Mesón del Paleto

Buena comida. Trato entrañable del personal y del propietario. Comida casera. Se recomienda la carne a la plancha para compartir. Tiene salones para la celebración de fiestas o cumpleaños

Estupendo bar de los de toda la vida. Raciones, bocadillos, montados y una buena cerveza!
Estuvimos ahí antes de un concierto en el Fun House y la verdad que fue todo un acierto. A lo mejor lo único que falló es el pan, que es la típica barra de pan congelada que compras al chino. Pero había un montado que se llama el Paleto que es con hogaza, así que espero que ese esté mucho mejor.
El bocadillo de lacón estaba bueno y contundente, unos 4 euros costaba y la cerveza son 1.50 euros, así que por 5 eurillos uno ha cenado y puede hacer pogo todo el rato :)
Por lo visto lo han reformado, porque nos lo dijo el señor que nos atendió. Es un tipo majo, un poco histérico por toda la gente que había pero la verdad que fue bastante rápido y está siempre muy atento.

El Mesón del Paleto se encuentra recién reformado y aunque debo admitir que me hubiese encantado conocerlo con su antigua decoración, la verdad es que la reforma se ha acometido con un respeto por la estética típica de un mesón castellano muy difícil de encontrar. Lo normal es que cuando un bar de toda la vida se reforma se convierta en un sitio, muy limpio, muy nuevo, pero totalmente impersonal. Pues ese no ha sido el caso del Mesón del Paleto, donde las vigas vistas de madera, los faroles de hierro y, sobre todo, los preciosos azulejos que han elegido para las paredes, ambientan el lugar a la perfección a pesar de que está tan nuevo que aun huele a recién pintado.
La carta está compuesta por productos absolutamente tradicionales y lo que pudimos probar estaba todo buenísimo. Hicimos una merienda cena y compartimos entre dos el plato de chuletillas de cordero, con patatas, champiñones y pimientos servido en plato caliente; que estaba deliciosa. Además, todo lo que vimos en los expositores de la barra tenía una pinta buenísima, haciendo que sea uno de esos sitios donde, pidas lo que pidas, te quedas con ganas de repetir.
El trato por parte del personal, buenísimo y muy cercano. A pesar de que no hicimos mucho gasto nos invitaron a un chupito y, al tener el bar recién reformado, nos invitaron a visitar el salón del sótano, con grifo de cerveza propio, muchas mesas y chimenea, que tiene una pinta estupenda para hacer cenas de grupo.
Vimos que también tienen menú del día por 9 €.

Un sitio cojonudo si no quieres darle demasiadas vueltas a eso de comer. Platos de los de toda la vida (pimientos de Padrón, lacón, calamares a la romana, chopitos, chorizo frito, etc) en raciones generosas y a un precio razonable.
Recomiendo especialmente el pote gallego (8 €) y el chorizo a la sidra (10 €).

No os lo vais a creer, pero la calle Cardenal Cisneros es como un Estado federal en sí misma. Es una vía que, a medida que avanzas por ella, vas superando radicales fronteras de modelos de negocio que se distribuyen finamente. La zona de las cervecerías internacionales, la zona de los plásticos y la zona de las tabernas de raciones nacionales son tres ejemplos de su organizada autonomía.
Como emblema de esta última opción encontramos al Mesón del Paleto. Que mejor nombre para señalar un local que ofrece las comidas del país más recurrentes, las que no fallan. Chopitos, oreja, calamares y demás fritos locos se ofrecen allí alegremente. El salón de abajo parece recién salido del Quijote. Precios populares.

Otro de los numerosos ejemplares de mesón con comida casera que puedes encontrar en la calle del Cardenal Cisneros. Aquí puedes disfrutar de suculentas raciones a muy buen precio (me gusta especialmente el picadillo que preparan. También la oreja, los pimientitos de Padrón y el sector calamares-​chopitos-​y-​similares). Por supuesto, tienen menú del día, y es bueno y barato.
Recuerdo especialmente lo atento del servicio: te hacen sentir en casa. Si te gustan los mesones de toda la vida, no dejes de visitarlo.