Metbar

Era un sitio del que me consideraba bastante fan. Hasta que empezó a parecerme demasiado caro, la comida bastante basiquilla y el servicio empeoró bastante.
Una lástima, la verdad.

Es un buen sitio para ir si vives en el barrio o si se trabaja cerca. Creo que no vale la pena pegarse el viaje hasta alli si no estas por la zona. Correcto sin mas para la comida. Mejor para tomarse una copa tranquilo

Metbar es un sitio con pretensiones que no va mucho más allá de eso. Con decoración «minimalista y moderna», a mi parecer no deja de ser un VIPS glorificado y con carta de cócteles. La comida es ostentosa pero más bien aburrida, y no vale lo que pagas. Lo bueno es que tienen la cocina abierta todo el día (¿he mencionado ya VIPS?) y que si quieres un after-​work (término que me produce algo de urticaria) donde tomarte copas rodeado de yuppies que se creen muy guays, este es el sitio ideal. Para colmo su web tiene música chill-​out de fondo y no la puedes apagar. No necesito decir más.

Ultramoderno. La decoración me encanta, ácida, minimalista, muy contemporánea, un 10. Sólo he ido una vez, porque me invitó un amigo al que le hablaron muy bien del local, y la verdad es que no me decepcionó. Cuando llegamos nos sentaron en una de las mesitas cerca del bar, que nos tenían reservada, así que no esperamos ni un minuto, no sé si siempre es así, pero para mí eso fue un gran detalle. La cena estuvo bien, variada, no excesivamente abundante, pero todo rico. Lo mejor los postres. Era una noche especial, de Reyes, no sé si siempre lo hacen, pero el camarero nos ofreció un plato con varios postres, y fue un total triunfo. No excesivamente barato, pero te lo puedes permitir si tienes economía media.

Algunos días me gusta recoger a mi amigo Juampe después del currele y acercarme a tomar algo en este local. Casi esquina con Príncipe de Vergara, y a un paso del metro de Colombia, es el sitio ideal para incluso empezar las copas de los fines de semana y picar algo.
El diseño está muy currado. Cada detalle cuenta, y la música se compenetra estupendamente con el ambiente. Sobre las seis de la tarde lo salpicamos treintañeros poniéndonos al día de la semana, con un café los más modosos, y un cocktail los atrevidos.
L@s camarer@s son muy agradables y siempre están muy pendientes, pero sin agobiar, lo que se agradece cuando estás de charla y te pueden dar las 20:00 con un café…
Curiosamente, aquí también celebramos una de las kedadas de los ex-​compañeros de facultad, y aunque nos habilitaron el salón del fondo para el evento, no estuvimos muy cómodos porque es muy estrecho. Aunque lo hicimos en plan buffet y éramos sólo «veintipocos» estábamos muy ajustados y la ventilación no era muy buena –aún no había entrado en vigor la Ley Antitabaco-​.
Eso sí, la comida era muy buena, dentro de que no había nada fuera de lo habitual en este tipo de sitios: croquetitas, canapés variados, pinchos de carne, queso y pasteles…
Habitualmente están dispuestas en este salón mesas de dos o cuatro, por lo que cenar a la carta debe ser más cómodo, seguro.