Si te gustan las playas de arena amplias donde hacer un castillito y agua transparente y tranquila, Puerto de Sagunto es ideal. A menos de veinte minutos al norte de Valencia, el pueblo costero ofrece todo tipo de servicios, muchos bares, restaurants y heladerías en el paseo marítimo, y lo mejor es que aparcar es bastante sencillo. La orilla de la playa es bastante llana, las olas rompen muy al fondo haciendo la entrada al mar muy divertida, ideal para pasárselo bien haciendo el ganso con un boogie board(profesionales del surf abstenerse!!!) o cogiendo olas«a pechito». Esto claro, un día que el mar esté movido, porque lo he llegado a ver en plan piscina, en cuyo caso es una gozada lo clarito que se ve el fondo, y si prestas atención ves muchos peces pasar cerca de la orilla. Al final de la playa, hay un camino que conecta Puerto Sagunto con Playa Canet, también preciosa y de aguas impecables. Puerto de Sagunto se ha convertido en una de mis playas favoritas, tiene todos los servicios que puedas necesitar, una línea de playa preciosa, agua impecable y lo más importante, la ausencia de masificación turística de la que pueden pecar playas más cercanas a la ciudad.
Diego R.
Rating des Ortes: 4 València, Valencia
Una de las cosas que más clara tenía cuando decidí venir a vivir a Valencia era volver a esta playa. Y, ¿por qué digo volver?. Digo volver porque desde que era un enano de dos años hasta casi cumplidos los dieciocho vine con mis padres año tras año, verano tras verano, a pasar unos días aquí. Mientras el resto de la población maña iba a la entonces conocida como«playa de Zaragoza», nosotros escogíamos siempre esta preciosidad de la costa levantina. Así que, una vez aposentado en la ciudad y solucionados todos los tramites típicos de un cambio de residencia, por fin me decidí a llevar a cabo el «reencuentro» con esta playa. La sensación fue agridulce, siendo la parte agria mi falta de memoria pues, de todo el entorno, lo único que recuerdo con claridad es el enorme muelle que entra en el agua en la parte más al sur de la playa. La parte dulce vino por todo lo demás. Es una playa magnífica, de agua limpísima, amplia, con buenos servicios y tiene un par de zonas de palmeras que proporcionan unas acogedoras sombras, bajo las cuales poner una mesa para comer o una tumbona en la que dormir la tan española siesta. Los aledaños de la playa tampoco tienen desperdicio, estando todo el paseo marítimo lleno de cafeterías, restaurantes, heladerías y todo tipo de comercio. Además, al ser una población ya algo alejada de la capital, no está tan saturada como las playas urbanas, por lo que es ideal para disfrutar de un buen día de descanso. Sin duda volveré, y muchas veces.