La Cocina de Mi Vecina

Este sitio no puede ser más buenrollero. Según abres la puerta, parece que estés entrando en el plató de un programa de repostería, o en una típica cafetería modernilla de Londres o Nueva York. Nada más entrar tienes el mostrador a la izquierda, y a través del cristal una serie de maravillas glaseadas: muffins, cupcakes, tartas, galletas… En fin, el sueño de cualquier yankee, y por supuesto el mío también. Luego descubrí que también tenían bastantes opciones para beber, muchos tipos de cafés, infusiones y batidos, así que me dispuse a merendar como dios manda.
Nos pudimos sentar de milagro porque era entre semana y no había mucha gente, pero el local es pequeñito (eso también forma parte de su encanto). Cuidado, porque se dice/​se comenta que los findes es imposible abrirse paso hasta una mesa. El sitio se ha ganado una familla bien merecida. De entre todos los cafés me decidí por el de vainilla, con un toque perceptible pero que no eclipsa el sabor del café, es decir, perfecto. Y el cupcake de Oreo me estaba provocando desde que entré por la puerta, así que también cayó. Delicioso, proporción equilibrada entre la masa y el frosting. Cuando me enteré de que también tenían tarta cheesecake de Oreo casi me da algo, pero supe contenerme. Así tengo la excusa perfecta para volver pronto.
Los precios son más que razonables para lo que suelen ser este tipo de cafeterías, y además se nota que tratan sus productos con mimo. Cuando me dijeron que mi café y el cupcake costaban 3 euros en total, porque era una promoción de entre semana, terminé de enamorarme de La Cocina de Mi Vecina.

He de reconocer que el sitio me gustó, unas tartas riquísimas y un buen café. La atención fue excelente, la camarera nos sentó enseguida aunque el sitio estaba realmente petado de gente y nos trató con mucha amabilidad. Quizá el único pero que le pondría es que es un poco pequeño y en seguida se llena y resulta quizá algo incómodo. La decoración me pareció desenfadada y original. Ideal para una merienda rápida y golosa.

Tengo un amigo que se ha aficionado a este sitio y ya había repetido en varias ocasiones que teníamos que ir, así que aprovechamos ayer, el peor día de todo el año para salir de casa en Madrid (domingo antes de Reyes), para ir a conocerlo.
El local es pequeñito y algo anodino, y estaba petado; una de las personas que atendía nos repitió varias veces que podíamos comprar para llevar, pero teniendo en cuenta cómo estaba la calle de gente y de lluvia no parecía procedente, así que esperamos. Finalmente logramos sentarnos en una mesa en la que antes había sentadas seis personas, aunque no tengo claro cómo. Nota: no es un sitio para ir en grupos de más de cuatro personas.
Pedimos un trozo de tarta de queso con frambuesa (estándar) y uno de tarta de queso con Oreo que estaba buenísimo, pero tenía el azúcar necesario para alimentar a mi cerebro durante demasiados días. También un zumo de algo que no recuerdo y un café que no estaba demasiado bueno. Salimos a poco más de 5 € por barba, lo que no me parece nada caro.
No estuvo mal, pero no me privaron ni el local ni su producto; para este mismo tipo de ocasiones soy más favorable a otros locales no muy lejanos que me resultan más agradables, más organizados en su masificación y con unas tartas que te hacen replantearte tu dieta muy seriamente.

Estuve tomando un café la semana pasada en este local y si bien no mataría por las tartas, reconozco que la simpatía de la camarera de Rep. Dominicana y del camarero creo que de Perú, van a hacer que de vez en cuando me pase por allí.
Digo que por las tartas no mato pero me hinqué dos porciones, ninguna fue muerte por chocolate, y como veis sigo vivo.
La primera fue de manzana, modalidad «ancha» … yo soy más de «estrecha» pero como me la habían recomendado … me tiré a ella. Estaba buena (pero la manzana estaba muy entera para mi gusto)… como soy un poco gocho y me supo a poco, me pedí la de zanahoria (de la que soy un fan)… me costó acabarla … no por que estuviera mal (en verdad me gusto mucho) sino porque era excesivo. … como soy así le pregunte a la chica por un par de tartas mas que estaba viendo en el expositor … y como ella es así de simpática (y me debió ver con bastante ansiedad) me dio a probar de las dos, una de Oreo y la otra de calabaza. La de calabaza muy especial, y para mi gusto la mejor de las cuatro!!! Calabaza siempre!
Antes de salir con un coma de glucosa, pasé al baño … son … son … tienes que entrar con la maniobra ya hecha … con cazadora de frente ni entras!

