Telefurgo

A veces, alquilar una furgoneta en Madrid es poco menos que una experiencia imposible. Las típicas casas de alquiler tienen o furgonetas pequeñas o la típica con bien de asientos. Sin embargo, la última vez yo necesitaba casi un vehículo industrial. Así que un día por la calle vi una furgo rotulada como «TELEFURGO» y pensé «esto es lo que yo necesito, seguramente».
La reserva es sencillísima, se hace y se paga por Internet. Pim pam pum, reserva confirmada. Pan comido. Así que el lunes me levanté, y me dispuse a ir a buscar mi furgoneta, armándome de paciencia, porque el sitio en concreto está en el CTM, el Centro de Transportes de Madrid, al ladico de Mercamadrid. Vamos, a tomar viento fresco, se tarda casi una hora en llegar.
Al llegar, había una cola terrible, imagino también que porque era pronto por la mañana, y todo el mundo busca pillar una furgo desde primera hora. Cuando por fin me llega mi turno, empezamos con los trámites: carné, no sé qué… Y el primer problema: parece que el sistema me ha asignado una reserva pero no una furgoneta, y andan un poco cortos…
Terminan conmigo y me piden que espere. Y espero. Y espero. Y me desespero. Veo cómo gente que ha llegado después que yo empieza a marcharse, y me vuelvo loco. Vienen y me llevan a una furgoneta: «pruébala, date una vuelta porque se va un poco a la izquierda, por si te haces con ella. Pero vamos, no te la vas a querer llevar». Ahí ya me cabreo un poco, ¿para qué me la traes si no me la voy a querer llevar? No me hagas perder el tiempo, por favor. Me niego a probarla siquiera (¿y si me doy un golpe, qué?) y el tipo me dice que claro, que la gente no devuelve las furgonetas, que si tal, que si cual. Mi cabreo aumenta por momentos, y le respondo al tipo de manera bastante dura en plan «mira, yo tengo que hacer cosas, y me tenéis aquí perdiendo el tiempo, soluciónalo YA».
Finalmente, después de desesperarme un rato más, vuelven con una furgo para mí, tal y como la he pedido. ¡Por fin! Lo que me sorprende es que esa furgoneta había estado ahí todo el tiempo. ¿No me la podían haber dado antes? En fin.
Se llevan tres estrellas porque el precio es imbatible, y porque fueron bastante simpáticos. Y porque entiendo que lo mío fue una excepción, porque vi como incluso gente que llegaba sin reserva al final se iba con una furgo, aunque a priori parecía imposible. La cosa es que, a pesar de los pesares, si tengo que volver a alquilar una furgoneta de gran capacidad, lo haré con ellos casi seguro.