellos. Los benedictinos un poco amargos por el vinagre y quizas ligeramente pasados pero deliciosamente colesterizantes y engordantes que es lo que importa. La guarnición de la hamburguesa era una ensalada y unas patatas caseras y la de los benedictinos unas patatas asadas o guisadas especiadas muy ricas.
De postre de brunch no había demasiada variedad de tartas, faltando una de chocolate como referencia o la popularizada de zanahorias (en carta sí, en brunch no) había, empero, una tarta de queso de densidad probada con su bola de helado de fresa que esta muy rica. Un sorbete y un helado de avellana de buen sabor. El café, solo, delicioso,
Total del condumio para 5 con promocion unos 20 25 € por cabeza. Un precio increible para la calidad. A la lista de repetibles.

I wish I had been here with my husband instead of my kids. It’s a really lovely, quiet colorful restaurant and being American, we were the first people there at 9, when it opened. Our server was great but my Spanish was lacking so she brought out the owner, who is an ex pat American and she was fantastic. I could tell that owning this restaurant with her partner, the chef was a labor of love for her. The food is outstanding and expensive (again, would have rather been here with my husband.) They were so kind and made two hamburgers out of one for the kids which they very much enjoyed. We had spring rolls which were divine to start and I had the tuna tartar as my dinner-​which was excellent! Loved this restaurant and would love to go back for their Sunday brunch which she does American style.

La Gamella es un restaurante correctísimo en todos los sentidos (sobre todo en el bueno). Los ingredientes de los platos son de excelente calidad y eso se nota. Hasta en las patatas fritas se ve la diferencia con un restaurante cualquiera. El steak tartare, los medallones de solomillo, la hamburguesa, todo es muy tradicional pero indudablemente riquísimo. La carta tiene las dimensiones que tiene que tener: suficientes platos, y variados, pero sin opciones en exceso. Los vinos a buen precio, aunque el blanco de la casa no me agradó.
El servicio es bueno, cuando te atiende quien supongo que se trata de la dueña, y menos bueno cuando lo hacen los camareros, pero esto siendo sumamente exigente. En general son amables pero no exceso.
La decoración es muy característica: las altísimas paredes pintadas en tonos fuertes contrarrestan las reducidas dimensiones del sitio; el espejo triangular casi masónico que cuelga de la del fondo me pone un poco nervioso. Pero de resto es acogedor: el perfecto equilibrio entre clase e intimidad.
El precio me parece razonable tratándose de esta calidad y de su localización.
En definitiva: una acertadísima conjunción de todo lo bueno que esperas de un restaurante «clásico». Éxito asegurado para cenas románticas.

Wonderful food and service.
We got personal attention from the owner, Theresa, as we went for a late lunch on our first day in Madrid. She spent time with us explaining the local customs and discussing the nearby museums.
My wife had the brunch, which included a unique, tasty meatloaf with home-​made ketchup. I had the fish, which was excellent.
During our 4 day stay, we went to a number of other restaurants, but came back to La Gamella for our final dinner, and it was fabulous. My wife had the lamb, and I had a steak, both were done to perfection. Even though there were several other customers, Theresa again spent time with us listening to our description of our adventures in Madrid.

Von außen wirkt dieses Restaurant recht unscheinbar und es hat leider auch nur eine recht begrenzte Anzahl an Plätzen. Die Qualität der Speisen ist jedoch sehr gut, die Auswahl eher gut bürgerlich und international als spanisch.

We came to this restaurant the last night of our stay in Madrid, just a block away from the hotel we were staying. We were pleasantly surprised by the ambiance and the food. It was exquisite and elegant in every way. The portions were appropriate. I ordered the dorada which was very fresh and quite delicate. My children ordered the tacos al merluzo and the American hamburger. One taste of the hamburger and out came «Oh my God, sweet Jesus, this is better than half of the hamburgers in the States.» Although known for its hamburger and the steak au bourboun, dont think this restaurant is only about steak and hamburgers. The desserts were phenomenal. A bit pricey, but well worth the quality and elegance. It was certainly a treat to cap our Madrid adventure.

Un local con historia literaria, fundado en 1982 por el artista, viajero y cocinero Richar Stevens, en el edificio donde nació José Ortega y Gasset.
Pero vamos que mas allá de la literatura y del prestigio que de por si atesora este restaurante de corte clásico y ambiente joven, que nadie espere tener aquí una experiencia reveladora, donde descubra los mas deliciosos placeres gastronómicos.
Aquí lo que destaca es su excelente steak tartare, que aderezan con un golpe de bourbon para darle ese «saborsillo» final.
No te faltaran las buenas hamburguesas y la ensalada Caesar, así como los domingos un completo brunch

La Gamella es muy famosos por su hamburguesa pero yo sigo yendo por su steak tartar, al que añaden un poco de bourbon y es, realmente, de los mejores que he probado.
Es un sitio de corte clásico pero de ambiente joven y divertido, perfecto para ir con novia o con amigos. Está lejos de ser barato, pero no es tan caro como uno puede llegar a pensar.
Y ahora además organizan brunch los domingos, y he oído maravillas. Tendré que ir a probarlo.

Es uno de esos sitios en los que te sientes pequeño al entrar, mi sensación de chica humilde con ganas de conocer si transformó en pobrecita porqué te metes en un restaurante de pijos.
Cuando conseguí explicar que yo no quería un brunch, yo prefería comer, así en general, algo… Me sentaron en una mesa bastante mala y esto se entendería si no tuviera reserva o si el bar estaba lleno, en ambos casos negativo, allí no había ni un alma (incluyo al camarero)
La comida (que es para lo que sirve un restaurante, para dar de comer, no para dar caché o ganas de inyectarse botox) era superior, ni siquiera le puedes achacar la típica poca cantidad de estos sitios, era buena y para más Inri descaradamente más barato de lo que me esperaba (sin vino, claro y recordando donde estamos)
Esta contradicción me dio que pensar que tal vez deba volver otro día con más autoestima o con menos prejuicios ¿quién sabe?