Tarta = Torta en Argentina. Aclaro antes de empezar porque no puedo cambiar tanto mi lengua.
Tatiana M. fanática de lo dulce y el buen comer me había recomendado este sitio por sus tortas (sí tortas, deal with it). Un día que quería comer algo rico por la tarde fui a por una porción de la de zanahoria porque es mi nuevo descubrimiento en esta vida. Me gustó tanto que decidí apuntar este sitio para comprar mi torta de cumpleaños.
Se acercaba el día y yo estaba tapado de trabajo, gracias universidad te quiero, por lo cual llegué apenas con un día de anticipación a pedirla y por suerte, y porque son muy amables me aceptaron el pedido sin problemas. Me preguntaron el sabor y el tamaño a ver si llegaban con el tiempo, chequearon que no había problemas y tomaron el pedido. Al día siguiente volví a la hora acordada y retire el pedido como si nada. La torta estaba excelente, algunos hasta repitieron porción. Fue un buen final de cumpleaños.
Tienen 3 tamaños de torta según la cantidad de gente que esperes, y puedes pedir que estén cubiertas de fondant, no sé si hacen diseños muy alocados. El precio de la mediana fue de 28 €. Lo que no sabía es que puedes pedir la mitad de un sabor y la mitad del otro si compras una torta mediana o grande. Buen tip para quedar bien con todo el mundo!
Gracias LCDMV por salvar mi cumpleaños!

Es la primera vez que vengo y la verdad es que me ha sorprendido mucho el local, la comida y el servicio.
El local está decorado con muy buen gusto, sin caras florituras.
Los pasteles son increíbles y el café con leche, algo difícil de encontrar bueno hoy en día, es casi perfecto.
A parte de esto, la carta es muy completa: zumos naturales, tes, infusiones, chocolates, tartas, cookies, brownies…

Las mejores tartas de Madrid. Sin más. En especial la Red Velvet. El local es chiquito y está siempre petado (normal) peor siempre tienes la opción de llevar y disfrutar en la intimidad

En uno de los recorridos para la universidad había visto esta pastelería y tenía muchas ganas de entrar porque me llamó la atención sus grandes tartas en la vitrina. Logre pasar un día con más tiempo y quería merendar algo de dulce y tomar algo caliente para el día tan frío que hacía.
Primero vi que tenían como varios menús en donde puedes pedir café + Magdalena o café + tarta y así. La persona que me atendió me recomendó la de zanahoria pues yo quería nutella pero no había entonces dije pues probremos la tarta de zanahoria ya que es la que más piden.
Veo que son como famosas acá en Madrid no sé cuál será la mejor pero les digo que la que me comí ese díà la disfrute mucho, su textura es esponjosa y la crema que lleva en la cubierta es dulcesita y se te deshace en la boca. El café que me tome además de grande también estaba muy rico y a buena temperatura.
Además de eso hornean tartas especiales para tu cumpleaños, se pueden encargar y con el tema que desees!

Soy muy golosa, lo admito, así que si me recomiendan una tienda de tartas ricas ricas, pues no me queda más remedio que ir a comprobarlo, qué se le va a hacer.
Y eso hice con «La cocina de tu vecina», ir a probar la tarta de calabaza y la de zanahoria, las cuales me habían recomendado especialmente. Y sí, es totalmente cierto que son una verdadera delicia. Estoy deseando volver para probar la Cheesecake o la Red Velvet, que también tenían una pinta tremenda.
Mientras esperaba a que me atendieran observé cómo una señora recogía una tarta de cumpleaños fondant con la forma de Bob esponja, era una chulada (adjunto foto del panfleto que me llevé donde vienen los precios de las tartas de cumpleaños que pueden encargarse).
En esta ocasión cogí mis tartas para llevar, por lo que no puedo opinar sobre qué tal se está en el interior, el cual me pareció bastante acogedor aunque pequeño. Seguramente el próximo día que vaya probaré la Red Velvet allí mismo, mientras se me antojan todas las demás.

