Perrito Olé

De mi viaje a Nueva York me traje un inusitado amor por los perritos calientes y por la fascinación por los carritos que ruedan por sus calles vendiéndotelos calientes, riquísimos y en el momento.
Me sorprendió encontrar un local en el que ese carrito con el que sigo soñando no rueda, pero mantiene la misma estética.
Dentro del local se encuentra él y nada más, bueno, una pequeña vitrina, pero es accesorio. Además, las paredes tienen unas fotos enormes de la plaza del humilladero, del mercado y de la zona de La Latina que te envuelven y te hacen sentir algo desubicado. ¡Menuda mezcla!
Los perritos están muy buenos, aunque no te transportan a la Quinta Avenida, pero lo mejor es que los fines de semana abren hasta las 6 de la mañana. Un manjar de los dioses cuando vuelves de fiesta y te comerías un caballo.

Cuando oí hablar de este sitio me pareció una idea excelente.
Al parecer los creadores tuvieron la idea de adaptar los puestos de perritos calientes a un bar pero sirviendo productos de calidad «made in Spain».
Así que es la anti comida basura, porque se comen salchichas de calidad, tomates recién traídos de la huerta, y un largo etcétera.
El sabor es excelente, está claro que lo bueno se nota.
Y los precios no están mal, la calidad se paga.

Comenzaron colocando puestos ambulantes de perritos calientes en Navarra, en grandes eventos como los San Fermines, pero ahora han abierto su primer local y en Madrid. Lo que diferencia a este local de comida rápida de otros similares es la calidad de sus productos, son salchichas de cerdo ibérico, y saben realmente bien. También tienen txistorra de Navarra, riquísima. Puedes comerte un perrito al estilo neoyorquino con toda la calidad de la carne española, y encima barato, no más de tres euros. Acaban de abrir, asi que todavía no es muy conocido y no se llena, pero seguro que dentro de poco con lo pequeño que es está hasta los topes. Una buena alternativa para merendar o una cena rápida.