La Taqueria del Alamillo

La Taqueria de Alamillo es un restaurante mejicano con dos locales en el barrio latino. Nosotros fuimos al original que está situado en la Plaza De Alamillo. El sitio es muy bonito por dentro y por fuera. A nosotros nos sentaron en la terraza donde se podía ver los bonitos edificios del barrio y la gente pasando por la calle. En ese momento todavía no había mucha gente así que nos sentamos con tranquilidad.
Hasta aquí todo muy bien. Y pedimos unos platos típicos mejicanos recomendados por otros comensales en la red. De primero comimos la ensalada de aguacate y quesadillas que no estaban mal. De segundo pedimos unos tacos. Los tacos estaban tan soso que no se podía comer.
En estas horas el restaurante estaba lleno de gente y todo el mundo estaba gritando. En fin, llamamos al camarero para pedir una salsa o algo para los tacos. El camarero nos dijo «ya voy». Después de 5 minutos todavía no había venido. Llamamos a otro que estaba en la mesa del lado. Él también nos dijo «ahora mismo voy», y tampoco nos hizo caso… Al final tuvimos que comer la comida sosa y fría.
Al principio queríamos tomar unas margaritas, pero no teníamos toda la noche, decidimos pedir la cuenta. Cuando el camarero con la cuenta llegó, le dije «queríamos pedirte algo, pero no viniste», y él me responde: «no pasa nada». Eso fue la peor parte de toda la noche.
Pero por lo menos estoy seguro de algo: nunca volveré a este sitio.

Best mexican I have seen in my extensive world travels. No trip to Madrid is complete without a visit here.
The Tamarinde marguerita is amazing.

Fuimos un grupo de 9 personas un sábado por la noche. No teníamos ni idea de qué pedir y el camarero muy amable decidió por nosotros. Todo muy muy rico y un muy buen trato por parte de los camareros. Cenamos muy bien y salimos a menos de 30 € por persona. Volveré sin duda!

Me uno a los que aseguran que es probable que sea el mejor mexicano de la ciudad. Sin duda su carta te adentra en unos platos de la gastronomía mexicana que eran practicamente desconocidos para el gran público, deliciosos por cierto. Bien de precio y un excelente personal atendiendo a los comensales. Sin embargo no llega a ser 5 estrellas por lo pequeño del local y lo ruidoso que puede ser cuando está lleno, algo que es bastante habitual. Abrieron una ampliación, que aun no conozco, pero de la que no he oído hablar tan bien. Sin embargo, siempre volveremos al Alamillo.

Me gusta mucho este restaurante, la comida es autentica y buena. Lo malo es que los días fuertes tienen el mismo personal que los días flojos. Es una pena. Los chilaquiles del DF son imprescindibles.

Lo mejor de toda la comida mexicana que he probado aquí en Madrid. Buenas margaritas, y comida bastante auténtica (sobre todo el mole). Y es un sitio precioso — en el centro de La Latina pero ubicado en un rincón tranquilo y muy acogedor.

Empezando por el local, la Taberna del alamillo en la plaza del mismo nombre es agradable.
Pues este es un local decorado con muy poco gusto y muy mal insonorizado. La conversación es prácticamente imposible si el restaurante esta lleno.
La comida no está mal, pero no es lo mismo que el alamillo de la plaza.
Claro, que el precio no es bajo precisamente.
En cuanto al servicio, son muy agradables, pero insuficientes. Necesitarían ampliar plantilla
Desde mi punto de vista, no tiene comparación con su hermano mayor.
Igual por todo esto, aquí consigues mesa y en el otro es imposible.

Empiezo a estar de acuerdo con otros Unilocalers en cuanto a que la comida es buena, pero les falta un poco de todo, nosotros en concreto estábamos helándonos a principios de septiembre en el salón, ya que nos sentaron justo delante del aire acondicionado. En la balanza relación calidad/​precio se empieza a decantar en base al precio, disparándose un poco comparado con otras taquerías que empiezan a dar la misma calidad que ellos a un precio más ajustado. Si la intención de este restaurante es dar una calidad y servicio superior a otras de la zona, tienen que mejorar detalles como este, o el de las micheladas, de las más mediocres que he probado en mi vida. Vale la pena probarlo pero quizá se han inflado un poco las expectativas de este sitio, que no está mal, pero tampoco es ya lo que se oía comentar antaño de él.

