Divino olor a dulcecito que emana de esta panadería-pastelería. Tanto que tuve que entrar, también porque me tocaba la hora de merendar, tras un almuerzo un tanto light pero sublime, sushi. A primera vista en Croissant me entró por los ojos y vaya que acerté, por 0,95 céntimos de euro… delicioso. La vista se me fue también a las tartas, los pastas, los pasteles, las tejas… se nota que está todo elaborado con mucho cariño y esmero. Pienso que es un establecimiento de calidad. Ni hablar de la gran variedad de panes que tienen: rústico, integral, tradicional, bastón, redondo, trenzado, etc. Que suerte que está al lado de casa de mi abuela, así le puedo comprar aquí algún dulce cuando vaya a visitarla.
