Wash’n Dry

Personalmente este sitio me encanta porque me recuerda a las lavanderías que utilizaba en Francia para lavarme la ropa: aquellos espacios pequeños, donde la monotonía de las máquinas de lavar dando vueltas sin parar se rompía solamente por algún comentario expresado por algún sucedáneo de turno…
Este Wash&Dry guarda pues todo ese espíritu europeo de las ciudades que no acostumbran a tener muchos domicilios con lavadora, por su interior (y precios) similar y por los erasmus que puedes encontrar dentro lavando sus palominos. Y a su vez incorpora su acento español metiendo dentro una barra y una buena mujer que se pone ahí a atender y a limpiar o planchar abrigos o colchas…
4 lavadoras, 2 secadoras, una planchadora y kilos de ropa mareándose conforman esta peculiar tinto-​lavandería de tribunal.
Y porque no me pillaba cerca que si no me marcaba tal remember que casi hasta festejaría el simple y cotidiano hecho de hacer la colada!

Después de que cerrara la famosa tintorería Camino, se ha convertido en una de las tintorerías más importantes del barrio. Yo ahora soy habitual. Tienen el servicio de tienda y el autoservicio.
El año pasado, la señora, que es muy amable, me explicó que cuando llevas un edredón de plumas para limpiar, lo único que hacen es meterlo en una lavadora normal, pero más grande. Y no le echan ningún detergente especial, así que lo dejé lavando yo misma y luego lo recogí (claro, la diferencia de precio fue brutal).
Todo lo que he llevado ha salido bien y el precio anda por la media.