Las Bravas

Tried Potato Las Bravas，Boletus Croquetas，Pig ear and meat on a skewer～It’s nice and cheap. The staff is kind，haha.

Especialidad en patatas bravas la de este local de Madrid. Mucho ruido y pocas nueces. Los precios aumentan con la fama. Carísimo para cuatro patatas mal contadas cuya fama no concuerda con la realidad. Duras y con una salsa sosa sosa. No entiendo que siempre esté lleno. Un fiasco.

Llevábamos tiempo con una visita pendiente a Las Bravas, ya que mi pareja no conocía este histórico local del centro de Madrid, y ayer aprovechamos un rato libre para acercarnos. Tanto la terraza como la sala estaban casi llenas, pero conseguimos un par de huecos libres. Veníamos a lo evidente: una ración de bravas. Qué voy a decir: son exquisitas. Porque aquí se viene por la salsa brava: de hecho, la utilizan para multitud de raciones, e incluso la venden en tarrinas (desconozco su tamaño) por 1,95 euros. Pero sospecho que no serán muy grandes, puesto que el punto débil de Las Bravas son sus elevados precios. La ración, con un tamaño real de media ración, cuesta 4,30 euros, mientras que una caña (grande aunque sin llegar a doble) sale por 2,75 euros y el refresco a ¡2,60 euros! Ahora bien, uno de sus puntos fuertes, sin embargo, es la rapidez de su servicio. Hay curiosidades como sus hamburguesas, que, en lugar de llevar carne, la hacen con una mini tortilla de patatas. En resumen: un local que hay que visitar para probar su plato estrella, pero siempre que tengas en cuenta que pagarás más de lo previsto.

He de reconocer que me imaginaba este restaurante completamente diferente. Estando donde está, en pleno corazón de la capital, entre calles que rebosan historia y veteranía por cada adoquín, muy cerca de la famosa Puerta del Sol, me esperaba un local más tradicional, algo antiguo, con la barra de madera, taburetes alrededor de barriles, algún que otro elemento decorativo antiguo… como casi todos los bares del centro de Madrid y de cualquier casco antiguo de cualquier ciudad del país. Pero no es así, al entrar me llevé una sorpresa, y es que el local está decorado de forma más moderna, de estilo parecido al de cadenas de comida como «Los 100M»: paredes pintadas de un fuerte naranja (como el de su famosa salsa), mesas de plástico y madera satinada, barra de metal, concepto «open-​kitchen», una decoración muy sobria y escasa…
Es una sensación curiosa la que te entra al ver a todos los camareros uniformados con su polo de «Las Bravas» y lees en su carta platos como oreja a la brava, patatas bravas, tortilla brava, mejillones ajibrava… Es una impresión un poco rara, pero a mi me parece maravillosa. No sólo las patatas están fantásticas en «Las Bravas», las croquetas están de cine, y la oreja es fantástica.
Pero lo cierto es que como sus bravas no hay nada, Y es que se merecen un párrafo entero: Como no podía ser de otra manera (sería paradójico que en la cuna de la receta no lo hicieran a la manera tradicional) las patatas están cortadas en cachelos y perfectamente doradas por fuera y blandas por dentro para absorber todo el sabor de la salsa que las baña. El plato se completa cuando el camarero vierte la magnifica salsa naranja, la salsa brava por excelencia, sobre las patatas. Al catar una de las patatas bien bañadas en salsa se produce un festín en la la lengua: primero llega el pimentón dulce acompañado tardíamente por el picante, al que suceden por el vinagre y la sal, quizás en exceso, y finalmente el tabasco te da una sorpresa picante y sabrosa, dejándote un fantástico sabor en la boca que te empuja a coger otra patata bañada en salsa inmediatamente.
En definitiva, si hay bares curiosos en el mundo, éste es uno de ellos. Es la extrapolación, la materialización en bar de un plato tan arraigado en nuestra cultura como son las patatas bravas y su salsa, y la exportación de su sabor y gusto a muchos platos diferentes. De todas las versiones de la receta que he probado, ésta es la mejor sin duda alguna: patatas adecuadamente fritas aderezadas por una salsa repleta de sabor, con el picante justo, con un sabor increíble y potente… un manjar que os insto fervientemente a degustar. Ésta es la Meca de las patatas bravas, a la que todo fiel debe peregrinar al menos una vez en su vida.

Bar Las Bravas has several branches around Madrid, but this one is my favorite. The best thing on the menu is the tortilla española, a puffy concoction of eggs and potatoes. Heaven!
I’ve tried some other things here, like the pig’s ears, and really, I keep coming back to the tortilla… It’s what they do best here. You can eat it with their famed Salsa Brava, but I prefer it unadorned, hearty and elegant in its simplicity.

Unas cañas y unas bravas un sábado o un domingo por la mañana como aperitivo antes de ir a dar un paseo por el centro de Madrid, sin duda de las mejores patatas bravas de la ciudad. Servicio rápido. A veces toca esperar si te quieres sentar en una mesa, suele estar lleno.

It was a Lonely Planet recommended tapas bar — read wouldn’t break your bank, so the price was rather reasonable but the small space had no seating room.
My potatas bravas was huge chuck of fried potatoes with not much flavours and the sauce was generic tomato-​y thing. The fried calamari was better but nothing to write home about.

