He de decir que tenía muchas ganas de ir, después de leer las reseñas y ver las fotos, así que reservé mesa para dos. Fui llena de buenas premisas y con ganas de sorprender a mi acompañante. Llegamos, nos atendió chico muy amable y nos acompañó a nuestra mesa, que para mi sorpresa, no estaba en el piso de arriba, como comentaban en las reseñas. Nos comentaron brevemente de que iba todo, no hay carta ni menú, nos irían llegando platos para degustar y nosotros daríamos el alto cuando queramos para dar paso al postre. Se acercó el chef y nos saludó, nos preguntó si podíamos comer de todo .y patatín patatán . Nos sirvieron los entrantes, uno de corvina y otro de gambas. Una ensalada de soja, fideos etc. Salmón a la plancha. Mariscos en salsa de coco. El famoso bogavante, el plato del chef. Y el postre. Fue una experiencia muy grata, no es algo que se coma todos los días. Personalmente, soy un poco especial con la comida, pero todo estaba tan bueno que dejamos los platos limpios. Para mí el mejor plato fue el de mariscos en salsa de coco, y el postre. Y como bien dice el dicho: «Después del gusto viene el susto«Pedimos la cuenta y a pesar de que todo estaba genial, creo que por la escasa cantidad que vienen en algunos platos, el precio es algo excesivo. El servicio fue agradable en todo momento. Tenéis que probarlo!
Ana A.
Rating des Ortes: 4 Madrid
Puedo decir que fui al sitio aconsejada y guiada por un amigo. Me gustaba mucho la idea de que me sorprendieran con la comida sin tener que pedirla yo(eso fue al principio luego cuando no ves carta ni precios, tiemblas cuando te traen la cuenta) He de decir que la comida espectacular(aunque quizás abusan un poco de cilantro) Lo primero que comimos fue unas navajas con salsa de mango, luego seguimos con salmonetes con cama de algas, ensalada de coco con marisco, dim-sum y terminamos con un bogavante(llegados a este punto no sabíamos si íbamos a tener que quedarnos en el restaurante a fregar los platos para poder pagar la cuenta) Conclusión: — POSITIVO: Comida excelente, platos diferentes de fusión asiática y mediterránea. Divertido y sorprendente — NEGATIVO: No sabes el precio de lo que vas a comer y el abuso del cilantro. Pero sin duda VOLVERÉ
Nicasio G.
Rating des Ortes: 4 Madrid
Sin duda uno de esos lugares peculiares que están apareciendo(bienvenidos sean) por Madrid. Uno de esos sitios en los que no sabes qué vas a degustar pero… y qué más da, si cada bocado que das te explota en la boca: vieira con yuka, tempura de calçot con salmonete, dim sum con escalope de papada… o fideos de navaja con leche de coco… toda una experiencia. Tiene pocas mesas por lo que es recomendable reservar previamente, además tiene un privado para unas 8 personas. El cocinero es todo un personaje, una locura; pero si tienes la suerte de que te atienda Jeny, una manchega de Talavera de la Reina estupenda, tu velada puede ser de lo más agradable.
Daniel I.
Rating des Ortes: 5 Madrid
Cocina asiática tanto en sus formas como en su presentación. Cuando entras y ves el bar de toda la vida con tragaperras crees que te has equivocado de sitio, pero cuando subes a la parte de arriba empiezan las sorpresas, la primera. que no hay carta. «Julio» te preguntara si hay algo que no te gusta o eres alérgico y a partir de ahí empieza a deleitarte, y como los libros de «si quieres atacar al dragón pasa a la página 30, si quieres salir corriendo pasa a la 52», el te preguntará lo mismo según transcurra el menú, quieres pato o tal vez pulpo? Cual será tu elección?
Avelino C.
