Cuando uno va buscando un sitio en el que poder comer de menú del día, hay pocas cosas que importen, pero hay algunas que importan mucho, a saber: — Que sean extremadamente rápidos. — Que el menú esté bien(o, preferiblemente, muy bien) de precio. — Que la comida esté rica. O como mínimo comestible. — Que sean simpáticos, que al fin y al cabo vienes del trabajo. Así que el otro día, que quedé con unos amigos para reinaugurar nuestras comidas de los martes, tras el parón veraniego, nos decidimos a entrar en Perfil, un sitio que anteriormente se llamaba de otra manera, pero que tras una pequeña remodelación, ahora se ha convertido en un más que digno restaurante de menú del día en plena Castellana. Y ah, qué bien que lo hemos descubierto, porque estoy seguro de que nos vamos a convertir en regulares. Si bien el tema de la velocidad no fue del todo satisfactorio(estuvimos casi diez minutos esperando a que nos tomasen nota) la realidad es que luego la comida llegó rápido. ¡Qué comida! Obviamente el menú es sencillo, con platos que tampoco son la quintaesencia de la cocina decorativa, pero todo estaba riquísimo. Yo tomé huevos rellenos y pollo asado y el pollo asado estaba estupendo. Encima, todo por un precio muy correcto. Definitivamente, vamos a volver.