Dicen que el secreto está en la salsa, pero no es verdad: el secreto en el precio y en los horarios. Me explico.
Si de algo puedo presumir es de tener un paladar exquisito con las salsas bravas. Tengo en casa seis o siete tipos distintos y, sin lugar a dudas, he probado el 80% de las que se sirven en la ciudad. Las bravas de Las Bravas saben sosas, tienen mucho pimentón y la salsa sabe a recalentada que tira para atrás.
Esto no significa que esté mala, sino que no están entre las mejores ni de coña. Peeeero amigos: las sirven en dos minutos y cuestan más o menos 3 euretes. Las pides y ¡zas!, ya las tienes entre tus manos. Las patatas, eso sí, están muy bien hechas y sospecho que están escogidas, a tenor de su perfección geométrica.
Otra de las ventajas de Las Bravas son los horarios. Abren un buen rato después de la hora de la comida –desconozco el horario, pero cierran sobre las 5-​, cuando todo el mundo ya se ha ido. Es entonces el mejor momento para despertarse de la resaca y pasarse a tomar unas patatitas y una CocaCosa.

El secreto está en la salsa. En Las Bravas, por supuesto, se va a comer patatas bravas, aunque también tienen más oferta de raciones, como calamares, chopitos, etc. como veis todo light, ¿no? Pero hablemos de lo que toca, las patatas, que con su salsa especial han conquistado y siguen conquistando a madrileños y turistas cada día. Lo de los turistas… casi más, así que no os recomiendo pasar por allí un sábado o domingo por la mañana, suele estar muy lleno, es mejor que si te pilla un día normal por la zona te des el gusto y te acerques a comerte una racioncita, que además son baratas, pese a su fama. Si vuesta pregunta es ¿son las mejores? Pues os diré que sobre gustos no hay nada escrito. A mí me gustan, aunque tampoco creo que sean las mejores que he probado, pero hay gente a la que le gustan más picantes, o menos bravas, que de todo hay. Probad su salsa secreta, comparad, y si encontráis algo mejor pues ya sabéis, compradlo.

Lo último que me pediría en este sitio es unas bravas.
Toda la vida comiendo unas patatas bravas buenísimas en prácticamente cualquier bar de Valencia y dos años después de llegar a Madrid me encuentro un sitio que se llama «Las bravas». No dudé en echarme como una loca a la barra y pedir una buena cantidad de raciones para todo el grupo.
¡Oh! ¡Qué gran decepción la mía!; patatas congeladas con una salsa picante (por lo visto patentada) por encima.
En serio, no sé a qué se debe el éxito.
Debe ser por los turistas. En fin…

Diese Tapas Bar wurde in unserem «Reiseführer» empfohlen.
Etwas abgeschreckt hat mich der Boden, der voller Abfälle vom Essen war und auch die Tische wurden schon länger nicht mehr abgewischt.
Habe hier nur die Kartoffeln probiert, waren lecker, die Soße ist nicht so mein Fall, schmeckt leicht nach Fleisch. Gibt natürlich noch eine kleine Auswahl anderer Tapas.
Der Service ist schnell und freundlich, selbst kurz vor Ladenschluss wurden wir noch freundlich bedient. Entspannte Atmosphäre, für einen Snack zu empfehlen, da günstig und schnell.

Tapasbar die bekannt ist für ihre bravas, also Kartoffeln mit einer pikanten Sauce. Die Sauce hat sich der Wirt sogar patentieren lassen .-) Für kleine Tapas zwischendurch zu empfehlen und auch noch recht günstig dazu. In diesem Lokal geht es laut zu und es gibt auch nur Stehtische, es gibt aber ca. 100 Meter entfernt ein Restaurant mit Tischen das ebenfalls zum Las Bravas gehört, dort sind die Preise aber etwas teurer.
Für den Snack zwischendurch zu empfehlen

Es el referente de las bravas de Madrid, bar típicamente castizo, con un servicio rápido, y un tanto frió. Es cierto que es un lugar a conocer en esta ciudad, pero las bravas se reinventan mejoradas, en muchos bares de barrio. Donde se pueden degustar tranquilamente sentados y con mas tranquilidad.

Las patatas bravas no es mi plato preferido, aunque he probado algunas que estan muy buenas, pero no en este local, lo siento.
He ido varias veces y el sitio me parece un poco frio, no se, no es de mis sitios preferidos. En cambio, a mis amigos les encanta dicen que tienen las mejores bravas de Madrid. En fin, Serafín, para gustos los colores.

Este es el famoso sitio donde tienen patentada su salsa, quizas no es la mas rica pero estan muy buenas, recomiendo especialmente la tortilla brava y las orejas a la brava, no se suelen comer en muchos sitios y especialmente la tortilla esta de miedo, son tortillas pequeñitas pero estan riquisimas

Se encuentra en una zona llena de bares castizos de tapeos. El bar es bastante moderno y puedes encontrar diferentes raciones de bravas o otras patatas con variedad de salsas.
Perfecto para un tapeo

Dioooosss las patatas bravas de este sitio son las mejores del mundo, de ahí su nombre

Posiblemente el mejor sitio de Madrid para comer unas bravas, pero eso sí, si vais a tomar el aperitivo un domingo armaros de paciencia y a estar apretujados.