I had originally intended to go to La Bicicleta just down the street to get some work done but I stopped in here instead because I couldn’t resist the combo of cupcake and café for 3 euros. I got there at about 3:00 and there was only one other person there so it was a pretty ideal work environment. I ordered a red velvet cupcake, which was pretty dry but had good flavor at least, and a chai green tea, which was pretty standard. After about a half hour the place started to fill up and at 4:00 it was completely full, and they shut off the wi-​fi. Turns out they don’t allow laptops after 4 because they get too busy, so if you’re going to come here to get work done make sure you come when they have no reason to kick you out. Also, the cupcake and café combo is only supposed to be good Monday through Thursday, so beware (lucky for me the guy behind the counter was as clueless about this rule as I was).
To sum up: If you’re looking to get some work done, come here early. If you want combo deals, come Monday through Thursday. This place got very busy so I imagine there other desserts are pretty good. Cute atmosphere too and the tables are high enough to stand at if you prefer.

Descubiertos hace tiempo en un evento, tras una comida ligera decidimos tomar el postre ¿dónde? ¡aquí!
Llegamos y había bastante gente, nos pusimos en la barrita que tiene frente al mostrador y pedimos dos cafés y dos tartas. Al rato una mesa quedó vacía y nos movimos.
Las chicas estaban pasándoselo bomba, son muy risueñas, una especialmente, y bromistas, cosa que no a todo el mundo puede agradar. A nosotros no nos molestó.
Llegaron los cafés y los dos trozos de tarta con una pinta estupenda: muerte por chocolate y zanahoria.
Si bien ninguna es la mejor versión probada están buenas y las raciones son grandes.
El local no es enorme y los baños son bastante incómodos por no decir horriblemente incómodos.

El otro día era mi cumple… ¡oleeeee! Así que vine a La Cocina de mi Vecina a encargar mi tarta de cumpleaños, porque sabía que era una buena apuesta, que no era nada caro y que iba a triunfar como la Coca Cola.
Si tu tarta es normalita (es decir, no quieres locuras de fondant ni nada que se le asemeje) solo necesitas 24 horas para encargarla (aunque te aconsejo un poco más, por si las moscas). Sino, necesitarás una semana. Yo quería una sencillita, bizcocho, crema y frosting, así que me encaminé allí y elegí el sabor, Red Velvet. Pedí la grande (38 €), porque mi cumpleaños era multitudinario.
Cuando la recogí y pagué flipé con lo mucho que pesaba. «Sostén aquí con la mano, porque la caja es fuerte, pero nunca se sabe». Madre mía, eso eran kilos de puro placer. Tanto es así, que no sobraron ni las migas después de la fiesta…

Hemos venido un par de veces y aunque es cierto que es pequeño y las mesas y sitios no son muy cómodos, las tartas, caseras, están muy ricas

Sólo puedo hablar de mi unica experiencia pero lo cierto es que fue pesima. Domingo tarde y pude sentarme en las altas mesas con taburete algo impersonales pero bueno.
Los camareros parecían más de una cadena de alimentación que de una cafetería pequeña
Pedimos un trozo de tarta de manzana y otro (por sugerencia del camarero) de tarta Oreo que según me dijo era la estrella del sitio.
La tarta de manzana estaba el hojaldre sin hacer y la manzana dura, ni siquiera habían hecho una compota con ella, sólo la habían cortado y punto.
La tarta de Oreo sabía tanto a mantequilla que tuve que dejarla casi entera.
Hoy hablando con una amiga al pasar por la puerta, ella me dijo que ese sitio le encantaba. Que cuando ella ha estado siempre le ha gustado las tartas que ha pedido.
Así que creo que tendré que darle otra oportunidad, pero mi primera impresión desde luego fue un 0 patatero.

