Just not good. Dirty, overpriced and bad service. Low point of our trip to Madrid. There are too many bars out there worth going to in Madrid so don’t waste your time there. We went because it was just a few steps away from where we ate dinner. Wish we’d been warned. No recomiendo para nada. Es un lugar sucio, caro y con mal trato. No vale la pena. Vaya a unos de los milles otros lugares mejor.
Bill H.
Rating des Ortes: 5 Los Angeles, CA
Fantastic old school pub. I was blown away by the painted ceiling. Looks like something that’s been around for a a few hundred years. Great place to stop and have a beer on your way to wherever it is you’re going.
Mathew L.
Rating des Ortes: 2 San Diego, CA
I’m not the biggest fan. It’s a pleasant enough bar, with a miss-mash of Irish and British memorabilia all over the place. They serve Guinness and slightly over-priced cañas of whatever the standard beer is(Mahou, maybe?). You might be able to get a pint of Staropramen too. But the service is poor — the barman ignores you, then notices you, waits a while, serves some people who arrived ten minutes later… you get the picture. I feel like this isn’t the usual slow-paced Spanish service, which I’m accustomed to. It seems worse than that. But they do host a friendly Intercambio group from about 10pm on a Friday night, where you’ll meet a good mix of English and Spanish speakers.
Francisco R.
Rating des Ortes: 3 Madrid
Si merece la pena entrar es porque El León de Oro fue una pastelería que cerró a mediados de los 70 cuando ya había cumplido los 120 años. De aquella pastelería sólo queda la fachada y parte de la sillería en la que el friso y los frescos aún permanecen intactos. Ahora es un pub irlandés –aunque por los tartanes de la pared bien pudiera ser una pub escocés-. Pero no te dejes engañar por el león dorado que preside la estancia principal: no es antiguo, más bien al contrario, es la adquisición más reciente de lugar tal y como nos comentó el camarero. Tampoco el azulejerío es original de la pastelería, sí que es antiguo, traído de un convento andaluz que acabaron derribando. El nombre y la decoración de la fachada dan pistas de su edad –a mediados del siglo XIX para los nombres de los establecimientos se solía escoger nombres de animales o, entre propietarios católicos, simbología de los evangelios. Además el adjetivo«de oro» también era una práctica común que aportaba un toque de «riqueza» y «distinción». También es verdad que este sitio está en la Calle del León –que según cuenta la leyenda debe su nombre a que aquí vivió un tipo que tenía un león enjaulado y se lo enseñaba a los curiosos al módico precio de 2 maravedíes-. Así que supongo que los propietarios de la pastelería aprovecharon el Pisuerga pasa por Valladolid y… Volviendo a la taberna actual; la estancia es oscura, con luces tenues ambarinas, el personal amable y atento. La decoración ¿cómo decirlo? es excesiva, una amalgama de objetos que no combinan entre sí –los azulejos son un despropósito– y hay hasta banderolas verbeneras de publicidad que desentonan. Claro que eso ya es de suponer si uno se fija en los neones de colores que anuncian el local.
Lolo R.
Rating des Ortes: 3 Madrid
Por su entrada, en la que se pueden ver a varios personajes destacados de la literatura que vivieron en el barrio en el que se encuentran, esperas que este sitio sea una taberna de lo más castiza. Calderón, Lope de Vega, Cervantes y Quevedo reciben al visitante bajo un llamativo cartel de néón. Cuál no será la sorpresa al entrar cuando, repentinamente, te das cuenta de que estás en una especie de bar irlandés. Como continente y contenido no pegan en absoluto, al final el camarero nos terminó contando la historia del local. El León de Oro era una panadería centenaria, pero terminó convirtiéndose en una taberna irlandesa. La fachada es original, al igual que lo es el techo labrado en madera. El resto, aunque parezca que no(el león de oro que preside el local, los azulejos que parecen antiguos pero en realidad no y el entelado de las paredes) es posterior. La carta de cervezas es correcta, sin florituras. Las típicas cervezas irlandesas y algunas un poco diferentes(tienen Mort Subite, por ejemplo). De precio está bien, y merece una mención especial el camarero, que es un tipo muy agradable y simpatiquísimo. El lugar, eso sí, hecha de menos un poco más de luz.