Catalogado por varias publicaciones como el tercer mejicano de Espaňa por su calidad y autenticidad en sus sabores.
Es el típico sitio donde un mejicano te llevaría a que probase comida auténtica y sin morir en el intento por los precios abusivos que aveces tienen los restaurantes más «exóticos»
El lugar donde se encuentra es bastante céntrico, pero oculto en una plaza que le da un toque especial al local de tranquilidad y desconexion, ideal para disfrutar de una buena comida /​cena.
A destacar: Todo, no hay posibilidad de fallo cuando estamos en la Taqueria del alamillo, cualquier plato que se prueba es exquisito, con sabores tradicionales. (Alambres, tacos, burritos, todo delicioso)
La última vez que estuve probamos además el riquísimo café de puchero que esta aromatizado con muchas especias que además de ser digestivas te dejan un excelente recuerdo.
El servicio es muy agradable y la cocina trabaja con gran agilidad. Sitio recomendadisimo para cenar y quedar bien.
Un pedacito de México en Madrid!

El servicio y el producto lo mejor
El lugar con encanto, las instalaciones deberían mejorar siempre hace calor.

Si alguna vez te planteas como sabe de verdad la comida mejicana, este es tu sitio.
A mi me lo enseño un amigo mejicano hace ya algunos años, y este fin de semana he vuelto para saciar mis debilidades mejicanas.
El restaurante es pequeño, pero sumamente acogedor. El ambiente, los camareros todo mejicanos, y algo en el ambiente te hace sentir como si realmente la experiencia fuera a merecer la pena.
Desde las cervezas enchiladas, hasta los platos típicos como los Molcajete llevan auténtico saber mejicano.
Lo malo: conseguir una mesa en el día es algo realmente difícil, así que hacer reserva con muchoooooo tiempo de antelación es obligatorio para poder comer en la taqueria.

No os podéis imaginar el gritillo de felicidad que me salió el viernes pasado cuando, buscando con una amiga un lugar para cenar, me crucé sin esperarlo con nada más y nada menos que un nuevo local de La Taquería del Alamillo.
Y es que lo mío con este lugar tiene su historia. Hace ya bastantes años, cuando llegué por primera vez a Madrid decidida a probar nuevas experiencias culinarias, coincidí con un chico mexicano que me aseguró que la Taquería del Alamillo era un restaurante imprescindible en Madrid. Comida auténticamente mexicana, me dijo, según él «igualita que la de su mamá».
Y yo, que soy fácilmente impresionable, no cabía en mí de las ganas de probarlo. Así que allá que me fui. De aquella visita recuerdo beber por primera vez una michelada, y probar platos estupendos como la cochinita pibil o las quesadillas con huitlacoche. Si había llegado ahí con la ilusión de probar algo auténtico, salí además encantada por haber probado unos platos que en sí mismos me parecieron excelentes.
Y así fue como la Taquería del Alamillo, la que se encuentra en la plaza del mismo nombre, se convirtió en un sitio de visita obligada cada vez que venía a Madrid.
Pero con los años debió de correrse la voz y alcanzar su merecida fama, o tal vez yo empecé a salir a cenar en horarios más convencionales. La cuestión es que cada vez que intentaba volver aquí, este sitio estaba lleno hasta los topes. Y como mi capacidad nula de planificación me impedía acordarme de reservar con tiempo, poco a poco fui sustituyéndolo por otras opciones.
Así que os podéis imaginar que la sensación que tuve al encontrarme el otro día con su hermano gemelo en la Calle del Conde fue casi como la de encontrarme con un viejo amigo. Un viejo amigo, sí… pero mejorado.
Este restaurante estaba considerablemente menos lleno que como suele estar el otro, y con las mesas mejor distribuidas, menos apiñadas, lo que facilita la conversación. Aunque tenían reservadas las mesas del comedor principal, los camareros fueron encantadores y nos prepararon una mesa pequeñita en la entrada.
Nos invitaron a unos nachos con salsas mientras decidíamos qué cenar, y finalmente nos decantamos por un plato de queso fundido con verduras que estaba sencillamente delicioso, y unos tacos de pollo que tampoco se quedaron atrás. Salimos más que satisfechas por 17 euros por cabeza, botella de rioja mediante, y para despedirnos nos invitaron a un chupito de tequila que nos supo a gloria.
Volveré, sin duda… y es que volverse a encontrar de casualidad con un viejo conocido se puede considerar una señal. Y no está de más haber recordado que, si siempre estaba lleno, es que algo estaban haciendo muy, pero que muy bien.