Llegué totalmente de casualidad a la hora de la merienda.
¡¡Merienda! café + GRAN trozo de tarta a elegir = 4,5 €
Fue una de esas veces en las que me alegro de que todos los demás sitios de alrededor estuvieran petados porque acabas descubriendo sitios para los momentos «tengo antojo de dulce» como este.
El local es pequeñito pero tiene su encanto. Para mi gusto molaría más si todas las paredes fueran de ladrillo como el de la entrada. Le da un toque muy guay. No es el típico sitio en el que te quedarías horas porque no hay sofás, sino banquetas altas, pero está muy bien para una merienda «rápida».
Todas las tartas son caseras y puedes echarle un ojo antes de pedir tu porción: limón, chocolate, zanahoria, red velvet, etc. Yo me pedí la tarta de merengue y limón, y desde luego, no esperaba que me sirvieran un trozo TAN generoso que hasta me costó terminar.
Sitio también recomendable para los amantes de los zumos naturales: this could be your paradise!

Había oído hablar de los excelentes zumos de este local, y por fin he podido comprobarlo por mí misma. El zumo de pera y limón (3,75 €, en vaso XL) es de lo más original y refrescante que he probado en mucho tiempo. Absolutamente recomendable. De hecho, no sé cómo he podido vivir tanto tiempo sin probar este elixir maravilloso. Me ha encantado.
También he probado el té verde chai con leche (2,20 €). Es té en hoja (no la típica bolsita), y te ponen una buena cantidad. Está muy bueno.
En cuanto a los pasteles, en mi primera visita probé el cheesecake de oreo (3,50 €) y el brownie (2,50 €). El cheesecake de oreo estaba bueno, pero me resultó demasiado denso. Con un trocito pequeño ya tienes suficiente. Y el brownie bueno, aunque no espectacular.
En una segunda visita he probado la tarta de zanahoria (3,50 €), la tarta red velvet (3,50 €), las cookies de chocolate (1,50 €) y el cheesecake de nutella (3,50 €). No os asusteis que fue todo para compartir, no me lo comí yo sola. Las raciones son generosas, así que no habría podido por mucho que me guste el dulce. Me gustaron todos más que el cheesecake de oreo y el brownie, pero mi dulce favorito son las cookies de chocolate, que aunque parece lo más sencillo de toda la lista, es lo que me resultó más sorprendente. Son galletas totalmente adictivas, de las que empiezas a comer y ya no puedes parar. En cualquier caso todos los postres están buenos, y se notan que son caseros y están recién hechos.
De lunes a jueves tienen una oferta de menú de merienda que sale muy a cuenta, y puedes pedir un café o té con cupcake, brownie o tarta a elegir.
Y para desayunar, todos los días hasta las 14 h tienen oferta de café o té + pan o dulce desde 2,40 €. Y si quieres añadir un zumo de naranja natural, te lo ponen por 1 € más.
El local es pequeñito pero no suele haber problema para coger sitio. Las mesas son grandes y para compartir. En cuanto a los camareros, son muy amables.

El ambiente no es el que más me atrae, ya que creo que está Madrid colapsado de sitios malenis con decoración despreocupada en la que platos, vasos, mesas y/​o sillas son diferentes entre sí y demás. Pero lo cierto es que a este sitio no se viene por su decoración, sino por sus tartas. En ese aspecto, no me queda más remedio que declararme fan. Me encantó la de calabaza. Tienen un precio ajustado a lo que es normal en el centro y ponen pedazos de tarta para llevar, en una cajas muy prácticas. Me quedo con la de zanahoria y la de chocolate para otra ocasión.

El escaparate siempre me ha llamado mucho la atención puesto que siempre ponen tartas que tienen una pinta increíble así que ayer con un grupito de 7 que éramos nos metimos a probar las tartas. Pedimos cuatro porciones diferentes para probar entre todos: tarta de zanahoria, de chocolate, red velvet y de manzana. La de zanahoria la mejor con diferencia y por unanimidad. Después la de manzana, de chocolate y por último la de red velvet (ésta me parecio insípida, sin sabor). El sitio es pequeño y las mesas son «para compartir» lo que hace que si vas en grupo sea difícil de encontrar hueco puesto que hay dos asientos aquí, uno allá y así. Mejor para llevar que para tomar dentro.
La que atendía era maja pero no muy rápida. Parecía que le estábamos dictando las tartas que queríamos como si dictáramos a un niño de ocho años…
Al final probé sus tartas que era lo que quería y ahora sé que tampoco eran para tanto…