Las Mil y Una Noches

Nos sorprendió la decoración al entrar parecía como estar en Marruecos. El hombre de la entrada nos guió a una parte del sitio donde bailaba una chica la danza del vientre al compás que bebíamos nuestros tes

absolutely crap hookah, not recommended for hookah lovers

Personalmente lo que me gusta de este sitio es la gran variedad de tes de todo tipo de frutas y sabores y aromas diversos, muy ricos todos, y los dulces árabes. La cocina no es que sea mala, sino correcta, pero hay otros restaurantes árabes donde las raciones son más abundantes y asequibles, así que la relación calidad-​cantidad-​precio en los platos de comida no es de lo mejor.
Por lo demás la decoración es muy curiosa y acogedora!

Parece que la ley antitabaco no es para ellos porque TODO el mundo estaba fumando en sisha y había un humazo considerable.
Los tés y dulces árabes muy buenos y recomendables aunque algo escasitos. Eso sí, las teteritas con el borde de cinta aislante mal pegada para no quemarte es de una guarrez y cutrerío máximo. Lo normal en cualquier tetería es envolverles el asa en una servilletita pero aquí como que eso no va con ellos. Lo compensan con la decoración, todo lleno de arcos polilobulados y oscurito, con mesas y taburetillos bajos, muy muy chulo.
Y la verdad es que los camareros son bastante bordes. La señora puso mala cara cuando quise pagar 10 € con tarjeta de crédito porque si no eran 15 € «no se podía» (ey, bienvenida al siglo XXI y tal!). Le propuse cobrarme 15 € en la tarjeta y devolverme 5 € en un billete pero nones. Y decidió vengarse no diciendo ni adiós (…)

Es un sitio curioso. Me encanta cómo lo han decorado, todo hecho a mano como me explicó uno de los camareros. La comida está buena, aunque sí un tanto cara. Eso sí, recuerdo que un año reservé mesa para celebrar mi cumpleaños y nos dijeron que como habíamos reservado, todos teníamos que cenar un menú. Por teléfono no me habían dicho nada de esto. Casi me dio un ataque. Al final, lo arreglamos, pero que sepáis que si reserváis, pasa esto.
Como los dulces no son santo de mi devoción, no puedo opinar sobre ellos, aunque a la gente con la que he ido (con casi todos mis amigos) no les suelen encantar. Creo que simplemente es porque no estamos acostumbrados a ese tipo de dulces.
Para los fumadores es una buena alternativa, pues te pides una las shishas (con o sin alcohol)… Mejor que no fumar, digo yo. Una cosa que me llama la atención es que, da igual el sabor que pidas para la shisha, siempre sabe a regaliz negro. Pero eso quizá sea una percepción mía.
Hay unos días a la semana que vienen chicas a hacer danza de vientre. Es algo curioso que no se ve todos los días y que le da un toque especial al sitio. Creo que hay que ir al menos una vez para verlo, aunque sea solo para tomarse un té o una cerveza. Merece la pena.

Soy una amante del té en todas sus variantes, aunque esta tetería, a la que he ido en varias ocasiones, por su cercanía a los cines Renoir, no es una de mis preferidas. Se ha convertido en un lugar caro. Me gusta mucho el lugar, es muy amplia, aunque en horas punta no puedes decidir ni la mitad de las veces donde sentarte. Por otro lado, el té lo sirven ya con el azúcar puesto o demasiado amargo, no me gusta nada.
Cría fama y échate a dormir.

Es un lugar que recuerdo con cariño de mi adolescencia. Los narguile y los tés moros. si tienes tanta tolerancia al azúcar y la miel para seguir con los dulces eres un suertudo.
Es sencilla y sin pretensiones, algún día, en verdad os contaré porque le tengo tanto cariño y me acuerdo tanto. sin morirme de risa …

Me gustan mucho las teterías y esta no iba a ser menos. Me gusta la decoración y sentirme transportada a Oriente, aunque sea de mentirijilla. Fumar en narguile en buena compañía. Pedir un té moruno, unos dulces árabes… También tienen comidas, pero no he tenido el placer de probar nada aún.
Es un sitio amplio con varias salas diferentes y, en general, tranquilo; considero que es muy adecuado para una primera cita, pero la última vez que estuve la verdad es que había mucha chavalería.
Con el tema de la ley antitabaco, ahora es necesario hacerse socio para poder fumar (en pipa, nada de cigarros). Por cierto, las pipas no me parecen excesivamente caras: 9,50 € con agua y 1 € más si la quieres con alcohol.

En este local nos vamos a encontrar con un menu muy extravagante, ni mas ni menos que con comida Libanesa. La comida Libanesa, es comida fuerte, especialmente aromatizada, seca y algo dura. Pero se degusta bien. La carne que se suele servir es carne de cordero, fuertemente especiada y servidas generalmente con salsa de yogurt.
Son muy dados a acompañar los platos con verduras y pures. Pures de garbanzos o de patata, no con el sabor que tenemos aqui, hasta esas cosas, tienen un sabor muy distinto.
Recomiendo probar las sopas del local tambien, son raras, pero calientes entran muy bien.
Los postres son como una combinacion de crepes, generalmente es la base que se utiliza para las diferentes variedades y el mas comun es con nata, una especie de nata salada, no azucarada, como mas sosa.
Para beber poseen un zumo creo que de algun derivado de mora, que segun comentan es muy energetico aunque de sabor duro, raro en la primera toma, pero asequible segun te acostumbras.
Lo mejor: algo nuevo por probar
Lo peor: es caro.