Yo creo que ningún otro restaurante mexicano puede superar a este simplemente por la terraza tan acogedora que tiene en una pequeña plaza/​patio al que dan un par de portales, muy cerca de la calle Segovia pero algo escondida. A finales de septiembre allí se estaba de lujo, la verdad (solo las sillas pueden resultar un poco incómodas… un poco duras al ser de hierro, al igual que la mesa, quizá un poco pequeña para cuatro).
Fuimos a cenar por el cumple de una amiga y para no repetir mexicano me ofrecí a buscar algo nuevo, así que tiré de Unilocalaplicación y acabamos aquí porque tenía buenas opiniones. Son gente muy amable y no resultó muy caro.
La carta, a diferencia de otros mexicanos, me pareció un poco reducida, y recuerdo que no tenían ningún tipo de cóctel con fresas, que son los que a mí me gustan. El caso es que no recuerdo muy bien qué pedimos… pero sí recuerdo que estaba todo bastante bueno, aunque los postres no me parecieron su fuerte, y creo que salimos a unos 20 € por cabeza.
Una buena alternativa a los mexicanos de siempre.

Comida riquísima y un buen trato de parte del personal: la chica nos ha aconsejado sobre todos los platos que hemos pedido y acertó totalmente. El sitio es un poco chiquito, hay que reservar con antelación; en cuanto se acaben las fiestas volverè a comerme unos buenos tacos del pastor con una cerveza Modelo especial.

Ya no es como antes. Tuvieron un detalle feísimo cobrandonos un plato que sabía a quemado! Y con todo el morro nos dicen a la cara que es así. En ningún sitio me habían dicho eso con tal descaro. Luego pido alguna salsa que fuera un poco «de verdad y me contestan ‘que sí, sin problema’ más tarde sin problema me habían cobrado 2,5 € por unas pocas salsas que en México sería impensable te cobrasen. Además, nos cobraron unas tortillas de más, que tuvimos que reclamar avergonzados. No volveré a ir y no lo recomiendo por lo mal que nos atendieron y el exceso de coste. Tampoco es la panacea este mexicano. En relación calidad/​precio le pongo un 4. Calidad bien, pero muy caro y muy ladrones! Indignado.

Very nice getaway from Tapas.
A little taste of Mexico.
Not like LA Mexican or even Mexico Mexican, but very good. (Especially when you’re all tapassed out.)
Its funny there was nothing but Americans in here. Prolly Unilocalers!
I got the green chili enchiladas and was very happy.
My tip would be to make nice with the bartender and have him make you some tequila and sprite slam shots. Very good and cheap. Olé’
*Make a reservation, the place is a bit small.
(If I were from a place that didn’t have amazing Mexican food this place would prolly get four stars)

After 2 weeks in Spain, we needed a change from tapas and Spanish food. We found this this little cantina on Unilocal and it was just the change of pace we were looking for! Tacos and enchiladas were good and the cocktails are yummy. The salsas are a little bland but the guacamole, while too creamy for my taste (we are used to chunky guac with visible tomato, onion and cilantro), it had a nice flavor.
We went on a Thursday night without a reservation and were lucky to be seated… the place was packed! Definitely make a reservation. Service was friendly and we enjoyed the complimentary tequila popper at the end of the meal.

