Admito que no soy muy parcial con este sitio, he venido varias veces y la pasta me parece sublime. Con Polipetti o Vongole son algunas de mis favoritas, pero ofrecen también pizzas y lasagna, entre otras muchas especialidades napolitanas, de donde es el matrimonio que lo regenta. Mención a parte merecen los postres, que sin ser multitud, son riquísimos y a unos precios razonables. Siempre he venido a la hora de la comida y está realmente tranquilo, por lo que no sé qué tal será la hora de la cena aquí. La única pega es el precio medio, de 20 euros por persona, que incluyendo postre y entrante puede parecer un pelin caro por un plato(delicioso, eso sí) de pasta. Sólo un pequeño apunte, el señor que lleva el sitio hace la cuenta a mano… echadle un vistacillo antes de pagar… por lo que pueda ser ;)