Me trajeron un plato de aceitunas con huesos mordidos de otra gente en el platillo de abajo. No contentos con eso, cuando se lo dije, se llevaron los huesos y me dejaron el mismo plato. Cuando les dije que se llevaran eso de la mesa, el tio levanto el plato de aceitunas t cayeron mas huesos que quedaban pegados en la parte de abajo. Fantastico vamos.
Isaías M.
Rating des Ortes: 5 Madrid
Si lo que buscas es comida italiana de calidad, La Tagliatella es la opción con la que no equivocarte nunca; tanto para una velada íntima como para cualquier«macrorreunión»(de familia, amigos…). Amplísima carta de platos: entrantes, pizzas… con una cantidad de pastas y salsas que incluso abruma. Destacar como detalle el aceite con guindillas que te ponen con el pan de aperitivo(al que convierte en un manjar), el cual luego se lo puedes echar a casi todo sin temor a que quede mal(ya, quien se atreva a hacerlo en el postre, atravesará una frontera inexplorada…). Y hablando de sus postres; son el colofón para que, ya que habrás maltratado tu páncreas(merecidamente), al menos lo disfrutes al máximo: sensacionales. Como puntazo de «5 estrellas», no dudes en preguntar a los camareros para que te recomienden cualquier cosa, como qué salsa elegir para cada pasta(porque a ciegas es como echar la lotería y además las querrías probar todas).
Marcos D.
Rating des Ortes: 4 Madrid
Era noche de italiano, y mi novia me pidió que probara un plato de La Tagliatella que tanto le gustó cuando estuvo la última vez. Antes del plato principal, pedimos para ir abriendo el apetito(aunque el apetito ya era grande) una ‘focacce liguri’: Jamón de pato, parmigiano, provolone, rulo de cabra, cebolla caramelizada, bresaola, pistachos y rúcula. Todo ello sobre masa de pan tostada en el horno. Y por fin, el plato esperado. De todos los platos italianos que he probado, éste es uno de los que más me ha gustado, la calzone tartufi e funghi, hecha con crema de trufa negra, champiñones y variado de quesos. Para terminar, como no, un dulce„ un pequeño sorbete de limón. Todo era para compartir, ya que en La Tagliatella todos los platos son bastante grandes. Vamos, casi todo el mundo que estaba allí cenando compartía plato.