Dentro de ser un Starbucks más, este me gusta especialmente. Aun estando en un área bastante concurrida(Atocha), su emplazamiento discreto brinda mayores posibilidades de encontrar mesa libre. Cuenta con sillones muy cómodos y vistas al Museo Reina Sofía, además de una rampa para silla de ruedas que facilita ampliamente el acceso al local para minusválidos. La carta y trato cortados por el mismo patrón que el resto de la cadena. Os recomiendo tirar de la app del Club Vips para conseguir descuentos, pedir y pagar incluso antes de llegar al local. Así tan solo tenéis que dirigiros al área de recogida y haceros con vuestro Mocca Blanco(mi preferido) nada más entrar. La clave del WiFi(cuenta con enchufes para trabajar con el portátil) se consigue igualmente accediendo a tu cuenta del Club. Los aseos requieren de código.
Hélder S.
Rating des Ortes: 2 Portugal
Fraquinho. Perto do Reina Sofia. Espaço um pouco desarrumado e com ar descuidado. Wifi de difícil conexão. O Café Moka era bom!
Juan D.
Rating des Ortes: 3 Madrid
El enésimo Starbucks que reseño, ya no sé ni qué contar que no se sepa previamente. Este es el más cercano a mi casa y he venido únicamente con la sana intención de canjear una oferta por cualquier bebida(excepto zumos) de forma gratuita, así que me he clavado un frappuccino de fresa venti a la salud de mi sesión de gimnasio de hoy. Pero ha sido todo un poco caótico: la persona que atendía no sabía cómo iba lo de la oferta a pesar de tenerla anunciada en el mostrador, y la WiFi no funcionaba nada bien. Por lo demás, el típico Starbucks de tamaño medio, aunque la gracia que tiene este es que entre semana parece haber sitio siempre porque está escondido en una calle de poco tránsito.
César C.
Rating des Ortes: 5 Barcelona
Se trata de un Starbucks muy cercano a la estación Puerta de Atocha, está escondido, en una calle que da a la parte trasera del Museo Reina Sofía. Es un local no muy grande respecto a otros, pero acogedor, un poco por debajo del nivel de la calle. Dentro, como en cualquier establecimiento de la empresa, podremos ver jóvenes con su Mac o su iPhone, haciéndole fotos a la taza con el logo de la marca para subirlas a Instagram, eso si no se la llevan porque casualmente se venden tazas pero la usada para el público, no. La primera vez que entré aproveché una oferta de una red social y el café me salió gratis, pero luego pagué 6 € por una taza, el consumismo me pudo. El local está muy limpio, y la atención al público es muy buena, personalizando los vasos con tu nombre a rotulador. Los precios son el talón de Aquiles, pero cuando entras por la puerta sabes que la comodidad de Starbucks, la tranquilidad de estar en una butaca confortable como en tu casa y que no vengan a echarte si estás más de una hora sin tomar nada más, se paga.