Bien, he vuelto. He vuelto a escribir reseñas y he vuelto a este local malagueño. Olé, olé y olé. Céntrico y bien situado, aunque algo escondido, ofrece cosas que ni por asomo tienen la gran mayoría de locales de comida de Málaga. Sin duda, uno de mis TOP de la capital de la Costa del Sol. ¿Por qué será? Bueno, sigue leyendo, que no soy de revelar los secretos en el primer párrafo. Desesperados entre toda una jungla de bares repletos de turistas armados con cámaras, gafas de sol y chanclas –da igual la época del año en que leas esto-, mis amigos y yo queríamos encontrar un local agradable, con buena comida y en el que poder sentarnos un ratito. Llevábamos bastante rato andando, habían venido a visitarme en la ciudad y todos los sitios que había propuesto estaban llenísimos. ¿Qué hago?, me dije. Hurgué en mi memoria para encontrar esa irreductible aldea gala entre tanto restaurante a rebosar y la encontré. Moscatel, se hace llamar. Una taberna muy coqueta, con buen servicio y excelente comida. ¿Qué más se puede pedir? Éramos un grupito grande, pero eso no fue impedimento para que disfrutáramos de un buen lugar en el que repostar y degustar los maravillosos platos que tenían en carta. Es un sitio en el que puedes elegir comida más modernita, pero que su base está en la cocina de toda la vida. Tienen un guiso de tagarninas que está para reventar de bueno, también son excelentes sus revueltos y huevos rotos. Flamenquín de setas, croquetas y mucho más. Las carnes les salen deliciosas y una de las tapas preferidas de la clientela es la hamburguesa de chivo malagueño. En serio, puede que sea uno de los mejores sitios de la ciudad para comer chivo autóctono. Mejor ir para compartir raciones y platos que para tapeo, la verdad. Pero la calidad es excelente. El local no es muy grande, pero lo suficiente como para estar cómodos sin tener la mesa del vecino justo al ladito. Además, las veces que he ido ha sido un lugar tranquilo, independientemente de la hora de la visita. No obstante, siempre puedes optar por reservar, ¿no? Tienen una coqueta carta de vinos y varias cervezas interesantes. En definitiva, una taberna más que recomendable, sobre todo para grupos medianos o pequeños. Si no has ido, estás tardando. ¡Vamos!
Txema M.
Rating des Ortes: 4 Sevilla
Pues qué bien comimos aquí. En nuestra ruta por el centro de Málaga con un grupo de amigos que veníamos a echar el fin de semana, uno de nosotros dijo que comiéramos aquí, y la elección fue estupenda. Empezando porque llegamos a una hora bastante tardía y nos fuimos aún más tarde, pasando porque nos atendieron bastante bien y terminando porque la comida estaba muy rica y no pagamos demasiado. Bien merecidas las cuatro estrellas. Aunque no se trata de un local demasiado grande, el Moscatel tiene hueco para grupos. A nosotros nos adaptaron varias mesas altas en el interior y pedimos de todo, desde sugerencias fuera de carta como las setas a algunas especialidades. Todo estaba riquísimo, a excepción de una cosa: papas revueltas con huevo, jamón y foie, que no era foie, sino paté La Piara. Igual si hubieran tenido la vergüenza de preguntar o de avisar les habría puesto la quinta estrella, pero no es el caso. Pero bueno, un sitio donde comimos estupendamente y a donde volvería o recomendaría a quien me preguntase.
Alejandro S.
Rating des Ortes: 5 Málaga
Uno de los mejores sitios para comer del centro histórico. Puedo recomendar varias de sus hamburguesas, el flamenquín, la ensalada César… Pero sin duda alguna la palma se la llevan las tagarninas en adobillo. Por original, por tradicional y por sabor. Además tienen una bodega interesante. Y aunque tienen pocas cervezas, sólo dos, al menos son las dos mejores(de entre las Pilsen industriales, quiero decir).
Stef A.
Rating des Ortes: 5 Madrid
Hay cosas que es obligatorio hacer en Málaga, como tomarse un espeto en un chiringuito en la playa. Yo añado a la lista: tomarse una hamburguesita de chivo lechal malagueño en Taberna Moscatel. ¿Qué tiene de especial esta taberna? Para mí es, sencillamente, el mejor gastrobar de Málaga. Nace como proyecto personal de su chef, Juanma Canales, que ha recibo varios premios, entre ellos el premio a la mejor tapa del Festival de Cine de Málaga, por su tapa de «tagarninas en adobillo». Y el resto de platos, aunque no tengan ningún premio, no desmerecen en absoluto. Tartar de aguacate, milhojas de mango y anchoas, berenjenas con porra antequerana, tosta de secreto ibérico con salmorejo, flamenquines, croquetas, micuit de foie… Podría poner aqui la carta completa, y no tendría elogios suficientes para describir todos los platos. Aunque yo tengo dos platos favoritos: la milhoja de foie, queso de cabra y manzana caramelizada, y las hamburguesitas de chivo lechal malagueño. Cuando hablo de hamburguesas, no me refiero a la tradicional hamburguesa de carne picada. Lo que hace este cocinero es estofar el chivo hasta que la carne queda tierna. Luego coge la salsa, la tritura, y la pone como base en el pan de hamburguesa. A continuación pone un poco de rúcula, y por último la carne estofada, en forma de hebras. Y voilá, una delicia con todas las letras. La taberna es muy pequeña, y no tiene más de seis mesas, todas ellas mesas altas con taburetes. Así se aseguran de dar una atención personalizada. Juanma cocina los platos en una cocina abierta. Si te pones en la barra, podrás ver con qué destreza se maneja en los fogones. Además, él mismo saca los platos, así que nada que ver con esos chefs que no quieren saber nada de sus clientes. Los platos se complementan con una carta de vinos muy completa, entre los que están los vinos malagueños. El más famoso es el vino dulce moscatel, pero Málaga tiene muchos más vinos por descubrir. Lo mejor es preguntar y dejarse aconsejar. De vez en cuando organizan catas de vino con cena(las anuncian en sus perfiles en redes sociales), por unos 25 €. Todos los productos son de la mejor calidad y los precios de los platos son muy razonables, entre 3 y 9 €. Lo mejor es pedir varios platos para compartir y probar un poco de todo. Normalmente se sale a entre 10 y 15 € por cabeza, bebida incluida. Es una oportunidad única para disfrutar de cocina de autor, con productos locales, y a precios callejeros. Una auténtica joya en el casco histórico de Málaga.