Rating des Ortes: 2 Madrid
Primera vez en Soy Kitchen, sitio al que le teníamos muchas ganas por las buenas críticas que cosecha. Un grupo de 11 blogueros gastronómicos, es decir, ambiente inmejorable y compañía y conversación muy agradable. Todos los mimbres para que fuera una cena memorable. El local es un Bar Paco de toda la vida, al que recientemente Julito, el dueño-cocinero chino, le ha hecho un lavado de cara. Cocina de «fusión» oriental, mucha salsa, mucho cilantro y mucho picante. La cosa funciona de la siguiente manera: Te sientas, Julito empieza a sacar platos hasta que le dices basta y luego te cobra lo que le da la gana. No hay carta, excepto la de vinos, muy subida de precio. No nos gustó… ¿Qué fue lo que falló? Pues a mi entender, claramente la comida(escasa y con sabores muy repetitivos y la relación calidad-precio. Producto normalito y, a pesar de que no se pidió vino, las cervezas –no muchas– y las aguas, fueron cobradas a precio de sangre de unicornio. En concreto, Julito nos puso: — Sopa de cangrejo o de gambas, un chupito de caldo de pescado con un trocito de nécora. Muy mejorable. — Ceviche, rico, pero muy escaso, apenas una cucharadita, lo mejor la salsa. — 1 Rollito de marisco(o eso me parece que dijeron). No estaban mal, pero nuevamente una porción ridícula. — Ensalada de chipirones(1 para cada cuatro), cilantro, espinacas, perejil y más cosas. No estaba mal pero con la misma salsa de los dos platos anteriores. — Zamburiñas(1 por persona) ahogadas en salsa Hoisin, con una cobertura de fideos fritos que la hacían difícil de comer. — Un cuenquito de rabo de toro(1 para cada cuatro), que nos supo más bien a morcillo de ternera guisado, con una especie de torrija. Totalmente sin más. — Para terminar otro bol de lubina marinada, con una cama de tallarines(también 1 para cada cuatro), y un montón especias y más cilantro. No estaba mal, lo mejor de la comida, pero apenas dos trocitos pequeños por cabeza. — El postre de broma, un helado de tres bolas(mojito, sésamo y té verde) para cada cuatro personas. — Finalmente un chupito de sake frío coreano. Nos pareció bastante malo(no sé, a lo mejor en Corea es así…) Total: 43 € cabeza. La cena no hubiera estado mal si Julito nos hubiese cobrado la mitad, pero por cuarenta y tantos euros por barba(sin vino) hoy en día en Madrid hay opciones infinitamente mejores. Ya sé que ha hecho una reforma del local y hay que pagarla pero, o cambia mucho la película, o a mí no me vuelven a ver el pelo por aquí.
Paola M.
Rating des Ortes: 4 Madrid
Es un sitio para experimentar… Varias veces! Todo es una sorpresa, la comida muy rica, la presentación súper cuidada y es divertido por que cotilleas los platos que sirven en las mesas de al lado :) Cumplió mis expectativas, el sitio parece un bar de barrio, subes unas escaleritas y no hay nada especial, 7 mesas como mucho y después de preguntarte si algo no te gusta o no comes empieza un festival de platos asiáticos muy ricos. Para mi el mejor plato de la noche fue pato servido en rollitos de pasta de soja… Una lastima no tener foto! Pagas en función de lo que comes, nosotros pagamos 55 eur cada uno, incluyendo vino, postre y comimos 5 platos.
Eduardo L.
Rating des Ortes: 5 Chamberí, Madrid
Ni te imaginas la cantidad de placer que hay en todos los platos que Julio decide que vas a cenar… y cuando digo cantidad es MUCHA… Experiencia inigualable!
Lolo R.
