Ricote

Food is Very bad not tasty at all. Too expensive and worst of all made me sick for 2 days. Avoid at all cost. Service is horrible. Servers are rude. We are evidently tourists but they make no effort to welcome us or explain anything. They Slam down a sling seafood salad (which I ate and got sick) and a very sour fish stew which any novice could have cooked better!

The staff was incredibly friendly and nice. The coffee was good. The breakfast was good. The paella, on the other hand, was not good. I walked by restaurant after restaurant, each of which served paella. For some reason, I walked into this place. The man said he could prepare a wonderful, individual-​sized plate of paella in 10 minutes. That should have been a sign. When he brought it out, it looked like red rice sitting in a pool of grease. It turned my stomach. Total let down.

Estuve ayer desayunando aquí con una amiga que trabaja al lado, aprovechando que me pillaba antes de entrar al gimnasio y de camino a él y había de cargarme de energías. Ella se pidió un pincho de tortilla que estaba un poco seca (en sus palabras) y yo pedí chocolate con churros y un zumo de naranja, pero parece ser que chocolate no hacen entre semana, los churros estaban fríos y no supieron decirme que en 5 minutos salía una remesa nueva (los hacen ellos), y el zumo de naranja… A ver, era natural y estaba bueno, pero lo tienen en una jarra y van sirviendo, así que el mero concepto nutricional de zumo natural tiende a agotarse porque lo dejas oxidar en contacto con el aire y pierde las vitaminas.
La verdad es que siento cierta desazón porque cada día me cuesta más encontrar buenos desayunos en mis rutas habituales y no quiero caer en los VIPS, pero el mundo me va a obligar.

No es que el sitio esté mal, pero lo cierto es que esperaba algo… no sé, algo más, dada la solera del local. Todo correcto, la atención, el sitio, el chocolate, los churros… pero como digo, salí con un poco de desilusión.

¿Día de tarde y lluvia? Nada mejor que un chocolate caliente y una buena tanda de churros, que reconfortan el estómago y el alma a partes iguales. Ricote es la típica cafetería /​chocolatería que nunca te das cuenta de que está ahí, aunque tiene su público. No tanto como el San Ginés, porque es bastante más tranquilita, ni como el Café del Príncipe, que está exactamente al lado, pero sí su público, que se divide entre unos pocos turistas que buscan algo menos de masificación y algunos madrileños de toda la vida que conocemos su emplazamiento. Y eso que está en la plaza de Canalejas, que oye, es una plaza bien transitada, pero cualquiera diría que hay un telón de acero que impide ver esta chocolatería.
Los churros estaban buenos. No espectaculares, porque en realidad yo el mejor churro que he probado en la vida lo he probado en el pueblo de mi padre, y allí se llama «jeringo» y viene en una rosca infinita y tan grasienta como deliciosa, pero estos son churros más al estilo madrileño: en lazo.
Es bastante barato, así que la merienda te sale bastante asequible. Eso sí, no tienen porras, que a mí personalmente me vuelven loco.

Sin mas pretensiones que su especialidad, y mucho menos turistizado que San Ginés y demases chocolaterías.
Paradita de invierno en el centro.

Una muy buena opción para hacer una paradita en esas tardes de invierno que estás de compras por la zona de Sol. En Ricote, como no es de extrañar, tienen un chocolate rico rico, calentito, que entona el cuerpo que es una maravilla y te renuevas las energías para seguir arrasando con las tiendas de la zona. En verano como que apetece menos, aunque también se pueden pedir otras cosas, pero oye… en una chocolatería…pues hay que pedir la especialidad, así que en invierno que me esperen, que siempre repito.

Una tarde de estas que no tienes previsto hacer nada, estaba dando una vuelta por la zona centro de Madrid y se nos antojó un chocolatito caliente.
Entramos a Ricote y nos atendieron muy bien, a mi me gusta el chocolate muy espeso, no tuvieron ningún problema en hacerme, según me dijo el camarero especialmente, una plasta de chocolate como Dios manda.
Al terminar, nos pusieron una jarrita de agua para quitar la sed que te da el chocolate.
Repetiré.