Esta franquicia ha abierto un nuevo local en Malasaña, en la calle Santa Bárbara, que responde más a la filosofía exprés y más orientado al take away, aunque se puede comer en el local. Casi todo lo que tienen son tapas y luego wraps y pizzas libanesas, con mucha carne de ternera o de pollo por encima. Los rakayek(rollitos de queso) y las empanadas están bastante bien, y el wrap de pollo es un clásico que siempre funciona. Para el postre, no pueden faltar los baklavas. Ah, y todo lo ponen con cubiertos y vasos de plástico.
Adam S.
Rating des Ortes: 4 Madrid
Pedí un sándwich de pollo, que era pequeño pero barato y bastante sabroso. Me gustan estos sitios de comida express pero también de alta calidad.
Ismael H.
Rating des Ortes: 4 Madrid
Nos dejamos levar por el letrero de «comida libanesa» como propuesta diferente y porque el aspecto del local está muy cuidado, pero una vez que ves la carta te das cuenta que estás en un kebap. Pero un kebap bien decorado y del que no saldrás apestando a rollo de carne. Los«kebaps» están muy buenos de sabor, y al menos repetiría porque el sabor es más fresco que uno normal(aunque mi acompañante opinase al respecto que el sabor del pepinillo le diese un punto de «sabor a mar» que no fue de su agrado). Los rollizos fritos rellenos de hallumi con confitura de tomate son un MUST. Precio, moderado, aunque alto si nos ponemos al nivel de otros lugares en la misma línea, pero como he comentado anteriormente, ambiente cuidado, servicio correcto(aunque un poco de simpatía no estaría de mas, que de eso el camarero no iba sobrado), y relación calidad/precio adecuada. Para volver, si estás por la zona.
Ana C.
Rating des Ortes: 2 Chueca, Madrid
Llegué al Shukran con grandes expectativas, y tal vez fue ese precisamente el problema. ¿Un restaurante take– away árabe, con precios moderados en pleno Malasaña? mis amigos me habían hablado bien de otros restaurantes de la cadena, varios blogs estaban que ardían la semana de su inauguración con el descubrimiento… y yo me acerqué a probarlo casi decidida antes de entrar por primera vez a convertirme en una asidua a este lugar por siempre jamás. Así tal cual. Porque este tipo de restaurantes me los conozco, y rara vez me han decepcionado. Supongo que esta vez me pasó lo que a veces pasa. Son tantas las expectativas que se generan sobre un sitio que cuando caen, provocan una reacción en cadena que genera un ruido estrepitoso. Y lo cierto es que aunque no esperaba encontrarme con nada revolucionario, sí que aspiraba a toparme con lo que cabría esperar de un restaurante libanés de comida rápida: una cocina no necesariamente muy elaborada pero con sabores con un toque diferente y algo atrevidos. Vamos, una experiencia culinaria un poco de andar por casa, pero con una chispilla diferente. Y no es que el Shukran esté mal, nada de eso… pero es que este lugar tampoco destaca por nada. Como primera toma de contacto, el camarero, sin llegar a comportarse mal en ningún momento era –o estaba ese día– un poco seco. A esto hubo que sumarle el hecho de que fuimos con la idea de aprovechar una oferta de promoción en cenas que finalmente resultó ser mucho más complicada de aprovechar y de entender de lo que parecía a simple vista. En cualquier caso estos detalles, aunque nos dieron un poco de bajón, yo estaba dispuesta a pasárselos por alto al restaurante que tan amablemente nos iba a acercar un trocito de la gastronomía árabe a Malasaña. Y aquí, amigos, fue donde se rompió definitivamente el encanto. Y es que no sólo es que la comida que probamos no fuese arriesgada en absoluto. No encontré sabores o combinaciones distintas a las que podemos encontrar en nuestro día a día, y en todo caso, podría decir que la experiencia fue bastante más sosa que la de muchos otros take-aways. Una comida anodina, sin demasiado sabor y con un aire excesivamente precocinado que resultó bastante decepcionante. Honestamente no puedo decir que el Shukran sea un mal lugar, pero dada la oferta realmente interesante que se puede encontrar a pocos pasos de este restaurante casi en cualquier dirección en la que se ande, definitivamente no es la opción que recomendaría dejando, por supuesto, mis expectativas previas a parte.
Sergio S.
Rating des Ortes: 3 Madrid
Mañometro: Ni fu ni fa, ni chicha ni limoná. Poco a poco me vais conociendo, y sabéis de que pie cojeo, no suelen gustarme los restaurantes que se quedan a medio camino y menos si tienen restricciones o letras pequeñas, y esos son dos de sus principales problemas. Fuimos con mucha ilusión a este sitio y quizás fue un error, ir con unas expectativas demasiado altas me refiero, razón por la cual te acabas pegando un talegazo morrocotudo. Vayamos por puntos: Servicio: Extraño, no tiene otra etiqueta, es muy cordial, da las gracias siempre, pero … demasiado seco y en ocasiones parece que le molestas, raro raro raro. Local: Muy bien decorado, y con un ventanal enorme, lo que hace que prácticamente estés en terraza, sin necesitar pagar el plus. Oferta: Este punto quizás es el que ha bajado 2 estrellas, si me pones una oferta«Arial 45pt» que pone«Segunda unidad al 50%» luego no me expliques dentro del local que la oferta tiene mas letra pequeña que los libros de Juego de Tronos, porque corres el peligro de que el cliente se mosquee cuando ya esta sentado en tu local, como fue el caso. Y ojo, que cenamos muy bien, las cosas estaban bastante ricas y no salió demasiado caro, pero es esa extraña sensación de decir, dentro de dos días no recordaré casi nada de este sitio como algo verdaderamente reseñable, y eso … no mola !!
Andres C.
Rating des Ortes: 3 Seattle, Estados Unidos
Acudí ayer con mi marido puesto que está al lado de nuestra casa y nos apetecía probar un libanés. Pocas mesas. El camarero no es de los simpáticos. Tampoco maleducado, pero nada memorable. Estuve un poco incómodo puesto que tenían las ventanas abiertas y donde nos sentamos estaba entre la puerta de la ventana abierta y una columna y me sentí un poco agobiado. Vasos de plástico si pides cerveza? Cubierto desechables? Lo bueno, los wraps y los Kebbe. Probamos las sambusas y mejor descartarlas. Las pedimos de espinacas y no vimos espinacas por ningún lado, más bien era como el relleno de los rollitos de primavera. Ya lo probé y si sientes curiosidad por comida libanesa(difícil de encontrar en Madrid) pues no está mal para probar.