Parece que se ha parado el tiempo al entrar en Tras Os Montes. Es de los sitios donde no quieres salir. Te hacen sentir como en casa pero soltando la guita! En Madrid no hay otro portugués a su altura salvo su otro local en Las Tablas(si sigue abierto) Su especialidad los bacalaos claro! A bras, alentejano, dourada, al horno. Para ir una vez al año($$$$) como muchísimo e ir probándolos todos. Vinos muy buenos
Rafael P.
Rating des Ortes: 5 Justicia, Madrid
El mejor bacalao que he probado nunca. Calidad insuperable, atención magnífica y muy buen local. Cuando fui, probé un menú degustación donde pude probar diferentes tipos de bacalao a cada cual más delicioso. En definitiva: vale hasta el último euro
Rocin0
Rating des Ortes: 5 Madrid
Muy agradable, trato excelente, carta y decoracion portuguesa 100%.Si quieres oir fados debes reservar.
Fer A.
Rating des Ortes: 5 Madrid
El mejor restaurante portugués de Madrid durante una década fue el minúsculo Don Sol en la calle Ramón Gomez de la Serna. En el año 2001 a 2002, los dueños decidieron ampliar el negocio debido a los problemas que existían para conseguir reserva en el restaurante primigenio que acumulaba reservas hasta el mes siguiente para conseguir sentarse a una de las 30 mesas de las que disponía. Abrieron tras-os-montes en una zona de nueva creación por Ventisquero de la Condesa y durante un tiempo cohabitaron hasta que en el año 2002 finalmente Don Sol desapareció. Una lagrima en su memoria. Trás-os-Montes toma su nombre del Alto Douro, que es la región de la esquina superior derecha de nuestros vecinos portugueses, fronteriza con Galicia y el reino de León. «Los Transmontanos se conocen en Portugal por su abundante mesa a la hora de comer, regada convenientemente con vino, aceite de oliva, chorizo, y pan» vía wikipedia. El nuevo restaurante es mucho más grande. Hasta 120 comensales predica su pagina web dividida en dos salones. Por más que este en una zona apartada, difícil de encontrar, lo habitual es que lo tengan más que completo, así que es altamente recomendable reservar no vaya a ser que te des el paseo en balde. Su decoración es tipicamente portuguesa a base de azulejos, aparejos de labranza y similares, los manteles de tela y el precio algo elevado. Aunque dada la cantidad que ponen te parecerá barato en relación calidad-precio-cantidad. La calidad es sublime, el precio rondando los 30 € y la cantidad abundante. Suelen presumir los portugueses que tienen una receta de Bacalao para cada día del año. Y este restaurante hace honor a su procedencia y nombre. La especialidad de la casa es el Bacalao. Con el bacalao como protagonista de su materia prima, lo tratan con tanto mimo en una variedad de hasta 40 platos que se hace una gloria degustarlos todos o aquellos que alcance el apetito. Entre mi comida favorita nunca situaría el pescado –salvando el sushi– por lo que el bacalao no se encuentra entre mi comida predilecta. Carece de importancia. Te guste o no te guste el bacalao es aconsejable su visita y recomendable a terceros que gusten del buen yantar. Como anécdota, una tía mía que sufre aversión a dicho pez por sus años de infancia, no puede ni verlo, ni olerlo, ni comerlo pero no se pierde una invitación a este restaurante. Lo ideal es ir en un grupo de unos 5 – 6 no más y pedir una degustación de platos de bacalao regados con vino verde portugués –parecido al albariño aunque distinto-, que también se toma frío y tiene un peligrosa facilidad de bebida. Te pondrán unos 7 platos de bacalao a cual más delicioso. Ensalada de bacalao: Sobre una finisima cama de delicioso aceite de oliva virgen extra, otra capa de tomate triturado, impregnado en el aceite y por encima, bacalao desmigajado y desalado tan suave, tierno y fresco que salivarás hasta el último pedazo de pan que oses pringar contraviniendo protocolo. Le suele seguir una bandeja de huevos rotos con bacalao y ajetes, en el que el toque verde de los ajetes y el marino del bacalao es equilibrado y jugoso. Seguirán alternando bacalao con nata y crema, bacalao a la dorada, y uno de sus puntos fuertes bacalao espirituoso plato tipico de la semana santa que es guiso de bacalao estofado con chalota y zanahoria con claras de huevo y gratinado con queso espectacularmente suculento entre tierno y crujiente. Por favor, si vais no os paséis pidiendo, las raciones son abundantes. Como con la paella lo conveniente es pedir de menos. Si algún alma perdida es un talibán del pescado, tampoco pasa nada. Tienen carne denominación de origen de Aliste(Zamora) con un chuletón para llorar y su especialidad se extiende también a platos gallegos como el pulpo y el lacón. Los postres, como no podía ser de otra forma, caseros. Tienen un hojaldrito de chocolate que tiembla el misterio. Si queréis quedar de lujo con algún vecino portugués, con un buen amante del pescado o con algún sibarita de la comida, este restaurante ponerlo en el mapa. Os rascaréis un poco la cartera pero saldréis a hombros.