Como buen británico, soy aficionado al roast beef. También he tenido el privilegio de probar los pastrami on rye que venden en el mítico Katz’s Delicatessen. Así que imaginad mi ilusión cuando vi que anunciaban tanto sandwiches de roast beef como de pastrami en este sitio. Entusiasmado, entré a tomar algo. Mi entusiasmo empezó a disminuir cuando vi las opciones: todos los sandwiches llevaban brie, el queso barato por excelencia de los cutribares madrileños. No sabe a nada porque compran el más barato, y encima, si se distingue, no sabe como el verdadero, y simplemente da un sabor a amoniaco al resto de los productos. Ni va con el roast beef ni con el pastrami. Luego, llenar el sandwich con lo que da la impresión que son las sobras de una ensalada, no me parece lo más apetecible del mundo. El sandwich que más se acercaba a lo que se disfruta fuera de nuestras fronteras podría ser el All Blacks, pero ahí estaban el triste tomate y el brie barato inmutables, mirándome a los ojos. Bueno, digo yo, el bar está vacío, y estando ya en el 2015, supongo que los hosteleros estarán adaptándose y dando ciertas facilidades al cliente, y no como antes que tenían una oferta que interpretaban como los diez mandamientos. Así que pensé que sería buena idea cambiar el brie por pastrami(aunque ya supiera que lo ofrecían con pastrami O roast beef). Pues como si hubiera pedido que me lo rellenara de cocaína y me lo calentara con halógeno. «Eso no me lo han pedido en la vida»; «Lo considero porque no hay gente, si no, no se hace ningún cambio»; «Los sandwiches son como son»;“Es que un producto es más caro que el otro”. Y nada, ni sugiriendo adaptar las cantidades, ni proponiendo pagar más, eso que había pedido era lo más difícil del mundo y suponía tal contratiempo al dueño del bar que no salía de su asombro ni podía evitar caer en constantes contradicciones. Así que yo me quedé sin sandwich, el dueño se quedó sin hacer una venta, no volveré(a pesar de mi pasión por estos sandwiches), y desde luego jamás se lo recomendaré a nadie. Creo yo que tiene más sentido ser un poco flexible y abierto de mente, ya que al final sale todo el mundo ganando. Nadie dice que los sitios se tengan que adaptar a hacer lo que el cliente quiera, pero a la hora de meter ingredientes entre dos trozos de pan, hacer un mundo de sufrimiento de ello me parece, como poco, un poco triste, y como mucho, bastante contraproducente para el negocio. Volvería mucho antes por un poco de trato personalizado que por todas las fotos del dueño con famosetes y jugadores de rugby que invaden las paredes del local. El prestigio viene de tener un buen negocio, no de con quién te has juntado. Y para finalizar, sólo para demostrar al dueño que su asombro ante mi petición era injustificado(y, por cierto, en su sandwich Wallabies ofrece mezcla jamón york y pastrami/roast beef), incluyo un link a lo que quería:
Maria J.
Rating des Ortes: 3 Madrid
Me sorprendió bastante encontrarme este sitio vacío el sábado(estando Ma Bretagne de bote en bote). Creo que ha ido perdiendo fuelle con los años, pero tiene una zona inmejorable y las pizzas están bastante buenas. Merece ir por las provoletas, variadas y sabrosas. Este plato me persigue ultimamente…
Ava M.
Rating des Ortes: 4 Madrid
!qué bien comimos el otro dia en esta pizzeria, sandwicheria, provoleteria, en fin que tienen una carta bastante extensa, por recomendacion de entrada una provoleta rellena de boletus, buenisima y de segundo yo comi una pizza de pavo con la salsa de la casa y mi amigo un sandwich de roastbeef, de verdad muy muy bueno todo, ademas amenizado por el dueño que nos conto cantidad de historias de la epoca de la movida, pues el local lleva abierto 30 años y fue de los primeros en dar de comer y de los pocos de todavia aguantan adaptandose a las nuevas movidas de Malasaña–
Ismael B.
Rating des Ortes: 3 Madrid
Es de los pocos sitios de Madrid que se especializan en este suculento plato(y para un servidor, suculento tanto el original como el sucedáneo jeje). desde 1982, su entrada, de estilo muy andaluz muestra unos bonitos azulejos decorativos, lo que llama más aún la atención sobre este dicharachero bar. Aunque no sólo ya por la entrada, sino por que prometen no sólo tener buenas gulas, sino un buen provolone, y, puestos a pedir, riquísimas pizzas(y de verdad, que están buenísimas!) También tienen sandwiches fríos y calientes, de diferentes salsas. Y aunque los precios no son que se diga bajos, sí sales con el estomágo bien lleno