Rating des Ortes: 5 Madrid
Me ha encantado, no lo puedo evitar. Sé que lo que voy a decir es una auténtica perogrullada, pero en restaurantes así uno se siente un poco como en Nueva York o en Londres. O como si hubieran trasladado un bar de viejos a Nueva York o a Londres y estuviesen de encubierto. Pero empezaré por el principio, porque la historia tiene(mucha) miga. Y atención porque esta historia contiene MUCHOSSPOILERS. Resulta que ya había oído yo hablar un par de veces de este lugar. Está al lado de mi casa, e incluso creo que una vez(antes de ser el Soy Kitchen) entré a tomar una cerveza(!!). Sin embargo, cuando cambió de dueño,(ahora se encarga de él Yong Ping Zhang, también conocido como«Julio») empecé a leer cosas muy buenas. Y cuando ya había decidido con que TENÍA que ir, vino una amiga mía, que tenía una reserva para una semana después, y que la persona con la que iba a ir al final no podía. Yo salté de alegría(varias veces) y allá que nos encaminamos un domingo, a las 21.30. Cuando llegamos y entramos, dijimos que teníamos reserva y nuestro nombre. Nos atendieron dos chicas asiáticas, y nos dijeron que teníamos que esperar un poquito, así que pedimos una caña y un tinto de verano. Para que entendáis nuestra elección, la parte de abajo, tu primer contacto con el Soy Kitchen, es un bar de viejos de toda la vida de la Plaza Mostenses. Tanto que, mientras esperábamos, nos preguntábamos si no habría una cámara oculta. Rollo«anda, ¡que os lo habéis creído! Aquí no hay ningún restaurante pop-up ni nada. Fuera, hipsters absurdos». Pero no, allí seguíamos mi amiga y yo, con nuestras bebidas, escuchando un partido de fútbol del Mundial a todo meter. Increíble. A los quince minutos o así, nos hacen pasar al salón. Desde la parte de arriba, mágicamente, no se oye ni el fútbol ni nada, y eso ya sí tiene más pinta de restaurante. Con unas escasísimas ocho mesas, cada una con su mantel de tela y una banda sonora que se mueve entre el bakalao y el chill out, que no molesta, pero en la que es inevitable fijarse si te gusta la música. Nos preguntaron qué íbamos a beber y elegimos una botella de vino. Yo apuré mi caña, porque era un poco vergonzoso beber cerveza allí, pero mi amiga no pudo con su tinto de verano, que estaba cargado. Así que mi recomendación si vais es que intentéis pedir una copa de vino. A nosotros nos pudo el aspecto de abajo del local, y no pensamos luego en lo raros que nos sentiríamos arriba. Al poco salió Yong, y la verdad es que es un tipo simpático. Hizo un par de bromas a mi amiga(«¿qué te has pedido, un cubata?») y nos preguntó si éramos alérgicos a algo. Yo no, pero mi amiga no puede comer gluten«no te preocupes, de eso no hay nada». Se volvió a meter a la cocina y andando. Al poco, empezaron a salir los platos. Primero un rollo de salmón, estilo sushi, con una especie de cuenquito que contenía dentro una mini sepia crujiente. Espectacular, bañado además con una salsa maravillosa, y con un puntito picante al final. Después llegó un cuenco con fideos de ¿arroz?, calamares, solomillo y cilantro, con una salsa bastante más picante, pero absolutamente deliciosa. Increíble, para mí el mejor plato de la noche. Después, fideos de nuevo, esta vez con setas y huevo(que estaban riquísimos, pero después del plato de picante nos pareció que sabían menos) y finalmente, dim-sum con pulpo. Este último plato nosotros lo queríamos el de bogavante, pero ya no quedaba. Aun así, delicioso también, el pulpo cocinado a la perfección, y el dim sum sabrosísimo. Después de esos cuatro platos, volvió a preguntarnos si queríamos seguir. Nosotros estábamos llenos, aunque poco después vimos a un grupo de amigos que tomaron el famoso plato con Malibú, y olía tan bien que nos dieron ganas hasta de pedirlo a nosotros también. Sin embargo fuimos buenos y nos tomamos simplemente el helado de sésamo de postre, también buenísimo. Es fascinante porque no hay carta, así que estábamos acojonados rollo«¿cuánto pagaremos?». Pues bien, cuatro platos y postre(salimos bien comidos, os lo puedo asegurar) y una botella de vino blanco entera(El Perro Verde) nos salió por 80 € a los dos(40 € por persona). Al final, la verdad, una relación calidad precio bastante buena, no lo voy a negar, porque la comida es espectacular. Me gustó: la comida, la experiencia completa, la cercanía del cocinero, manteles de hilo, copas buenas e incluso el mismo restaurante, que tiene muchísimo rollo. No me gustó: el precio del vino(18 € me parecieron excesivos, por una botella que cuesta como 8 € en una bodega cualquiera) y que las servilletas son de… ¡papel!