Las grandes expectativas que tenía puestas en este lugar se han visto truncadas. Lamento en el alma darle solo tres estrellas a un sitio del que tenía excelentes referencias de gente con criterio, pero, lo siento, lo que cuenta es mi experiencia empírica.
Ciertamentente el enclave es privilegiado y el personal atento y simpático.
Pero hay algunas líneas que para mi son infranqueables. Entiendo que la gente va buscando ante todo tacos, quesadillas y enchiladas, pero hay más cosas en el menú y merecen la misma consideración que el resto aunque sean menos llamativas. Estoy hablando de las ensaladas, la degustada un poco triste y con productos de bote (el maiz, el palmito…) pero lo más imperdonable para mi: con un aguacate medio duro, soso, sin madurar, algo inconcebible para un rigusoso mexicano.
Otro termómetro de buena mexicanidad para mi es la michelada y aquí también tocamos hueso porque era bastante del montón, sin esa fuerza antirresaca que debe rezumar, sin su necesaria sal gorda y sin mi cerveza favorita para hacerla, la Bohemia (si bien en esto puedo ser más indulgente).
El resto, los tacos y las quesadillas, están buenos, en efecto, sino no tendría sentido que el restaurante estuviera siempre lleno, digo yo. Sin embargo, no es suficiente, más aún al precio que sale, en mi opinión no muy barato (La latina es lo que tiene). Se agradece no obstante el digestivo final de tequila cortesía de la casa.

Siempre me ha gustado esta taberna mexicana, sobre todo el molcajete de pollo en salsa verde. Hay que reservar con antelacion.

Comida mexicana de verdad. Muy recomendable y precio razonable.

Los mejores tacos de Madrid.

Creo que no hay nada más hedonista en el mundo que pasar una noche de verano en la terraza de este lugar. Montones de pequeñas luces la iluminan y desde tu mesa sólo ves verde, no porque esté en la casa de campo (no quiero confundir a nadie), sino porque está en un jardín de un bloque de pisos.
La comida y el trato son exquisitos a partes iguales y es probablemente el mejor sitio para tomarse un michelada, un mejunge salado hecho a base de cerveza y salsas para carne.
Imprescindible en este restaurante, reservar, porque si no puedes pasarte horas esperando tu mesa, aunque no tiene por qué ser tiempo perdido, siempre puedes tomar micheladas hasta que se te olvide que tienes hambre.

En plena zona de la Latina, pero fuera de las multitudes, está esta taquería mexicana. Es un sitio ideal para el verano y primavera, porque tiene una terraza preciosa bajo las parras. Dentro también se está a gustito.
La comida es fabulosa. Toda la gastronomía de México, con una alta calidad. A mi me atienden muy bien tanto Efrén como su compañera, que son los dueños, aunque todo el personal es maravilloso.
Eso sí, hay que reservar con algo de tiempo, porque suele estar llena.

Sin duda es el restaurante mexicano con mayor fama de Madrid. Seguramente hace una década o desde que abrieron en el año 1997 era prácticamente imposible encontrar la calidad de su comida en otro lugar. Hoy en díà la oferta ha crecido bastante y se encuentran otros sitios muy buenos, sin embargo la también llamada Taquería de El Alamillo sigue siendo uno de los referentes en cuanto a comida mexicana en la capital española.
Lo primero que uno debe hacer cuando se le ocurre pensar en ir a comer o cenar a este lugar, es llamar para hacer reservación, preferentemente un par de días antes. La fama del lugar, la calidad y el espacio del restaurante que es reducido –sobre todo en invierno que no cuenta con la terraza-​, provocan el que uno tenga que llamar a reservar sí o sí.
La comida es lo mejor del lugar, platos caseros, hechos con recetas tradicionales, como se hace en México, lo he comprobado. Todos los platos son buenos para compartir, los tacos, el molcajete, las carnitas, enchiladas o las quesadillas. Acompañado siempre de una cerveza mexicana o una margarita.
El trato es amable, los dueños siempre están ahí para resolver cualquier duda.
Indispensable –principalmente para estómagos conocedores-​, preguntar que tienen fuera de carta. Siempre guardan una buena sorpresa.

El mejor mexicano de Madrid
Este restaurante está siempre lleno, y hay que reservar mucho tiempo antes para conseguir una mesa, pero es que merece la pena ir. Nada de comida mexicana para extranjeros con decoración de sombreros y mariachis, a este lugar van todos los mexicanos de Madrid. Las quesadillas de flor de calabaza son muy buenas, el pollo en salsa verde también, y todos los tacos que probé estaban riquísimos. También puede que tengan sugerencias fuera de carta, que merecen la pena (me encantaron las carnitas). Además, te tratan muy bien y te dan unos tequilas mientras esperas y antes de traer la cuenta, muy razonable por lo bien que se come. Cuando hace buen tiempo, tienen una terraza muy tranquila